Leonardo
Fernández 05 de marzo de 2016
@leofernandezf
El
pasado domingo pudimos observar la entrega del máximo galardón para el cine
mundial; El Oscar, en nuestro país podríamos entregar una de esas estatuillas a
Nicolás Maduro, por su modesto papel como actor de reparto en la Venezuela
actual.
Todo
presidente tiene la gran oportunidad de convertirse en protagonista de los
cambios políticos, sociales y económicos que experimenta su país durante un
mandato. Al inicio de su período muchos de los anuncios que se hicieron desde
el gobierno sobre medidas para frenar el rentismo petrolero, controlar la
corrupción y estimular la economía despertaron la esperanza que Maduro podría
convertirse en uno de esos hombres.
Lamentablemente,
tanto para él, como para el país, la falta de liderazgo, dentro y fuera del
PSUV, lo han llevado a postergar decisiones para complacer a los diferentes
grupos de poder que operan actualmente en el gobierno. Medidas como la
unificación cambiaria, el aumento de la gasolina y detener la emisión de dinero
inorgánico, se tomaron tarde o no se hicieron realidad para no afectar los
intereses de unos pocos enchufados.
Maduro
decepcionó a los venezolanos, incluyendo a los seguidores del proyecto del
presidente Chávez, porque su falta de decisión y coraje han agravado la crisis
que vive nuestro país y demuestran que el cargo le quedó grande. Su papel en la
historia quedó relegado al de un actor de reparto, utilizado por los verdaderos
protagonistas para repetir las escusas que nadie cree, como la guerra económica
y el sabotaje.
Este
rol secundario lo ha interpretado Maduro de manera impecable, repitiendo una y
otra vez los mismos diálogos, aunque solo él cree en la veracidad de los
mismos. Como todo actor de reparto, el presidente permite que los verdaderos
protagonistas y dueños del poder dirijan la trama de esta historia de drama y
terror en la que han convertido a Venezuela.
Luego
de desperdiciar la oportunidad de brillar como uno de los protagonistas de la
historia, nuestro lúgubre personaje ya no tiene mucho más que ofrecer y el
protagonismo que nunca quiso tomar lo está reclamando el pueblo, que se muestra
cada vez más activo en propiciar los cambios políticos y económicos que
necesitamos para construir un país moderno, próspero y justo.
@leofernandezf
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