Por Dra. Ivette María Bolívar Dominguez, 13/04/2014
Contrariamente
a lo que pudiera pensarse y decirse que la violencia debilita al gobierno,
parece que no es tanto así la cuestión, si analizamos con objetividad el
problema, vemos que el país inmerso en una grave crisis económica, social y
moral, que perjudican enormemente al gobierno, no puede inferir que la crisis
política también sea un factor que juegue en contra del asfixiado poder
ejecutivo. Díganme Uds. ¿De qué se hablaba antes del 12 de febrero de este año
en Venezuela? De los muertos y secuestrados a manos de la delincuencia y la
poca efectividad del Plan ”Patria Segura”, se hablaba de la escasez de
alimentos, de medicinas, de repuestos de toda índole, se hablaba de la
inflación, de la tasa de desempleo, y ya se comenzaba a comentar de la caída de
la popularidad del gobierno, que por cierto nunca ha sido nada popular,
recordemos que ganó con menos de 2% el 14 de Abril de 2013 y desde allí a la
fecha ha sido un gobierno en picada, con todo y el maquillaje que representó el
resultado del 8 de diciembre del 2013 donde el Polo Patriótico que representa
electoralmente al Gobierno se alzó con la mayoría de Alcaldías, mientras la
oposición solo obtuvo las más importantes excepto el Municipio Libertador del
Área Metropolitana de Caracas, pero este resultado no reflejaba subida alguna
de aceptación al gobierno, sino una muestra de la disciplina partidista, ya que
mientras el elector oficialista fue sin vacilaciones a sufragar por sus
candidatos a Alcaldes impuestos, y muchos de ellos bajo la presión de perder beneficios,
misiones, puestos de trabajo etc, el elector opositor prefirió
abstenerse, entregándole una vez más el resultado en bandeja de plata al
oficialismo para que se aferraran a afirmar que como ganaron la mayoría de
Alcaldías eso consolidaba la aceptación, del gobierno de Nicolás Maduro, algo
completamente falso y desdibujado de la realidad venezolana.
Pero
volviendo al tema de la violencia, resulta que así como antes del 12 de febrero
del 2014 se hablaba de los problemas del país, después de esa fecha se pusieron
de lado esos problemas y la principal prioridad noticiosa y en la opinión
pública fueron los asesinados en las protestas, las guarimbas, las
manifestaciones, los focos de violencia, la represión, la OEA, la UNASUR, Leopoldo
López, María Corina Machado, y últimamente el tema de la "PAZ", y el
"DIALOGO" etc,etc,etc mientras seguían asesinando y secuestrando
venezolanos, mientras seguía el desabastecimiento, mientras siguen las
devaluaciones del Bolívar y aumenta la inflación, es decir que mientras estos
problemas se obvien la presión de todo el pueblo afectado será menor de lo que
debería ser, si tomamos en cuenta que se está atentando contra lo esencial de
un pueblo, su alimento, su vestido, su trabajo y su seguridad personal.
En
lo personal siempre he sido de la idea que la PRESIÒN CIUDADANA CIVICA y NO
VIOLENTA no debe abandonarse, debe ser firme y persistente para que esa presión
logre que un mal gobierno, si no se arregla al menos rectifique, pero esa
presión ciudadana no es parte de quemar, incendiar, de destruir, eso no, porque
al quemar una unidad de Metrobus , no estás perjudicando al gobierno, estás
perjudicando al pueblo que es usuario de ese medio, igual si destruyes una
instalación oficial, eso requerirá de inversión para reparar, y ese recurso
deja de utilizarse en algo valioso y fructífero, además que se les da
argumentos al gobierno para justificar la no solución de problemas al decir que
por erogar dinero para reparar los daños de los manifestantes no se hace una u
otra obra, la cual tampoco la haría así no hubiesen protestas, pero la excusa
de la protesta, de las destrucciones es perfecta para ayudar a un mal
gobierno.-
Considero
que una lucha como la que está librando el pueblo opositor, los estudiantes,
los dirigentes y relacionados en general, debe conformarse por la sumatoria de
esfuerzos y de acciones, no es solo quemando basura para impedir el paso de
vecinos en el este como se puede desestabilizar, es manteniendo un pueblo en la
calle cívicamente, con banderas, con consignas, con reclamos, sin un solo
indicio que querer fomentar un daño a la república, ni mucho menos a la
propiedad privada, porque hay que tener muy claro que cuando destruyes
Ministerios, CDI, Escuelas o Universidades, no estás dañando al gobierno, estás
dañando el patrimonio de todos los venezolanos, ya que todas esas instalaciones
nos pertenecen y están ocasional y circunstancialmente en poder de un grupo
político hasta que la mayoría de venezolanos decidan lo contrario.
Comentario
especial merece el hecho que para que una reacción pacifica pero multitudinaria
de la sociedad civil en su conjunto rinda sus frutos es necesario que se
incorporen habitantes del oeste, del norte y de sur a los ya incorporados del
este de las principales ciudades del país, sin ellos la lucha será incompleta e
insuficiente, al igual que los resultados. Debe trabajarse entonces en la organización
y en la planificación, ya que siempre lo he dicho un régimen que lleva 15 años
en el poder no cae con 2,3 ó 6 meses de protestas, se requiere mucho mas
consistencia y mucha mas presencia de la sociedad civil, y dejarse de creer en
ese mito que un "Golpe Militar" sería la solución, primero porque no
lo es, segundo porque no hay esa cultura en la FANB, y tercero, como lo señaló
un dirigente de oposición hace unos días en la fulana "Reunión por el
Dialogo", "Iluso el político que se crea que un General va a
movilizar fusiles, aviones y tropas para quitar a un Presidente y colocarlo a
él", agregaría yo, como iluso es el ciudadano que piense que quemando y
destruyendo instalaciones, o cerrando el paso en vías, va a derrocar a un
gobierno que cuenta con el apoyo de la FANB, o al menos de su cùpula.-
Esa
sumatoria de la que hablo, va desde la presión cívica en la calle de
estudiantes y sociedad civil, cada vez que el momento lo demande, cada vez que
la situación del país represente un escenario propicio para salir a la calle a
protestar, a exigir cambios en políticas económicas, sociales y en general
gubernamentales. Va desde la presión oficial de organizaciones políticas en
gremios, en el Palacio de Gobierno, en Asamblea Nacional, en todo escenario que
sea posible, el dirigente de oposición debe ser vocero y garante del reclamo de
los que están inconformes con el gobierno y exigiendo un cambio. Y esa
sumatoria va también en el aspecto de difusión internacional de la problemática
venezolana, y así como se habla de “Parlamentarismo de calle” implantar un “Parlamentarismo
de Fronteras, en donde todos los diputados de la bancada opositora salgan del
país y coordinen conferencias, audiencias, exposiciones para que denuncien al
gobierno y sean no solo intérpretes y voceros de una sociedad civil que esta
frustrada y exige cambios, sino de una sociedad en general que aunque no
visualice la magnitud del problema actual igual sufrirá las consecuencias
cuando el problema trascienda a mayores y sea la “INCIVILIDAD” la tendencia
irreversible de la situación.-
No
voy a entrar en detalles de los por menores de esta crisis que padece
actualmente el país, producto, entre otras cosas de la carencia total de
separación de poderes, marco esencial para el buen funcionamiento de un sistema
democrático, todos los venezolanos pensantes y aún los que pensándolo lo callan
por disciplinados, saben lo evidente que han sido las demostraciones de
“Subalternidad” de todos los poderes del estado al poder ejecutivo nacional, lo
cual se demuestra en decisiones viciadas, de destituciones inconstitucionales,
en fallos "express", en toda esa serie de verdaderas aberraciones de
quien no ejerce el poder con sensatez y justicia sino con complacencia y
solidaridad partidista. Esta es una tarea de la dirigencia con ayuda de
sectores internacionales, lograr que esta “prostitución” de los poderes del
estado se acabe y que al menos se elijan representantes de poderes, que guarden
las apariencias y sean lo menos descarados ya que ese “caradurismo” de
personajes como Luisa Ortega Díaz, Gladys Gutiérrez, Tibisay Lucena, entre
otros no menos indecentes, le hace mucho daño a la estabilidad política del
país, no solo del gobierno, ya que ellas podrán confabularse para beneficiar al
gobierno y perjudicar al pueblo opositor, pero ese pueblo opositor es como una
levadura, que cada día ensanchará mas el reclamo y la exigencia de honestidad y
decencia y la crisis llegará a un punto “P” de no retorno.
En
conclusión y en mi opinión personal, la violencia no beneficia en nada a la
oposición como si beneficia al gobierno, porque teniendo control de los medios
de comunicación audiovisual como lo tiene, la matriz será la de: 1) “Oposición
es violenta y destruye bienes de la nación que son para el pueblo”, 2) ¿Esos
violentos que queman y destruyen son los que quieren gobernar Venezuela?, 3)
Como consecuencia de las acciones de violencia de la oposición el estado no ha
podido cumplir con tareas, cumplir con obras, eso ha atrasado el buen curso del
gobierno. Y así por el estilo, cientos de comentarios que harán de la oposición
un verdugo y del gobierno una víctima, cuando la realidad es completamente
contraria. Además que como ya lo señalé, siendo las protestas, los fallecidos
en las mismas los eventos más noticiosos nadie hablará o se hablará muy poco de
los verdaderos problemas del país y esto a quién beneficia es al propio
gobierno de Nicolás Maduro Moros.-
Hasta
un próximo análisis
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