Por Anna Carolina Maier
Héctor Rodríguez asegura que
no quería ser diputado. El jefe del bloque oficialista en la Asamblea Nacional
cuenta que tampoco imaginaba protagonizar alguno de los cargos ministeriales en
los que fue designado durante los últimos tiempos, como consecuencia de su
militancia en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y que, a
diferencia de lo que muchos creen, él sí hace colas para conseguir medicamentos
y pañales.
Antes de iniciar la
entrevista, uno de sus asistentes le comentó: “El Estímulo fue el que hizo
el artículo
de los diputados más sexys de la Asamblea”, a lo que Rodríguez
respondió:
“Estoy ofendido por ese
artículo. ¿Cómo es eso que soy el segundo en una lista en la que aparece
(Henry) Ramos Allup de primero? ¡Yo puedo estar de décimo, pero que me pongan a
Ramos Allup de primero!”.
Ya en un tono más serio, el
abogado de 34 años, egresado de la Universidad Central de Venezuela, pide
responsabilidad en este especial momento que vive Venezuela: “Hay que tener
cuidado porque ahora estamos en una etapa en la que mucha gente se puede
decepcionar de la política, porque independientemente de cómo se resuelva la
situación políticamente, lo que no podemos permitir es que algo que se ha
ganado, que es que la ciudadanía en general se preocupe más por lo colectivo,
se pierda y la gente se asquee. Por ejemplo, ahí está eso de que todo el mundo
se denuncia de corrupto. Si hay un corrupto acusémoslo y metámoslo preso, pero
hacer esa generalidad o vulgarizar la política va a terminar en que los
ciudadanos comunes digamos: `yo me di con mi vida y listo’, y esos son los
peores momentos de la sociedad”.
A Rodríguez le preocupa la
banalidad que rodea a la política: “Pasó en Italia. ¿Quién es el actual
presidente de Italia? Creo que nadie lo sabe. A nadie le interesa la política
en Italia. Llega un momento en que `no nos importa’. Hay gente que comparte la
tesis de la despolitización de la sociedad, yo creo que eso es muy peligroso”.
¿Está decepcionado de la
política?
No. Pero hay dos conceptos
de política. El concepto más aristotélico que señala que la política
es todo lo que pasa en la sociedad y por lo tanto todo ser social es un ser
político, y esta el concepto más maquiavélico que es el de la lucha
por el poder.
A mí me gusta más el de
Aristóteles: todo ciudadano es un ser político. En estas circunstancias siento
que algunos están haciendo política de una forma muy rastrera, que puede traer
como conseuencia que el ciudadano menos militante de la política se canse. Un poco
como nos pasó en los 90, cuando había mucho de eso. Los ciudadanos sentían asco
por la política, decían que todo político era corrupto, que la política era una
cosa sucia.
¿La situación actual del
país es resultado de esa sensación que había en los 90?
Creo que pudiéramos volver a
eso si no le damos altura, si no le damos responsabilidad a la política. No es
que nos pongamos de acuerdo en todo pues las diferencias son históricas y
naturales.
Y necesarias, ¿no?
Así son las democracias,
pero sí creo que tenemos que tener un poquito más de responsabilidad cuando
denunciamos o proponemos algo.
¿Qué opina de la violencia
política?
¿La violencia? La violencia
es condenable, sea donde sea.
¿Cómo evalúa la actual
gestión de la Asamblea Nacional (AN)?
Pésima.
¿Por qué?
Siento que se está tratando
de usar como plataforma para llegar a otro poder, más que un espacio de
encuentro, de discusión, de debate o de solución a los problemas de la gente.
Incluso lo puedes medir en la cantidad de temas que han propuesto. Además, esta
AN quien la ganó, la ganó sobre una promesa concreta: “El 6 de diciembre
hacemos la última cola”. Creo que hay un grado de decepción de la gente ante
eso.
¿Cómo la AN puede cumplir si
el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dicta sentencias que frenan las leyes que
buscan resolver los problemas? Además, es el Poder Ejecutivo quien tiene más
poder sobre la solución de esos problemas, ¿no le parece?
Hay dos debates en estas
preguntas. Primero, tú como político no puedes hacer ofertas engañosas. Si tú dices
“yo voy a hacer esto”, y luego dices “no, pero eso no lo hago yo, lo hace el
Ejecutivo”, entonces mentiste. La reflexión que hago es que no hay que mentir
en la política.
Segundo, coincido con que la
AN no es el espacio para resolver el tema, pero no hay duda de que puedes
contribuir con eso. Ahí está el ejempo de todos los diputados que han salido al
exterior. Eso debe costar unos cuantos recursos de los venezolanos. Han salido
con un discurso político como: “En Venezuela se están violando los derechos
humanos”; algunos piden la intervención de la Carta Interamericana (Democrática
de la Organización de Estados Americanos). Qué pasaría si todos esos diputados
se dedicaran a decir que Venezuela es un país con muchas reservas, decir
que la evaluación negativa que hacen del riesgo país no es cierta, que
hay potencial para invertir, que tenemos una emergencia y diferencias, pero que
queremos ponernos de acuerdo para resolver el tema económico. Es decir, si bien
la AN no es responsable, es indiscutible que podría hacer mucho, y la oposición
podría hacer mucho, si la prioridad no fuera tomar el poder. Creo que el centro
del debate no ha sido el problema cotidiano de la gente. Nadie puede
tener dudas de que en Venezuela hay una emergencia (económica). Bajar los
ingresos (petroleros) de 3.500 millones de dólares a 100 millones mensuales es
una emergencia.
Usted ha dicho muchas veces
que el modelo rentista se agotó, pero han pasado 17 años en los que se pudo,
como dijo alguna vez Arturo Uslar Pietri, “sembrar el petróleo” ¿En qué falló
el gobierno?
Ahí hay dos narrativas. El
chavismo va a decir que es la guerra económica y el imperialismo, y la
oposición que es la ineficiencia y la corrupción del gobierno. A lo mejor
pudiera haber un poco de las dos, pero supongamos que la culpa es toda del
chavismo, ¿eso quita que hoy hay una emergencia por la baja de los ingresos
petroleros? No. Si reconocen que hay emergencia, ¿por qué no trabajamos juntos
para resolverla?
Pero la caída del precio del
petróleo no justifica la falta de producción…
Más allá de echarnos la
culpa, hagamos un ejercicio y digamos que todo eso es verdad. ¿Eso excluye que
hay una emergencia y que deberíamos trabajar juntos para resolverla?
No es suficiente con que la
oposición diga “la culpa es del chavismo, porque el chavismo es corrupto, es
ineficiente, porque el chavismo no sembró, no formó a la gente, porque el
chavismo no se preparó para una baja de los precios del petróleo”. Al final hoy
hay una emergencia que está sufriendo el pueblo. Lo que aspiramos los
ciudadanos es que los políticos se pongan de acuerdo.
¿Hay responsabilidad del
gobierno en esta emergencia?
Seguramente la hay y
seguramente la hay en la oposición. Pero lo cierto es que hay una emergencia y
deberíamos trabajar todos para resolverla. Esa mesa de empresarios (impulsada
por el gobierno), todos deberíamos apoyarla, lo cierto es que al mundo hay que
decirle: “Venezuela es un país que, independientemente de cómo resolvamos
nuestras diferencias políticas, pueden tener confianza en venir a invertir”.
Parte de la lectura de la
oposición es que a esa emergencia le pueden sacar provecho político. Tan es
así, que hay un tuit de Henrique Capriles que siempre cito que dice algo como
esto: “En tal año sacamos tantos millones de votos, hoy la situación es peor,
así que vamos a sacar más votos”. ¿Qué lees ahí? La emergencia me conviene, la
crisis me conviene. El resultado del 6 de diciembre en gran parte tiene que ver
con la situación económica, pero yo no creo que es responsable tratar de sacarle
provecho político a una emergencia. El chavismo ha hecho muchísimo en el tema
económico. Hay mucho más potencial hoy de que surja una nueva economía, del que
teníamos hace 15 años.
¿Me podría explicar de forma
sencilla, como si fuese para un niño de cinco años, qué es la guerra económica?
Que me digas que no hay
azúcar y que haya refresco. Que me digas que no tienes dólares para producir
harina de maíz, pero tienes dólares para producir cerveza.
Mucha cerveza no hay. De
hecho, Empresas Polar tiene sus (cuatro) plantas de cerveza paradas.
(Guerra económica) es que me
digas que una empresa que tiene producción internacional y vende
internacionalmente, pero no tiene dólares para producir aquí. Que califiques
como riesgoso un país que tiene las principales reservas de petróleo, grandes
reservas de gas, de oro, de diamante, 30 millones de hectáreas cultivables y
una población mayoritariamente joven.
Quizá hay desconfianza de
parte del inversionista porque es un gobierno que expropia.
Bueno, eso puede hacer que
un privado piense en no producir en Venezuela. Pero que una calificadora de
riesgo diga que Venezuela es un país riesgoso para prestarle (dar crédito), no
es aceptable. Venezuela siempre ha pagado, y aquí no importa cuál gobierno
esté, nadie duda de que Venezuela, dentro de cuarenta años, tendrá la
posibilidad de pagar sus deudas por todos los recursos que tiene.
Se prevé que en pocos años
el petróleo perderá mucho valor, ¿qué pasará entonces?
Está bien, pero tienes
petróleo, oro, diamante, coltán, tienes bauxita, agua, tienes tierra
cultivable, y tienes población joven. A nadie se le puede pasar por la cabeza
que Venezuela no va a poder pagar (préstamos).
¿Está de acuerdo con todas
las sentencias que ha dictado el TSJ?
No las conozco todas.
¿Las que ha dictado desde
que la nueva AN asumió?
Estoy de acuerdo con la que
tiene que ver con la Ley de Amnistía, creo que esa ley es una aberración
jurídica y política. Para aplicarla debemos desaplicar la Constitución. Estoy
de acuerdo con la sentencia que tiene que ver con el reglamento interno de la
AN porque aquí tiene que haber coherencia política. Ésta plantea cosas como que
se convoque a sesión 48 horas antes y no se cambie el orden del día para que
los diputados se preparen para el debate.
¿Y con la sentencia que
suspende a los diputados electos por el estado Amazonas?
Completamente de acuerdo.
¿Quién puede tener duda de que hubo trampa en Amazonas? Lo triste es que cuando
Liborio Guarulla (gobernador del estado) fue electo por primera vez, los adecos
intentaron hacer la misma trampa que él está haciendo ahora, y en el PSUV nos
fajamos para que los adecos no hicieran esa trampa. A eso me refería cuando a
Ramos Allup lo hicieron presidente de la AN. (En un momento) él me preguntó:
“¿usted se está metiendo con mi edad?”, y yo le respondí: “no, estoy criticando
lo que simbólicamente representa, el acta mata votos, el dispara primero y
averigua después”. Yo pensé que esa política estaba superada.
¿Qué tanto le dice a Ramos
Allup cuando sube al palco presidencial en el hemiciclo?
Depende (risas). A veces le
critico porque viola mucho el reglamento. No da los derechos de palabra, corta
el tiempo antes de tiempo. Son muy irresponsables con el Reglamento (de
interior y debates de la AN).
¿Cómo se ve usted en el
futuro?
¿Cómo me veo yo? Bueno
aspiro a que salgamos de esta emergencia y retomemos la senda que habíamos
logrado de inclusión social. Sueño con un país en el que todos vivamos con
dignidad.
¿Va a continuar en la
política?
Bueno, desde mi concepto
político sí: “Todo ser social es un ser político”.
¿Qué extraña de Chávez?
Su liderazgo. Para mí,
Chávez era un maestro político. Dónde más aprendí de la vida política fue con
él. Fui su ministro de su despacho a los 26 años. Y además, le contaba ahorita
al diputado de oposición Stalin González, que en una gira muy intensa, Chávez y
yo visitamos 18 países en 6 meses, y además era (época de) elecciones de
gobernadores y visitamos todos los estados. Y como él me veía como un hijo me
decía: estudia esto, léete este libro, hazme un resumen. Es como un padre. Un
hombre muy inteligente, muy disciplinado, muy ético.
¿Distinto al presidente
Nicolás Maduro?
Creo que Maduro es un hombre
muy inteligente, disciplinado y ético, pero yo no he tenido la oportunidad de
vivir con Maduro. Yo durante seis meses viví con Chávez. Entonces no conozco
esa intimidad con Maduro. Creo que a él le ha tocado una de las cosas más
difíciles en la vida para un ser humano, porque no es lo mismo ser presidente
después de Carlos Andrés Pérez o de (Rafael) Caldera que después de Chávez. El
patrón de comparación es Chávez. Tú puedes ser chavista u opositor, pero nadie
puede negar que él tenía un liderazgo extraordinario. Además, que a eso le
sumes que te bajen los ingresos petroleros en un 90%… Creo que es un hombre que
está haciendo un esfuerzo extraordinario.
¿A qué diputado admira de la
oposición?
No los conozco mucho. Y los
que más conozco no son los referentes más agradables. Empiezo a conocerlos y
hay gente que parece ser muy honesta, pero déjame conocerlos un poquito más.
En la página 117 de la
Memoria y Cuenta de 2015 del Ministerio de Educación, el cual usted dirigía, en
el apartado de Construcción de espacios educativos en el Subsistema de
Educación Básica, dice que de 162 proyectos que están en la ficha, sólo hay 27
concretados. Y de esos 27, al menos 3 ya existían antes de 2015. ¿Cómo explica
esto?
Tendría que ver el informe.
No sé de qué me estás hablando. Lo que sí sé es que construimos 500
instituciones educativas. El informe administrativo tiene que ver con los
recursos que manejaba el Ministerio de Educación, y hay muchas escuelas que las
construimos a través del Ministerio de Infraestructura. Pero el período en el
que estuvimos fue el de mayor construcción de escuelas en los 15 años de revolución.
Muchas obras estaban adscritas al Poder Popular y las terminamos, incluso en
gobernaciones de oposición que no habían culminado sus obras. Las terminamos,
además, en pleno año de la “guarimba”.
El 1 de abril, usted dio
unas palabras durante la instalación del Congreso de la Patria, llevada a cabo
en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, en las que explicó la agenda de ese
congreso. Entre los puntos que consideró como amenazas concretas al país
mencionó la inseguridad. ¿No es incompetencia de parte del gobierno el hecho de
que Venezuela sea de los países con más muertes violentas en América Latina?
Creo que entre nuestras
amenazas urgentes está el tema del agua, el de la electricidad, el de la
seguridad y el tema económico. Creo que son los cuatro temas que más nos
preocupan a los venezolanos y venezolanas. ¿De quién es responsabilidad? Creo
que hay muchas responsabilidades. El Estado tiene el principal compromiso de
construir los cuerpos de seguridad. ¿Es (la culpa) del chavismo o de la
oposición? Podría poner el ejemplo de Miranda. Había 5.000 policías y vamos por
2.000
Pero la gobernación alega
que no tiene suficientes recursos para cubrir las necesidades, lo mismo pasa
con las alcaldías.
Está bien, pero si Capriles
fuese presidente, diría que no haría nada porque el petróleo bajó.
Pero más allá de quién es
responsable, ¿qué haría usted para solucionar el problema?
Pero es que tu pregunta fue
quién tiene la responsabilidad. Trato de responder la primera pregunta.
Entonces creo que la inseguridad es un problema nacional y todos tenemos que
asumirlo así. ¿Será que los medios tienen alguna responsabilidad? Seguramente
concluiremos que también. ¿Será que la educación formal también tiene
responsabilidad? Seguramente concluiremos que también. Creo que es un error, en
función a como iniciaste tu pregunta, seguir preguntándonos o echándonos la
culpa. Asúmanoslo como problema y comencemos a solucionar. Hay miles de cosas
que hay que hacer, desde el ejemplo más soñador que tengo, que es que podamos
construir una ciudad planificada, donde podamos desayunar, almorzar y cenar con
nuestros hijos, cosa que impactaría profundamente a la sociedad, hasta lo menos
soñador, que es que los medios de comunicación dejen de legitimar la violencia
como si fuese algo normal. También haría otras cosas más concretas como poner
más policías y que estos estén mejor preparados. Un error que tenemos es el
tiempo de formación de las fuerzas de seguridad, tanto de las nacionales y
regionales. ¿Sabes de cuánto es?
Muy corto.
¡Aja! ¿Por qué? Porque los
policías tienen que salir ya a la calle, pero así no soluciona el problema.
Pero ahí entramos en un debate del tamaño del papel del Estado. Hay quienes
dicen que el Estado debe ser chiquito, yo digo que el Estado debe ser grande y
que sus principales burocracias deben ser policías, médicos y maestros. Es lo
que llamo la democracia sustantiva. Es una burocracia que presta un servicio
concreto. Pero eso es un debate de modelo.
Ya que me cambiaste la
pregunta, creo que debemos identificar los factores que generan violencia pero
para atacarlos, no para seguir echándonos la culpa.
¿Pero hay voluntad de cambio
para mejorar la seguridad?
Yo la tengo. Y como yo hay
muchísima gente en el chavismo y en la oposición. Reconozcamos que lo económico
está entre los principales problemas, así como la seguridad y atendámoslo. No
vamos a estar de acuerdo, pero seguramente estaremos de acuerdo en muchas
cosas.
¿Cuánto tiempo tomará
estabilizar la situación en el país? ¿Ese diálogo del que está hablando puede
suceder entre gobierno y oposición?
Ahorita no sé. Creo que la
oposición está convencida de que la circunstancia de emergencia es una gran
oportunidad de ellos para tomar el poder.
Creo que por eso, aunque no
lo dicen frontalmente, evitan el diálogo. Yo ahorita que estaba hablando con
Stalin le pregunté: “¿Por qué no acompañaron la mesa de diálogo con los
empresarios?”. ¿Por qué cuando el presidente Maduro propuso la Comisión de la
verdad, no se sentaron?
Muchos alegan que había una
experiencia anterior, con la mesa de diálogo de 2003, que fracasó y no tuvo
resultados.
Bueno pero si uno quiere
dialogar y me dices: “Héctor pero es que la otra vez gritaste”, yo te digo:
“Bueno, pero tú me diste un golpe de Estado”, y me senté en una mesa de diálogo
y después me hiciste un paro petrolero, entonces eso denota que no hay
disposición. Mi análisis como político es que la oposición está convencida de
que esta situación de emergencia les permitirá tomar el poder. Creo que no
avanzan con mayor velocidad porque no están convencidos de quién es el sucesor
y eso los tiene con una peleíta interna.
¿Es el Sistema Marginal de
Divisas (Simadi) una devaluación?
No lo sé.
¿Le alcanza el sueldo como
parlamentario?
Lo que pasa es que mi sueldo
se complementa con el de mi esposa. Ahora estamos en la situación más difícil
económicamente. Yo no gasto mucho, vivo con mucha precariedad, pero estamos en
la situación más difícil. Entonces los pañales, las medicinas para mis hijos…
Mucha gente dice “ustedes lo políticos no hacen colas” y no es así, nosotros
sufrimos lo mismo que sufren, por lo menos yo, no sé si todos los políticos,
sufro todo lo que sufren los venezolanos. Nuestra familia se ha convertido en
una red para buscar pañales o medicinas.
¿Y cuándo está en la cola
para comprar algo piensa: “Esta es la guerra económica”?
Bueno, pienso que es la
emergencia económica que estamos viviendo. Vivimos lo que viven todos. Igual
con la seguridad. Está uno en un nivel de exposición que ya no le permite ir al
cine porque además hay un nivel de violencia en un sector de la política al que
hay que bajarle la intensidad. Creo que es una reflexión que hay que hacer.
Sufrimos para conseguir una medicina o una harina de maíz, igual que todos los
ciudadanos.
¿Quisiera usted ser
presidente?
No. Ni quisiera ser diputado
(risas). Yo soy profesor universitario, es lo que realmente soy. Lo que
quisiera es estar a dedicación exclusiva en la universidad. Sin embargo, creo
que el país necesita que los ciudadanos nos involucremos. La mayoría de los
cargos que he tenido no los he querido. Yo quise ser presidente del Centro de
Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y lo fui; quise ser
presidente de la Federación del Centro Universitario y me ganó Stalin; quise
ser alcalde del municipio Sucre y me nombraron Ministro de Despacho, y a partir
de ahí, perdí total autonomía. Fui Vicerrector de la Universidad Nacional
Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA), fui
Ministro de Deporte, que no me lo esperaba porque yo no sabía absolutamente nada
de deporte, y sin embargo, me pusieron porque yo pelo poco con la gente y allí
había una peleíta interna que solucionar.
Después fui ministro de la
Juventud y luego de Educación, cosa que tampoco me esperaba, porque no soy
educador. Después me dijeron vas a ser diputado y realmente uno de los espacios
que jamás he querido ocupar en mi vida eran los órganos parlamentarios, porque
hablan mucho y hacen poco. Me gustan más los espacios de hacer cosas. Creo que
es un error de los políticos hacer política como si fuese una carrera
administrativa. Terminan siendo esos políticos que están dispuestos a cualquier
cosa por su aspiración de cargo.
Yo quiero un país donde tus
hijos y mis hijos vivan con respeto y dignidad, un país donde todas y todos
vivan en una vivienda digna. Siempre digo, nosotros vamos a luchar por la
(Gran) Misión Vivienda hasta que el último adeco tenga su casa. (Un país)
donde, cuando te jubiles tengas una pensión, donde las cosas que consumas en su
mayoría las produzcamos en Venezuela y que a pocos metros de tu casa
quede la escuela de tus hijos. Ese el país que yo quiero y lo voy a luchar
desde donde me toque.
05-05-16
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