Reinaldo Agustin Santos, estudiante de medicina expulsado de la
Universidad por ser opositor al régimen de los Castro, nos narra su odisea y
acerca de cómo la educación en Cuba está íntimamente ligada a las ideas
políticas.
Resumen:
Reinaldo Agustín Santos es ex-estudiante de Medicina de la
Universidad de Mella y joven activista de la UNPACU, comenta cómo fue expulsado
en Abril de la Universidad, según le dijeron sus profesores, por sus
“principios”. El día 31 de enero del presente año, viernes, fue a recoger la
baja que explicaba por qué le expulsaban de la Universidad. En ella se puede
leer la causa de la expulsión, como se muestra a continuación.
El certificado de
expulsión/baja
«El estudiante se manifestó… en
contra de los principios de nuestra revolución, conducta inconsecuente con los
principios éticos y morales de nuestra sociedad»
La consecuencia fue una baja por «pérdida de
requisitos»:
El firmante de tal innominiosa declaración de expulsión es el Dr.
Alberto García Vidal, que también expulsara de la facultad de medicina a otro
estudiante que salió en los periódicos de medio mundo, San Miguel Molina Cobas,
un brillante estudiante, como dice la propia carta de expulsión, y que en la actualidad cursa sus estudios de
medicina en una de las mejores universidades de los Estados Unidos, gracias a
fondos particulares de benefactores que quisieron poner remedio a dicha injusticia al leerla en la prensa.
El Dr. Alberto García Vidal, auténtico Dr. Muerte de la Educación, deberá
ser tenido en cuenta por la Revolución y escalar peldaños en ésta, pues se ha
ganado con creces el seguimiento de la doctrina de represión del régimen. Pero
también deberán recordarse sus acciones para ser tenidas en cuenta por parte de
cualquier corte judicial democrática de una futura Cuba. Aldáteres como éste
del régimen, más que apoyar la represión del sistema impuesto en Cuba,
representan los cimientos de dicha represión en el seno de los órganos que
deberían prestar educación a la juventud cubana.
¿Requisitos para
estudiar medicina en Cuba?
El primero y más importante, antes que los estudios, antes que la
indisciplina, antes que la ausencia de las clases, antes que nada, el régimen
no tiene reparo en manifestar por escrito que es declararse
ferviente seguidor de los principios de la revolución. Para
estudiar, hay por tanto que tener una determinada ideología.
Cuando un país se vanagloria de tener un sistema educativo, lo
primero que tiene que ser ese sistema es educativo, y no adoctrinante y
alienante. En caso contrario, el fin de la educación no es otro que el
sectarismo, el adoctrinamiento, la influencia forzada sobre los más jóvenes de
una sociedad, y el sistema no debiera ser juzgado como un beneficio para los
jóvenes cubanos, sino una letal arma contra el principio esencial de la
educación: la cultura como mecanismo de la amplitud y libertad de pensamiento. El sistema
cubano no es educativo, es adoctrinante.
Cuba no presta labores educativas en la isla para dotar de cultura
a la población, sino para manipular la sociedad desde los más jóvenes. Por ello
a la disidencia se les incautaron regalos de
navidad de cientos de niños en Cuba, porque atenta contra
un plan premeditado, medido, articulado para orientar a los más jóvenes hacia
unos principios políticos concretos aislacionistas y dependientes del Estado, y
en contra de todo aquel que pueda poner en duda que éste debe transicionar
hacia una democracia participativa, o un sistema de derechos diferente.
Los países miembros
de la Celac que visitaron Cuba
Hace pocos días estuvieron en La Habana miembros de multitud de
países democráticos, cuyos líderes obviaron (salvo las delegaciones de Chile y
Costa Rica, lo cual honra a dichos países) que Cuba es una cárcel ideológica,
donde los seres humanos no tienen posibilidad de disentir, expresarse o tener
un activismo pacífico por una causa tan noble como la que les otorgó a ellos el
liderazgo en sus países: la democracia.
Un cubano no puede expresar su disentir con el sistema político
cubano y a favor de la democracia, y por ello es expulsado de la Universidad o,
en miles de casos, conducido a prisión,
aislamiento y negación de los bienes de la sociedad cubana.
Los mismos principios que los líderes latinoamericanos dicen
defender: la pluralidad, los derechos humanos y el estado de derecho, el
Gobierno Cubano los pisotea. Les ha dado igual. No han hecho, salvo dos
honrosas delegaciones, gesto alguno a favor de los principios que supuestamente
defienden.
La diplomacia es importante, pero cuando ésta atenta con los
principios que se busca con ella, actuar en la diplomacia obviando los
principios es obviar los principios en sí, buscando fines que difieren
claramente de éstos.
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