MANUEL CORAO 18 de abril de 2016
Este
19 de abril se cumplen 206 años del grito de independencia expresado a viva voz
en Caracas, asiento de las autoridades regentes de la entonces Capitanía
General de Venezuela, por los criollos al rechazar la autoridad de Vicente
Emparan, capitán general.
En la
primera década del siglo XIX en Venezuela la Revolución Francesa estaba en boga
y los impresos de Jean Jacques Rousseau y su teoría del contrato social
alimentaban en los jóvenes de ultramar la idea de regir bajo un sistema
diferente a la tradicional conducción del rey y su corte.
Para
el XVIII en Europa el siervo y los despojos eran el sustento de la monarquía.
Este no estaba satisfecho con la parte que le quedaba en la repartición por su
esfuerzo. Los constantes excesos de los cuales eran víctimas acrecentó el
malestar social imperante.
De ahí
que los súbditos de la corona francesa o de los Luises de la época, en
conocimiento de otras formas de conducción, administración de justicia y
distribución de riquezas, como fórmulas de participación ciudadana, empezarán a
conspirar en busca de una mejor convivencia.
Los
derechos generales del hombre y el ciudadano eran la ambicionada meta social.
Para
ello lograr era necesario realizar cambios en el ámbito político, donde
precisamente los gobernantes fuera de rechazar cualquier modificación a su
guía, acallarían la pretensión conduciendo a la cárcel o la horca a quienes lo
intentaran.
La
Revolución Francesa inició el camino del logro de tales reformas. Es así que
decretan la abolición de la monarquía absolutista y asumen la exaltación de la
república bajo el lema de la igualdad, la libertad y la fraternidad.
Tal
como indicamos en párrafos anteriores, los avatares en el viejo continente
influenciaron el pensamiento y posteriores acciones de los habitantes de los
espacios adosados.
En
España fue depuesto el rey Fernando VII. Para la fecha histórica reseñada
estaba al mando de Venezuela como capitán general Vicente Emparan.
Para
ese momento los textos franceses ya habían calado hondo en el ánimo político de
los jóvenes, quienes acariciaban la idea de la independencia del territorio que
conformaba la Capitanía General de Venezuela.
El
anhelo pasaba necesariamente por una estructura representativa de dirección
fundamentada en un texto constituyente redactado por consenso cuya identificación
política sería de ahora en adelante la república.
La
ausencia de Fernando VII crea las condiciones para precipitar la evolución y
bajo la excusa de preservar sus derechos hasta que regrese, se crea una Junta
que resguarde su autoridad. Sin duda estrategia genial para ulteriores
acontecimientos.
Se le
solicita la renuncia a Vicente Emparan, quien apela al pueblo reunido en la
Plaza Mayor para conocer su parecer.
Ante
la afirmación de los parroquianos de estar de acuerdo con la emigración,
Emparan, afectado, renuncia y parte a España.
La
sociedad patriótica con Francisco de Miranda a la cabeza a partir de diciembre
de 1810 reúne a lo más representativo de los habitantes de Venezuela. Es así
como observamos personeros que tendrán mucho que ver con la naciente y su no
tutelado desempeño, tales como Antonio Muñoz Tébar, Francisco Espejo, Simón
Bolívar, Vicente Salias, Pedro Pellín, Casiano de Medranda, Miguel Peña,
Lorenzo Buroz, Francisco Antonio Paúl, Pedro Pablo Díaz, José Antonio Pelgrón,
Pedro Salias, Rafael Castillo, Carlos Núñez, José María Núñez, Carlos Soublette
y Ramón García Cádiz, entre otros.
Estos
líderes republicanos junto a los diputados representantes de las provincias del
país impulsarán el Congreso Constituyente, el cual inspirará el 5 de julio de
1811 se declare la independencia.
Hoy
recordamos la fecha histórica de aquella hazaña que resultó decisiva para la
independencia de Venezuela, cuando labriegos y lugareños arriesgaron todo,
incluso la vida por el anhelo supremo de libertad de todos.
Un
grupo de agentes del comunismo caribeño pretende entregarnos como súbditos de
los tiranos del Caribe a cambio de prerrogativas económicas de escaso valor.
Debemos recordar entonces a esos jóvenes de la sociedad patriótica quienes se
entregaron en cuerpo y alma por la república y renovar bríos en defensa del
terruño que nos acogió para siempre.
La
patria de Bolívar parece desaparecer. Ello no sucederá por cuanto los
venezolanos en las calles y paso de peatones accionan la partida del agente
invasor comunista cómo aconteció aquel 19 de abril de 1810 con el amilanado
Vicente Emparan ante el unitario grito de independencia.
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