Mensaje
con Destino: la lucha por la paz y democracia no termina el 14 de abril
Por Jesús González Briceño, 12 de abril de 2013
Los
patriotas demócratas de esta Nación no podemos olvidar estas fechas del 2002 como tampoco todos las
tropelías, improperios, zozobra, insultos, abusos, muertes, heridos, presos,
exiliados… contra los derechos humanos consagrados en nuestro texto
constitucional, de parte de un Gobierno omnímodo, que lo ha convertido en
basura inservible sólo para seguir los designios que, desde 1959, están
tratando de imponer los hermanos Castro en nombre de una revolución comunista
fracasada en Cuba y en todos los países que la han sufrido por subyugamiento político-militar y con el apoyo
de los títeres nacionales, cuyos cerebros han sido lavados por la droga de las doctrinas
marxistas, leninistas y castristas del comunismo internacional y proletario.
Cada una de estas dictaduras, al igual al fascismo, franquismo, nazismo y otras
de similar factura del extremismo ideológico, surgidas en el mundo, se han
derrumbado por su propio peso y el inconmensurable daño causado a los que las han padecido, con lágrimas, dolor,
muerte, desapariciones físicas, diásporas, y penurias económicas difíciles de
subsanar. Pero el mal no es eterno ni las gentes pueden sufrir sus efectos
indefinidamente.
Desgraciadamente
nosotros caímos en la trampa liberadora de la revolución castrista del 59,
cuando estos dos hermanos con el apoyo de su desalmada camarilla descerebrada preconizaron por los continentes africanos y asiáticos el foquismo (guerrilla e intervención)
revolucionario que prontamente se hizo presente en nuestra querida América
Latina sin que los guardianes de libertad hicieran mucho por impedirlo y con el
apoyo de la URSS erigida como potencia mundial efímera. No así el Castrismo que
continúa cosechando laudes y alabanzas, después de violentar las soberanías nacionales
de Argentina ( 1963 ), Bolivia, en la
cual de deshicieron prontamente del Che
Guevara, y en Nicaragua pero que posteriormente volvieron por sus fueros; los
intentos por prender las guerrillas en Panamá, Haití, Dominicana, y hacia el
sur, en Chile, Perú y Colombia, que desde el 48, trataron de aprovechar el
Bogotazo, y por supuesto, Venezuela, en la cual pusieron su mira para subsanar el
fiasco de la economía socialista con el oro negro del petróleo, lo conseguido
por la entrega incondicional e ingenua
de Hugo Chávez, cuando él mismo observó de cerca el desastre anímico,
sicológico, económico, institucionalizado, constructivo y cerebral de los habitantes de la ISLA BONITA. Pero no dudó un segundo en traspasar su herencia a su fiel, amigo y discípulo
de la causa comunista, Nicolás Maduro, a sabiendas que no le quedaba mucho
tiempo de vida aún con los despojos de El Libertador y la brujería de los
paleros. Su sucesor asumió su legado con orgullo y a sabiendas que tenía que
seguir su obra destructiva de las esperanzas de un pueblo, como el de nuestro
país, que jamás pensó estar pasando por el trance despiadado de un Gobierno-Estado que ha cometido toda clase de
fechorías en todos los campos de la actividad con la fuerza de la totalidad de los
poderes fraudulentamente constituidos, y con el bastión de las fuerzas
castrenses y policiales cupulares. Así se nos presenta Nicolás con este regalo
tempranero sin ser navidades para decirnos que su Corazón es de Cuba y de los hermanos
Castro para entregar sus recursos monetarias, su petróleo, y llenar nuestras
calles, fábricas, dispensarios, instalaciones deportivas, registrales, y su
soberanía, lo más sagrado de nuestro acervo patriótico, a la isla comunista.
Nicolás
ofrece definitivamente Nuestra Nación con su Patrimonio, a los Castro para conformar CUBAZUELA, en la
que gobernarán y dispondrán de sus riquezas y de sus incautos ciudadanos
lavados ideológicamente por las misiones
y por la propaganda mediática. Además el candidato oficialista ha demostrado desconocer
su país y ha mostrado graves carencias
gerenciales y políticas de conducción como jefe de estado, aunque sí ha sido
un avezado propalador de mentiras y engaños y su eficiente capacidad de
insultar y prodigar vituperios a sus oponentes
políticos que es la única lección aprendida diligentemente en las escuelas de
formación castro-comunista, en su mocedad, en la Habana. ESA ES LA OPCIÓN DEL
CASTROCOMUNISMO EL 14 DE ABRIL
La otra ALTERNATIVA
es el triunfo de la Venezuela Democrática y Social de Derecho y de Justicia, Igualitaria,
Federal y Descentralizada, Pluralista, Soberana e Independiente, Participativa,
Electiva, Alternativa y Responsable de
los Derechos Humanos y de la Paz Internacional, representada por ENRIQUE
CAPRILES R. quien con todos los venezolanos de buena voluntad tendrá que
enmendar los graves daños ocasionados por un régimen que en casi tres lustros
ha despilfarrado más de 700.000 mil millones dólares, dejando un gran deterioro
y descuido de la infraestructura y servicios públicos; un déficit de vivienda
de más de 2,5 millones de unidades; una desequilibrio injustificado de las
finanzas públicas obligándolo a recurrir al endeudamiento de más
de 150.000 mil millones de dólares y una economía abatida por una tasa
inflacionaria de casi el 100% en el 2013, y de una industria petrolera al borde
del colapso financiero y operativo ; convertida en una economía de puertos con
la importación de nuestros principales rubros alimenticios e insumos agrícolas
e industriales que alcanza más de la mitad de lo requerido; y lo más grave de
todo por sociedad dividida y polarizada
en la cual se han deteriorado considerablemente los derechos humanos en todos
sus facetas, al tratar de crear una
lucha de clases entre demócratas y comunistas
para implantar la obediencia y la
pasividad de la ciudadanía ante los principios tiránicos del comunismo cubano. La elección del 14-A no es
la última batalla que librarán los demócratas venezolanos y seguirán luchando
por hacer respetar los principios constitucionales y la paz ciudadana sean
cuales fueren los resultados de ese evento. Hay que rescatar la Patria en manos
de los farsantes y desalmados. No hay otra alternativa ante la pretendida
continuidad y corresponsabilidad de Nicolás.
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