MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES miércoles 5 de febrero
de 2014
mariadenissecapriles@gmail.com
@VzlaEntrelineas
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Nuevamente un grupo de jóvenes
venezolanos ha dejado el nombre de Venezuela muy en alto fuera de las fronteras
de nuestro país. Siete estudiantes de cuarto y quinto año de la U.E. Academia
Washington de Caracas ganó el primer lugar en la "2 Competencia Internacional
Moot Court" que se llevó a cabo durante la semana del 20 al 24 de enero en
La Haya, Holanda contra participantes de Argentina, Bulgaria, China, Georgia,
Alemania, Holanda, Polonia, Rumania, Rusia, Sudáfrica y Estados Unidos.
En dicha competencia se simula a la Corte Penal Internacional. La ronda final de la competencia tuvo lugar en el Palacio de la Paz de La Haya y los integrantes del equipo venezolano fueron los jóvenes Fabiana Castro, Cristina Vargas, Rebeca Martínez, Ricardo Mondolfi, Sofía Bittolo-Bon, Victoria Di Paolo y Ana Christina Vivas, todos entre los 16 y 17 años de edad. Disputaron la final ante la delegación de Sudáfrica.
Estos jóvenes cuentan, con mucha emoción, que su preparación se inició en octubre del año pasado. Ninguno de ellos tenía conocimientos jurídicos y mucho menos de derecho internacional. Junto con sus profesoras Ana María Applewhite y Stephanie Mitchell, y una abogada recién graduada de la Universidad Católica Andrés Bello, Adriana Torres, se fueron introduciendo en el mundo de las cortes internacionales. Se centraron en los crímenes de lesa humanidad, específicamente el de esclavitud, ya que ese era el cargo de su acusado.
Inicialmente se reunían de 2 a 3 horas por semana y a medida que se acercaba la fecha del viaje sus reuniones llegaron a ser de 6 a 8 horas diarias. Una vez en La Haya los nervios aumentaron y se quedaban estudiando hasta las 3 de la madrugada todas las noches. Ellos cuentan que reforzaban sus argumentos, editaban sus discursos y se preparaban lo mejor posible para las preguntas de los jueces.
Los jueces tenían prohibido saber de qué país venía cada delegación y, según los jóvenes ganadores, estos quedaron impresionados con la naturalidad que mostraron al hablar y con la capacidad para responder las preguntas. Se realizaron tres días de rondas preliminares contra equipos de 8 países distintos y se expuso frente a 24 jueces expertos en derecho internacional. Los criterios por los que fueron evaluados incluían el conocimiento de los hechos y el derecho, poder de persuasión y oratoria. La noche del 23 de enero anunciaron que los dos equipos que irían a la final en el Palacio de la Paz serían Sudáfrica y Venezuela.
Los jóvenes relatan: "Al día siguiente, todo ocurrió. Todos los participantes de la competencia asistieron al Palacio de La Paz para presenciar la ronda final y la ceremonia de premiación. Este palacio es la sede de la Corte Internacional de Justicia, y los jueces que presidieron la final pertenecían al tribunal internacional para la antigua Yugoslavia, la corte penal internacional, y abogados en casos de alto perfil en cortes internacionales. Todos estábamos muy nerviosos. Sudáfrica, por ser fiscalía, expuso sus argumentos primero. Luego, era nuestro turno. Cada uno de los tres miembros de nuestra defensa dio su discurso y presentó sus argumentos. En ese momento, fuimos bombardeados con preguntas retadoras por los jueces, cada una más difícil que la anterior. Todas requerían un profundo nivel de conocimiento. Los jueces deliberaron por más de una hora mientras los participantes almorzaban. Luego volvimos a entrar al espectacular salón de vidrio y madera en el Palacio de La Paz. Ahí, los jueces dieron un corto discurso, y después de algunos segundos de silencio (que parecieron una eternidad) anunciaron que Venezuela era el equipo vencedor. No podíamos creer que habíamos ganado contra un equipo que tenía extensa experiencia y que además era selección nacional. Fue un verdadero orgullo representar a la juventud venezolana y al potencial que tenemos todos. Nos dimos cuenta que a través de la perseverancia, dedicación y mucho trabajo duro, personas comunes pueden lograr cosas verdaderamente extraordinarias. Ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que hemos tenido, y nos sentimos verdaderamente agradecidos de esta fantástica oportunidad, tan temprano a nuestra edad. Se nos abrieron los ojos ante el derecho, ante un mundo en el que las leyes se aplican como deben ser, donde las opiniones se respetan y la justicia es la prioridad antes que nada. "Dura lex, sed lex": "La ley es dura, pero es la ley".
¡Mil felicitaciones a estos maravillosos jóvenes, a sus maestros y a sus padres! ¡Estos muchachos son un pequeño reflejo de la inigualable generación que se está levantando en nuestra amada Venezuela! ¡Ustedes son parte de nuestra gran esperanza! ¡Mil gracias por dejar bien en alto el nombre de nuestro país, nada más y nada menos que en La Haya, la ciudad internacional de la Justicia y la Paz!
Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140205/jovenes-venezolanos-triunfan-afuera
En dicha competencia se simula a la Corte Penal Internacional. La ronda final de la competencia tuvo lugar en el Palacio de la Paz de La Haya y los integrantes del equipo venezolano fueron los jóvenes Fabiana Castro, Cristina Vargas, Rebeca Martínez, Ricardo Mondolfi, Sofía Bittolo-Bon, Victoria Di Paolo y Ana Christina Vivas, todos entre los 16 y 17 años de edad. Disputaron la final ante la delegación de Sudáfrica.
Estos jóvenes cuentan, con mucha emoción, que su preparación se inició en octubre del año pasado. Ninguno de ellos tenía conocimientos jurídicos y mucho menos de derecho internacional. Junto con sus profesoras Ana María Applewhite y Stephanie Mitchell, y una abogada recién graduada de la Universidad Católica Andrés Bello, Adriana Torres, se fueron introduciendo en el mundo de las cortes internacionales. Se centraron en los crímenes de lesa humanidad, específicamente el de esclavitud, ya que ese era el cargo de su acusado.
Inicialmente se reunían de 2 a 3 horas por semana y a medida que se acercaba la fecha del viaje sus reuniones llegaron a ser de 6 a 8 horas diarias. Una vez en La Haya los nervios aumentaron y se quedaban estudiando hasta las 3 de la madrugada todas las noches. Ellos cuentan que reforzaban sus argumentos, editaban sus discursos y se preparaban lo mejor posible para las preguntas de los jueces.
Los jueces tenían prohibido saber de qué país venía cada delegación y, según los jóvenes ganadores, estos quedaron impresionados con la naturalidad que mostraron al hablar y con la capacidad para responder las preguntas. Se realizaron tres días de rondas preliminares contra equipos de 8 países distintos y se expuso frente a 24 jueces expertos en derecho internacional. Los criterios por los que fueron evaluados incluían el conocimiento de los hechos y el derecho, poder de persuasión y oratoria. La noche del 23 de enero anunciaron que los dos equipos que irían a la final en el Palacio de la Paz serían Sudáfrica y Venezuela.
Los jóvenes relatan: "Al día siguiente, todo ocurrió. Todos los participantes de la competencia asistieron al Palacio de La Paz para presenciar la ronda final y la ceremonia de premiación. Este palacio es la sede de la Corte Internacional de Justicia, y los jueces que presidieron la final pertenecían al tribunal internacional para la antigua Yugoslavia, la corte penal internacional, y abogados en casos de alto perfil en cortes internacionales. Todos estábamos muy nerviosos. Sudáfrica, por ser fiscalía, expuso sus argumentos primero. Luego, era nuestro turno. Cada uno de los tres miembros de nuestra defensa dio su discurso y presentó sus argumentos. En ese momento, fuimos bombardeados con preguntas retadoras por los jueces, cada una más difícil que la anterior. Todas requerían un profundo nivel de conocimiento. Los jueces deliberaron por más de una hora mientras los participantes almorzaban. Luego volvimos a entrar al espectacular salón de vidrio y madera en el Palacio de La Paz. Ahí, los jueces dieron un corto discurso, y después de algunos segundos de silencio (que parecieron una eternidad) anunciaron que Venezuela era el equipo vencedor. No podíamos creer que habíamos ganado contra un equipo que tenía extensa experiencia y que además era selección nacional. Fue un verdadero orgullo representar a la juventud venezolana y al potencial que tenemos todos. Nos dimos cuenta que a través de la perseverancia, dedicación y mucho trabajo duro, personas comunes pueden lograr cosas verdaderamente extraordinarias. Ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que hemos tenido, y nos sentimos verdaderamente agradecidos de esta fantástica oportunidad, tan temprano a nuestra edad. Se nos abrieron los ojos ante el derecho, ante un mundo en el que las leyes se aplican como deben ser, donde las opiniones se respetan y la justicia es la prioridad antes que nada. "Dura lex, sed lex": "La ley es dura, pero es la ley".
¡Mil felicitaciones a estos maravillosos jóvenes, a sus maestros y a sus padres! ¡Estos muchachos son un pequeño reflejo de la inigualable generación que se está levantando en nuestra amada Venezuela! ¡Ustedes son parte de nuestra gran esperanza! ¡Mil gracias por dejar bien en alto el nombre de nuestro país, nada más y nada menos que en La Haya, la ciudad internacional de la Justicia y la Paz!
Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140205/jovenes-venezolanos-triunfan-afuera
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