ALFREDO MEZA Caracas 13 FEB
2014
La televisión venezolana
no transmite imágenes de la violencia ocurrida en Caracas en horas de la tarde tras
la finalización de una protesta opositora
Una marcha estudiantil
en Caracas deriva en enfrentamientos con la policía
Una manifestación convocada ayer por
la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro terminó con un saldo trágico. La
fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, confirmó la muerte a tiros de
dos personas más otros 23 heridos en las protestas que se produjeron en Caracas
y las principales ciudades del país. Los disturbios se produjeron cuando una
manifestación de estudiantes, que se apostó frente a la sede de la Fiscalía General
en el centro de la capital, se enfrentó a la policía que trataba de disolver la
protesta. Los principales líderes de la oposición política se desmarcaron
inmediatamente de la violencia.
Uno de los fallecidos es el
responsable de la coordinación de todos los llamados colectivos —bandas
parapoliciales armadas por el Gobierno— del barrio 23 de Enero de la capital,
uno de los principales enclaves chavistas. Su nombre es Juan Villegas. La otra
persona fallecida responde al nombre de Bassil Da Costa y era un estudiante.
Una gran cantidad de seguidores de la
oposición caminó desde Plaza Venezuela hasta la sede central de la Fiscalía
General de la República en la parroquia La Candelaria de la capital venezolana.
Los estudiantes pretendían entregar un documento en el que rechazaban la
detención de cinco de sus compañeros en las protestas ocurridas desde la semana
pasada en los estados Táchira y Mérida, en el Occidente de Venezuela.
La actividad culminó poco después de
las dos de la tarde (siete y media de la tarde en la España peninsular), pero
una hora después, según pudo comprobar EL PAÍS sobre el terreno, todo hacía
presagiar que la protesta no terminaría en paz. Había personas con piedras en
la mano y con el torso desnudo. Utilizaban sus camisetas para cubrirse el
rostro. Otros portaban máscaras para evitar la asfixia que provocan los gases
lacrimógenos que usa la policía para reprimir manifestaciones. Se sentía un
penetrante olor a vinagre, que disipa los efectos de la asfixia.
Al mismo tiempo, un cordón policial
impedía a los manifestantes dispersarse hacia las calles aledañas. A las 3:30
de la tarde empezaron a volar piedras y botellas de lado y lado. La policía
avanzó para dispersar al grupo que permanecía frente a la Fiscalía. Los
estudiantes corrieron hacia la vecina avenida Bolívar y las salidas del metro.
Usuarios de Twitter reportaban disparos. Los manifestantes que decidieron
permanecer en el lugar y desafiar a la policía arrojaron piedras sobre la
fachada del edificio del Ministerio Público.
Mientras todo eso sucedía, la
televisión venezolana no emitía en directo las imágenes en un claro indicio de
autocensura. El canal internacional NTN24 era el único que transmitía lo que
estaba ocurriendo en Caracas. El líder de la formación opositora Voluntad Popular,
Leopoldo López, y la diputada María Corina Machado, líderes del ala de la
oposición partidaria de tomar la calle para presionar para lograr una nueva
convocatoria de elecciones, se desmarcaron de la violencia a través de esa
emisión y afirmaron que fue el Gobierno a través de sus bandas parapoliciales
el que provocó la violencia.
Un minuto antes de las cuatro de la
tarde William Castillo, presidente de la Comisión Nacional de
Telecomunicaciones, el ente regulador, pidió en su cuenta de Twitter a las
señales internacionales de televisión “respetar al pueblo venezolano”.
“Promover la violencia y el desconocimiento de las autoridades es un delito”,
añadió el responsable. Fue una advertencia de lo que vendría después. A las
seis de la tarde hora local la compañía de televisión de pago DirecTV sacó la
señal de su parrilla de programación. A los venezolanos les quedaba sintonizar
el canal oficial Venezolana de Televisión o la transmisión en YouTube de NTN24.
El Gobierno prometió investigar los
hechos y castigar a los responsables. Anoche aún no se había pronunciado sobre
estos hechos el presidente Nicolás Maduro, pero otros líderes chavistas se
apresuraron a culpar a la oposición. El ministro de Exteriores, Elías Jaua,
acusó a Leopoldo López, de ser el “responsable intelectual de la muerte y de
los heridos en Caracas”. “El Estado no tiene más excusas para castigar a este
asesino”, añadió. “El fascismo se corta por la cabeza. Nuestra Patria merece
paz y vida”, dijo a través de Twitter.
El presidente de la Asamblea Nacional
(AN), Diosdado Cabello, también hizo responsables directamente tanto a López
como a Machado de los sucesos de Caracas, ya que ellos convocaron la marcha
hacia la sede de la Fiscalía. “Son ellos los responsables”, afirmó. “El pueblo
les queda grande, nunca van a gobernar este país ¿Qué se creen?”.
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