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lunes, 2 de mayo de 2016

Propuestas para el cambio, por @OmarBarbozaDip



Omar Barboza Gutiérrez 01 de mayo de 2016

Quienes integramos la Unidad Democrática, no sólo somos oposición a las políticas del gobierno nacional; somos la alternativa de cambio democrático. En consecuencia, nuestra actuación no se debe limitar a criticar las políticas públicas que representan el modelo que actualmente gobierna a Venezuela, sino que tenemos la obligación de presentar nuestras propuestas para la superación de la crisis por la que está atravesando el país.


Empezamos por proponer el cambio del modelo político y económico que representa el Socialismo del Siglo XXI, partiendo del principio de que no es posible explicar la grave crisis económica que sufre Venezuela, después de haber ocurrido la más extensa bonanza petrolera de la historia de nuestro país, y que ocurrió mientras quienes hoy están en el gobierno controlaban todos los poderes públicos, sin concluir en que la causa fundamental de lo que está ocurriendo es el fracaso rotundo del modelo que trató de imponerse a nuestra nación después de haber fracasado en Cuba y la Unión Soviética.

Nosotros, por la vía democrática, proponemos un modelo que definimos como de Crecimiento Económico con Justicia Social, y, para superar la crisis económica que vivimos, planteamos un conjunto de propuestas que resumimos a continuación:

Empezamos por afirmar que el respeto a la propiedad y a la vigencia efectiva del estado de derecho, son condiciones necesarias para generar confianza a la inversión nacional y extranjera; a lo cual le agregamos que para combatir la inflación, y proteger la capacidad adquisitiva del salario, es preciso dejar de imprimir dinero sin respaldo y apoyar la producción nacional, para que el incremento de la oferta de bienes y servicios logre la estabilidad de los precios y salarios, reduciendo además, a niveles aceptables, la escasez generalizada que hoy nos afecta gravemente.

Por otra parte, hay que desarrollar una política dirigida a la unificación del tipo de cambio y dejarlo fluctuar para que la realidad económica establezca el tipo de cambio real, y así poder avanzar en la reducción de la inflación y hacia la competitividad internacional de nuestra producción. Está claramente demostrado que el control de cambio no impidió la fuga de capitales, y lo que sí hizo fue destruir nuestra actividad productiva al darle prioridad a las importaciones, y por tanto, a los productores extranjeros en relación a los nacionales.

También se hace necesario diseñar y aplicar una nueva política petrolera que le dé prioridad al incremento de la producción, en contraposición a la política de congelamiento de la misma para lograr mejores precios, la cual traería una alta generación de empleos de calidad, y estimularía toda la actividad económica que trae consigo el aumento de dicha actividad petrolera. Venezuela tiene reservas para 200 años de producción petrolera, y no debe aplicar estrategias de quienes tienen reservas para 10 o 20 años, sino más bien, antes de que el petróleo pierda fuerza como fuente de energía, utilizarlo como palanca para diversificar nuestra economía y, en general, apoyar la producción nacional de bienes no tradicionales.

Igualmente, es necesario aplicar sin tardanza una política social eficiente para reducir la pobreza y darle prioridad al gasto educativo y de salud pública. El gasto social en los últimos años no se corresponde con los resultados obtenidos, debemos marchar hacia la focalización de los subsidios a los sectores más necesitados, y aplicarlos en bolívares, sin caer en el error de los subsidios implícitos en divisas, que al final lo que hacen es subvencionar la producción extranjera. Debemos darle coherencia al manejo de las políticas sociales a través de un ente gubernamental que lo garantice, evitando la dispersión de los recursos y acciones sociales en beneficio del despilfarro, la discriminación, la corrupción y la falta de logro de objetivos tan importantes para tantos seres humanos.

Es una precondición para lograr los grandes objetivos del crecimiento económico y la justicia social, la aplicación de políticas muy firmes en el campo de la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción, para lo cual se hace necesario trasladar los recursos de los fondos parafiscales al presupuesto nacional, para someter así a todo el gasto público al control Constitucional, facilitar y simplificar los trámites administrativos, así como, la publicación oportuna de todas las cifras que reflejen la situación económica del país y el manejo de los recursos públicos.

El cambio está en marcha y debemos tener propuestas de políticas definidas para superar la crisis, y así llegar listos al gobierno para reconstruir al país.

Omar Barboza Gutiérrez

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