EFE 20 DE ABRIL
2014
El papa Francisco pidió este domingo,
durante su mensaje de Pascua, la pacificación de todos los conflictos de la
tierra, "pequeños o grandes, antiguos o recientes", e instó a la
reconciliación de las partes enfrentadas en Venezuela, entre otros conflictos.
Así lo solicitó el pontífice desde la
logia central de la basílica vaticana, a la que se asomó para leer este mensaje
pascual e imponer, posteriormente, la bendición "urbi et orbi" con
motivo del Domingo de Resurrección.
Durante su alocución, ante más de
150.000 fieles congregados en las inmediaciones del templo, mencionó los conflictos
que se viven en países como Ucrania, Irak, la República Centroafricana o Sudán
del Sur y reclamó el fin de las tensiones entre israelíes y palestinos y de los
ataques terroristas en Nigeria.
Asimismo, pidió a Cristo que interceda
para acabar con la epidemia de ébola que se vive en países africanos como
Sierra Leona, Libera y Guinea.
Sobre Venezuela el pontífice llamó a
la "concordia" entre las partes, el Gobierno de Nicolás Maduro y sus
opositores, que ya han solicitado la participación de la Santa Sede en sus
negociaciones.
"Que las almas se encaminen a la
reconciliación y a la concordia fraterna en Venezuela", pidió el primer
papa latinoamericano.
Por otro lado, el obispo de Roma hizo
especial hincapié en el conflicto de Siria y rezó por la liberación de los
sacerdotes secuestrados y por todos aquellos que sufren persecución por
profesar una fe.
"Te suplicamos, Señor, por Siria,
la amada Siria, para que todos los que sufren las consecuencias puedan recibir
la suficiente ayuda humanitaria y para que las partes en causa no usen más la
fuerza para sembrar la muerte", aseveró.
No obstante, no solo criticó la guerra
sino que el papa se dirigió, de nuevo, a los más débiles, a los que sufren
violencia o pasan hambre por culpa de los desperdicios.
"Ayúdanos Señor a derrotar la
plaga del hambre, agravada por los conflictos y por los inmensos desperdicios
de los que, a menudo, somos cómplices (...). Ayúdanos también a proteger a los
indefensos, sobre todo a los niños, las mujeres y los ancianos, tantas veces
objeto de abandono", afirmó.
Por último, también se encomendó a
Cristo para que calme a todos aquellos que "han dejado su propia tierra
para emigrar en busca de lugares donde poder esperar un futuro mejor".
"Para todos los pueblos de la
Tierra te pedimos, Señor, tú que has vencido a la muerte, danos tu vida y tu
paz", solicitó el pontífice.
Con estas palabras y con la posterior
bendición "Urbi et orbi", Bergoglio puso fin a las ceremonias de la
Semana Santa, la segunda que preside desde la silla del Apóstol San Pedro.
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