Luis Manuel Esculpi 15 de agosto de 2019
@lmesculpi
Están
claros en que sus mejores tiempo pasaron. El sol está a sus espaldas. En lo más
íntimo de su conciencia saben que no pueden con la crisis que ellos mismos
provocaron. Lo que imaginaron como un proyecto político renovado resultó un
tremendo fracaso. El sueño se transformó en pesadilla. La mística y el
desprendimiento que alguna vez acompañó a algunos dirigentes se desvanecieron
en el ejercicio de gobierno. Los mismos no imaginaron disponer de tanto poder
que los corrompió hasta más no poder.
La
fraseología y la liturgia izquierdista las conservan solo como una fachada para
cubrir el abandono de ideales que proclamaron en los años mozos. Conservar el
poder por el poder mismo constituye su obsesión, cada día les resulta más
difícil cumplir con ese propósito. Se defienden con las mañas aprendidas, como
aquellos lanzadores en el béisbol que cuando pierden velocidad, apelan a los
trucos asimilados a lo largo de su carrera,pero saben que ese recurso no es
eterno. Sus efectos disminuyen cuando no tienen la iniciativa y actúan
defensivamente.
Intentan
demostrar fortalezas aún con la ausencia de algunas de las que en realidad
tuvieron como lo fue el significativo apoyo popular y la actual pérdida de
credibilidad.
No hay
que desconocer las habilidades que manifiestan en su actuación, su repuesta a
las recientes sanciones de Trump era del librito, se cuidaron en el anuncio de
afirmar que se retiraban de Barbados que sería “en esta oportunidad” y de las
reuniones previstas par el “jueves 8 y viernes 9”. En paralelo dejaron filtrar
la idea de haberse levantado de la mesa de negociación.
Pretendieron
retomar la iniciativa a través de una hábil campaña de intriga alrededor de la
convocatoria de la ilegítima constituyente, sus laboratorios difundieron
diversidad de rumores por doquier, generando una expectativa no correspondida
con las decisiones que adoptarían. No es una medida de tono menor la
inconstitucional decisión contra los diputados José Guerra, Tomás Guanipa y
Juan Pablo García, aunque en el caso de los dos primeros era una situación
prevista desde hace unos meses, hasta el punto que ambos ya tienen tiempo
resguardados y protegidos.
Insistimos
sin disminuir la gravedad de las decisiones en el día de ayer, los mensajes
desplegados por su aparato comunicacional eran catastróficos : desde el
“allanamiento de la inmunidad ” a 35 parlamentarios que supuestamente no tienen
suplentes, hasta la disolución de esa instancia legítima y reconocida que es la
Asamblea Nacional, pasando por la convocatoria de elecciones adelantadas para
el poder legislativo.
Existen
varias hipótesis para intentar explicar el porqué no adelantaron medidas como
las que venían pregonando, una de ellas sostiene que la firme repuesta de
Guaidó y los diputados de la AN, junto a la reacción de la comunidad
internacional los obligó a “recular” y desistir de sus propósitos iniciales.
Sin
despreciar ese razonamiento dotado de lógica y posible validez. Por mi parte
consideró esa operación “fríamente calculada”, su objetivo era presionar sobre
la mesa de negociación, de la cual tal como se desprende del comunicado, no han
decidido levantarse, de ser cierta esta hipótesis podrían reincorporase en un
tiempo prudencial Los noruegos ha reiterado que mantienen contacto con ambas
partes para restablecer su funcionamiento, por lo que no es descartable que
ello pueda ocurrir más o menos próximamente.
No es
cierto que el tiempo juegue a favor de Maduro y compañía, ellos saben que no
las tienen todas consigo, al contrario, su situación está sumamente disminuida
y comprometida. La crisis prosigue su vertiginoso curso y están incapacitados
para atenderla, el rechazo es cada vez mayor, las deserciones se hacen
frecuentes , el malestar recorre los vestigios de la otrora poderosa
organización, los CLAP y el clientelismo no constituyen garantes de fidelidad
política, la procesión anda por dentro y crece la desconfianza en los factores
que hasta ahora han sido su principal sostén.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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