Por José Machillanda
El régimen está en pánico y
temeroso frente al acto cívico del referendo revocatorio. Está angustiado
porque se ha decretado desde el 6D el fin del ejercicio de su poder y gobierno,
razón por la cual aumenta su desorganización, espera acontecimientos peligrosos
y pierde por completo la orientación sobre la política. El 6D y la tríada que
de allí surge –los 112 diputados, la MUD como organismo suprapartido y la
voluntad cierta, cívica y civilista de la sociedad organizada- reclaman el cese
de la barbarie que representa el régimen autocrático militarista sin límites,
que ha decidido una ocupación militar del país.
La ocupación militar es
posible ante el desmoronamiento de la ética profesional de la Cúpula Militar
Claudicante que de manera absurda se aparta del cumplimiento de la
Constitución, desconoce los principios doctrinarios de la Defensa del Estado,
ignora lo aprendido en las Academias y Escuelas de Guerra sobre Clausewitz,
deniega la existencia de la polemología y estrategia, terminando por
convertirse en un vulgar partido político en armas. Partido político en armas
que está al servicio de un proyecto fracasado, falso y corrupto
instrumentalizando una operación militar para amedrentar y atemorizar a la
civilidad venezolana.
El partido político en armas,
y quienes lo dirigen, son responsables de la destrucción del profesionalismo
militar que señala que los hombres de armas tienen que ser ciudadanos soldados.
En consecuencia, en primera instancia, son ciudadanos que devienen de la
sociedad y regresan a ella, y son soldados que dan preeminencia a la ética
militar que impone el celoso cuido y cumplimiento de lo establecido en la
Constitución de la República. El militar no puede ser, entonces, instrumento de
un partido político, tiene que comprender lo que significa el Estado de
Derecho, responder al funcionamiento del sistema político venezolano como un
modelo de pesos y contrapesos entre los poderes del Estado y eso es lo que no
está haciendo el cuerpo armado dirigido por Padrino López.
El militar que ejecuta la
ocupación militar ordenada por el régimen alienta la confrontación entre
la continuidad militarista y el cambio político
categóricoimpuesto por el voto ético del 6D. Ese militar en ocupación de su
propio territorio amedrenta, atemoriza y trata de quebrar la conducta cívica
del venezolano, además de violentar su razón de ser y existencia como
institución por cuanto sirve de instrumento y apoyo a la continuidad militarista
del régimen que fue rechazada el 6D.
La ocupación militar está
utilizando maniobras militares con movimientos tácticos y supuestos combates
para garantizar la seguridad pública. Esto quiere decir que tampoco saben lo
que significa la seguridad pública. La seguridad pública es
responsabilidad del Poder Ejecutivo, pero no con el ente armado, sino con el
empleo inteligente de las policías. La seguridad pública es una tarea
específica, doctrinaria, organizacional y polemológicamente de los cuerpos policiales
uniformados o de inteligencia dentro del Estado. De allí que la ocupación
militar es un acto fallido contrario a las ciencias militares y muestra la
perversión del régimen.
Las operaciones militares que
hoy afectan al cuerpo social venezolano es una expresión del militarismo como
vía de seguridad, creando en Venezuela lo que se conoce como Estado Guarnición.
El Estado Guarnición es el predominio del estamento militar en el quehacer
político, violando la Constitución democrática del país y la ética del elemento
armado en Venezuela -y en cualquier otro Estado que se rija por un cuerpo de
leyes civiles-. La ocupación militar mediante las maniobras, combates militares
y supuesta misión de seguridad pública constituye una real amenaza para la
convicción democrática de los venezolanos.
La ocupación militar es una
conducta arbitraria que intenta amainar la protesta pacífica y activa prevista
en la Constitución, pero en el transfundo busca impedir el mandato del 6D. La
mayoría de los venezolanos está dispuesto acometer la resistencia civil.
Resistencia civil que es la figura política propia de un venezolano consciente
de su gen democrático, derecho y compromiso a defender la conducta cívica y sus
derechos políticos, llegando a desobedecer a un gobierno arbitrario. Desobedecer
a quienes empleando la fuerza sin límite tratan de marginar y desconocer el
derecho al voto, las consecuencias del voto ético de los 7.700.224 venezolanos
que de manera libérrima el 6D demandaron el cambio político categórico.
La ocupación militar que vive
Venezuela crea una ambiente político real de consternación que trata de
disminuir o contener la variable tiempo y variable participación de los
demócratas venezolanos que les toca vivir este momento de antipolítica y
cobardía plena de quienes no quieren entender que están revocados. ¡Están
revocados desde el 6D y mucho más ahora tras la ocupación militar!. Están
revocados porque la sociedad venezolana no perdonará jamás el primitivismo
político, el militarismo y la violencia. Están revocados quienes pretenden
contener y desplazar la decisión democrática del 6D y la participación
contendiente de la sociedad.
La ocupación militar primitiva
y salvaje del régimen fracasado, las operaciones militares del ministro Padrino
López representante del partido político en armas, las maniobras y movimientos
tácticos con ánimo de amedrentar y contener la variable tiempo y variable
participación no rendirán a la democracia cívica cargada de valores, como
factor transempírico, que generan la energía a la democracia que se
aspira. ¡No!, no lograrán contener el proceso de reinstalación de la
democracia, ni siquiera aquellos quienes emplean arbitrariamente el elemento
armado tratan de impedir el referendo revocatorio y el cambio político
categórico impuesto desde el 6D.
11-05-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico