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viernes, 14 de febrero de 2014

La familia

FERNANDO CASTRO AGUAYO jueves 13 de febrero de 2014

Este artículo no será noticia: trata de lo normal. En la tradición pluricultural, la celebración del matrimonio constituye la familia. El anhelo humano universal es la familia: la unión entre hombre y mujer.. Y los niños reclaman familia: es decir cariño, seguridad, estabilidad.

El mundo está revuelto. Los derechos y los deberes de la persona no los da estrictamente la ley, vienen de la misma naturaleza humana.

Para los creyentes en Dios, es el mismo creador el que hizo a la persona varón o mujer. Esa condición sexual es evidente y se manifiesta en todos los órdenes de la vida. Está orientada al amor, complementario de hombre y mujer, en orden a la procreación, consecuencia de la condición matrimonial.

Mi experiencia me indica que hay un pequeño número de personas que tienen su afectividad desligada de su condición sexual. Son siempre los menos, y en la mayoría, eso tiene causas, tristes y dolorosas. Sin embargo, debo decir que muchos anhelan la familia, quisieran ser de otro modo. Son personas, tan dignas, que tienen la mirada de Dios sobre ellos, con ternura y afecto.

Lamentablemente, es noticia el afán de inculturar un modo homosexual de ver las cosas. Esto no es cónsono con la naturaleza humana como no lo es ni el machismo ni el feminismo. Estas absolutizaciones destruyen, es fácil destruir, el tejido cultural y cristiano de nuestras tradiciones.


A los matrimonios, a los novios que piensan casarse, ellos proclaman la belleza del amor humano, de la exclusividad y la fidelidad. Tienen una gran misión que les da el mismo Dios: proclamar que la senda áspera de la vida cuenta con un remanso que es la familia, por la que hay que trabajar y construirla día a día. Esto es de Dios y hay que conservarlo. ¡Bendita familia!

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