Por Juan Andres Mejía,
09/04/2013
En
estos días pre electorales mucha gente en la calle pregunta si creo que podemos
ganar. En Venezuela aplica el viejo dicho que la gente “apuesta a ganador”, es
por eso que cada bando intenta crear la percepción de que están ganando. Sin
embargo, analicemos nuestras posibilidades basados en hechos concretos.
Comencemos
por el ventajismo. Como ya lo comente en mi artículo anterior, no cabe duda de
que este es un proceso marcado por el abuso y la mentira de un gobierno que está
dispuesto a hacerlo todo para mantenerse en el poder: utilizan cadenas
nacionales, censuran a medios privados, utilizan recursos del estado para hacer
campaña, amedrentan a empleados públicos, el Ministro de la Defensa viola la
constitución, etc. Todo esto es cierto, pero también es cierto que, aún bajo
esas condiciones hemos logrado triunfos importantísimos: en Miranda le ganamos
a Diosdado en 2008 y a Jaua en el 2012, en Petare le ganamos a Jesse Chacón en
2008, en Caracas le ganamos a Aristóbulo en 2008 y en el país, le ganamos a
Chávez en 2007 (y 2010 también ganamos en voto popular).
El gobierno intenta hacernos creer que el resultado de las elecciones de
2012 es una tendencia irreversible. Pero la política no es estática, y menos en
nuestro país. Cada vez que yo escucho el argumento de las tendencias
irreversibles me viene a la cabeza 2007. No olvidemos que menos de un año antes
del referéndum de 2007 para reformar la constitución hubo otras elecciones. En
las elecciones presidenciales de 2006, Chávez le ganó a la oposición por más de
3 millones de votos (26 puntos de diferencia), es decir, una diferencia mucho
mayor que la de 2012 (el 7 de Octubre la diferencia fue de 10 puntos), y aún
así la oposición ganó en 2007. ¿Qué paso? Paso que el oficialismo perdió 3
millones de votos, mientras que la oposición consolidó los suyos.
Esto no quiere decir que nuestro sistema electoral sea justo, lo que
quiere decir es que a pesar de lo injusto, es posible vencerlo. Pase lo que
pase el domingo no podemos seguir aceptando que un gobierno de turno intente
imponer su voluntad antes los ciudadanos.
Henrique ha hecho un esfuerzo extraordinario tanto en esta campaña como
en la anterior. Su discurso ha sido un discurso basado en verdades, un discurso
sin pelos en la lengua. A diferencia de hace algunos años, millones de personas
hoy no votan en contra del oficialismo, sino a favor del cambio. Este domingo,
no solo debemos votar, debemos encargarnos de que absolutamente todas las
personas que conozcamos y quieren un cambio lo hagan también. Revisen sus
contactos en el celular; sus correos; visiten su cuadra, barrio, pueblo ó
edificio; ingresen a www.votacapriles.com,
regístrense como movilizadores y encárguense de llevar a todas esas personas a
votar; porque este domingo si nos movilizamos, ganamos.
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