Adriana Núñez Rabascall y Gustavo Ocando Alex 17 de junio de 2024
Los
sondeos sobre la elección presidencial del 28 de julio en Venezuela reflejan una
ventaja de más de 30 puntos a favor de del candidato opositor Edmundo González,
lo que pondría fin a 25 años de chavismo. Nicolás Maduro sube, pero lentamente,
dicen los expertos.
Las
encuestas en Venezuela proyectan un escenario muy claro a menos de mes y medio
de la elección presidencial: la oposición goza de “una
brecha muy grande” a su favor, reina un ambiente de cambio político, el
presidente Nicolás Maduro se recupera desde un piso muy bajo,
aunque lentamente, y el elector venezolano quiere mayoritariamente ir a votar.
A 6 semanas de distancia de la votación, el candidato opositor Edmundo González Urrutia tiene una amplia ventaja sobre su rival más cercano, el mandatario, pupilo del expresidente Hugo Chávez y candidato a la reelección tras 10 años de gobierno, según los expertos y responsables de firmas privadas de análisis de entorno político y opinión pública.
González
Urrutia, impulsado por el liderazgo de María Corina Machado, candidata ganadora
de la primaria opositora, pero inhabilitada por el chavismo institucional, tuvo
54.99 % de intención de voto, seguido de Maduro, con 14,42 %, de acuerdo con el
último sondeo de la firma ORC Consultores, realizado entre el 16 y el 24 de
mayo.
Con
base en 1.124 entrevistas, la encuesta también dio cuenta de que un 64,1 % de
los electores venezolanos participarían potencialmente en el proceso del 28 de
julio, explica a la Voz de América Oswaldo Ramírez,
presidente de la empresa y analista político.
Maduro
continúa “lento en la subida”, si bien apenas arranca su campaña y comienza a
notarse el gasto público a favor de su reelección, señala, por lo que Ramírez
anticipa “un repunte” en su candidatura. Sin embargo, la valoración negativa de
su gestión es del 80 %.
“En la
mente del elector sólo hay 2 candidatos: ‘cambio’ y ‘continuidad’. El candidato
al cambio es un proyecto liderado por Machado, que tiene un candidato en
González Urrutia. La gente ha entendido esa dupla y que el liderazgo de Machado
está asociado a la posibilidad de que se logren esas transformaciones en el
país”, indica.
El
país está viviendo “una energía electoral” de gente que observa un liderazgo
político capaz de lograr cambios políticos, como ocurrió entre 1997 y 2002,
cuando el entonces candidato y luego presidente Hugo Chávez Frías tenía altos
picos de popularidad, dice.
Liderazgo
transferido
González,
de 74 años, fue designado por consenso candidato único de la disidencia, en
sustitución de la líder inhabilitada María Corina Machado. Sin embargo, Machado
parece haber transferido gran parte de su popularidad a González, tanto que las
principales encuestadoras de Venezuela le dan al menos 15 puntos de ventaja
sobre Maduro.
El
Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés
Bello (UCAB) proyecta que González podría obtener unos 7 millones de votos,
mientras Maduro no superaría los 4.700.000. Este cálculo se desprende de
sondeos elaborados por terceros a los que ha tenido acceso esta institución
académica.
“La
oposición pareciera estar hoy en su mejor momento político y electoral,
mientras el gobierno pareciera estar en su peor momento, con una brecha en lo
electoral que es difícil de superar a través de las prácticas tradicionales de
fraude y sin deslegitimar el proceso de la elección”, asegura el director del
centro, Benigno Alarcón.
A
juicio de Alarcón, no funcionó la estrategia de dividir a la oposición
inscribiendo otros 8 candidatos. Afirma que estos abanderados no superarán,
entre todos, el 10 % de los sufragios el 28 de julio.
El
retorno improbable de Maduro
El
politólogo y presidente de la firma Poder y Estrategia, Ricardo Ríos, habla de
una diferencia de 30 puntos entre Maduro y González Urrutia.
Según
sus números, el opositor alcanza el 55 % de intención de voto, mientras el
actual jefe de Estado tiene un techo de 30 puntos. “Es una brecha muy grande”,
dice Ríos a VOA.
También
indica que es "improbable" que el apoyo a Maduro crezca en los
siguientes días hasta el punto de que los resultados sean de alguna manera
reñidos.
“Podemos
hablar de números en frío y el gobierno está electoralmente derrotado. No hay
dudas, el tema es cuáles son los escenarios que se van a plantear",
advierte Ríos.
Alarcón,
por su parte, opina que el gobierno se enfrenta a un dilema político: permitir
que la elección se produzca con los candidatos y tarjetas hoy inscritos, o
boicotear el proceso.
La
eventual interrupción del proceso, como han advertido ante el país y la
comunidad internacional varios políticos opositores e incluso otros candidatos,
como Enrique Márquez, puede ocurrir a través de medidas “descabelladas” del
oficialismo, según Alarcón.
Esas
decisiones serían “eliminar” la candidatura de quien goza de la mayor intención
de voto, González Urrutia, o su tarjeta, la de la Mesa de la Unidad
Democrática, detalló.
“Sería
una locura hacerlo”, apuntó. “Sería acabar con la elección", añadió.
El
profesor universitario coincide en que Maduro no tiene mayor opción de sumar
apoyos a última hora. “Lo que se está formando es un gran movimiento social que
busca el cambio del país, porque sienten que están en un sistema que se
agotó", asegura Alarcón.
No en
vano, el mandatario ha reconectado con el chavismo duro mediante políticas como
el aumento de pensiones o la creación del ministerio del adulto mayor, un
segmento que suele respaldar al chavismo, representado en Maduro desde 2013,
resalta.
Ramírez,
de ORC Consultores, destaca que aún “falta mucho por ver”, pues “las incertidumbres
sobre la candidatura opositora y la elección “están a la vuelta de la esquina”.
“Pero
la realidad es que la gente desea votar. Hay una visión de que, participando y
votando, se va a poder alcanzar esa transformación política. Es el gran deseo
de todos: reconciliación, retorno de la gente, reencuentro”, indica.
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