La salida del presidente
Nicolás Maduro por la vía del referendo revocatorio (RR) asestará “un tremendo
golpe político a la estructura del poder chavista”, independientemente de que
esto se logre este año o el próximo, estimó el politólogo Luis Salamanca.
“Para mí, el tema no es si el RR se da este año o el otro. Para mí, el tema es que hay un proceso político de fondo para salir del modelo chavista y cambiar políticamente el país, y dentro de una democracia eso se logra con elecciones. Es un proceso que se debe ir apuntalando y eso se hace con elecciones. No hay otra”, señaló el académico.
Refirió que el modelo creado por el fallecido presidente Hugo Chávez se basa en la hegemonía presidencial, por lo cual resultaría muy significativo si se logra revocar el mandato de su sucesor.
“Eso sería una sentencia de muerte, electoralmente hablando, y tiene un significado político demasiado importante” de cara a los procesos electorales que vienen: las elecciones de gobernadores, que se deben realizar este año; las de alcaldías y concejos municipales, en 2017, y las presidenciales, en 2018.
“Pero, además, hay que pensar en la pelea que se va a generar dentro del chavismo por ver quién asume” el puesto de Maduro, en caso de que se realice el RR el año próximo. “Ninguno de ellos va a poder con este país”, dijo en relación con Aristóbulo Istúriz, Diosdado Cabello y Cilia Flores, nombres que se barajan como posibles sucesores del actual inquilino de Miraflores.
“El asunto es la variable social, el termómetro social, que está a punto de estallar. Esa variable está allí pero juega a su manera, provocando tensión en la política, provocando tensión en los gobernantes. Si el país estalla cambiaría todo, pero mientras tanto tenemos que pensar la política en los términos en que los hemos analizado aquí”, sostuvo.
“Las explosiones sociales no conducen a cambios políticos, salvo que una explosión social coloque a Maduro en la vindicta pública y haya que entregarlo a él para calmar al pueblo, cosa que no veo en el chavismo porque son irracionales en esa materia. Hasta que no los saquen de alguna manera, no se irán”, agregó.
En ese sentido recomendó a la dirigencia opositora “ir con pie de plomo pero con mucha claridad”, pues si el RR no se logra este año la vía a tomar no debe ser la de “regresar a casa llorando”, sino la de tener una estrategia con miras a 2016 y otra con miras a 2017. “Si no se puede comer la vaca de un solo bocado, habrá que comérsela por pedacitos”, recomendó.
“El punto de fondo es debilitar a esta gente para que llegue debilitadito a 2018. Ese es el objetivo. Esta gente ha demostrado que es muy mañosa y no se van a dejar fácilmente”, advirtió.
El gobierno no tiene pueblo
Consultado sobre los anuncios hechos por altos voceros del gobierno que aseguran que el RR no se realizará ni este año ni el próximo, Salamanca refirió que se trata de una estrategia claramente definida que se basa en cuatro elementos fundamentales.
El primer elemento es “desalentar a la gente, desmoralizarla haciendo creer que ellos son muy poderosos”, y el segundo es obstruir administrativamente la realización del RR. “Por eso el CNE se estira, bosteza, se toma un café y días después dice que está empezando a cargar las máquinas, por decir algo”.
El tercero es la creación de normas sobrevenidas. “Esto último es lo más grave de todo. El Estado de Derecho se basa, especialmente en materia de Derecho Público, en un principio que señala que las competencias de los órganos del poder público tienen que estar escritas expresamente antes de que empiece una actividad, un proceso administrativo, un proceso judicial. No se pueden crear normas en medio del proceso y, si las crea, es para beneficiar al ciudadano, al que está haciendo uso de esas normas en ese proceso”.
El cuarto componente “es la interpretación caprichosa de las reglas que ya fueron escritas”. “Esta es una actitud intencionadamente de mala fe para hacerle daño a la población y al ejercicio de su derecho”, comentó.
“Aquí se están rompiendo varias reglas. Primero, la de la competencia escrita y previa; segundo, la de la seguridad jurídica; y tercero, la del debido proceso. Esto es más que una caimanera (…) A la oposición la tienen amarrada por todos lados, le cambian las reglas de juego y, encima, le dicen que es golpista y que juegue limpio. Esto es algo de verdad insólito en el mundo”, aseguró.
“Esta gente tiene más poder que la oposición y eso hay que entenderlo: ellos tienen el control de cuatro poderes fundamentales de la nación. La oposición tiene uno solo, (la Asamblea Nacional) que es el más importante, pero los otros son necesarios porque es un juego dentro de un sistema institucional donde hay pesos y contrapesos. Lo que no tiene el gobierno son votos. No tiene pueblo suficiente para ir a una contienda electoral”, concluyó.
16-05-16
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