Por Eddie
Ramírez, 05/04/2014
Estos
revolucionarios sacaron a relucir lo más bajo del ser humano. En el pasado
hemos tenido violentos, asesinos, torturadores y ladrones. Hoy tenemos
revolucionarios rojos que tienen todas esas características y algo más. Son
embusteros, cobardes y perversos.
Embusteros
son desde el inquilino de Miraflores hasta los integrantes de los grupos
paramilitares, pasando por muchos ministros y otros altos funcionarios. Maduro
es un embustero compulsivo. Miente sobre su nacionalidad, sobre las causas del
desabastecimiento y de la inflación. Encubre a sus grupos paramilitares y a los
corruptos. Sus mentiras son tan elementales que en otras circunstancias
causarían risa, como por ejemplo la supuesta tala de cinco mil árboles para
formar trincheras de la libertad, sin tener idea del gran número de hectáreas
que tendrían que haber destruido. Embusteros son los paramilitares que se
presentan como colectivos que realizan labor social, comprometiendo el nombre
de otros colectivos que sí tienen razón de ser.
Cobardes
son los paramilitares y otros grupos violentos del régimen que actúan en
gavilla, abusando de su número y de su armamento para asesinar y agredir a
quienes no comulguen con este régimen opresivo. Cobardes son los funcionarios,
diputados, jueces, fiscales, militares y adeptos al oficialismo que callan las
violaciones del régimen a los derechos humanos, que los encubren o que los
facilitan.
Perversos
son los guardias nacionales y policías que torturan. ¿Qué decir de los
depravados paramilitares rojos que, dentro del recinto de la UCV, golpearon a
un estudiante y lo desnudaron? ¿Cómo puede un ser humano llegar a ese grado de
aberración? Seguramente después celebraron su fechoría con unos tragos de anís,
convencidos que habían humillado al estudiante. En medio de su conducta abyecta
quizá no se percatan que fueron ellos mismos quienes se humillaron. ¡ Canallas!
¿Hasta
dónde puede llegar esta situación? La historia juzgará severamente a jueces y
fiscales del horror, así como a Maduro, a su tren ejecutivo, a los militares y
a los diputados rojos. No podrán eludir las evidencias de montañas de videos,
fotos y testigos de los atropellos. La situación política llegó a un punto de
inflexión. Maduro debe renunciar. La oposición debe acordar unos puntos mínimos
que permitan una transición pacífica. Para ello hay que contar con algunos
oficialistas que no estén dispuestos a seguir avalando las violaciones a los
derechos humanos. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! María Corina
sigue siendo diputada y Scarano y Ceballos siguen siendo alcaldes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico