Por Simón García
La oposición toda tiene un
objetivo general. Pero propuestas diferentes para lograrlo. La alianza de los 4
partidos; AD, PJ, UNT y VP; inclinados a participar, bajo condiciones que
comenzaron a negociar en Santo Domingo sin resultado.
La de tres partidos y varios
movimientos de oposición que, no estuvieron en Santo Domingo y se propusieron
cambiar las condiciones desde adentro e impulsar la candidatura de Henry
Falcón. Y, la de María Corina/Ledezma que llama a derrocar a Maduro.
La abstención, una enfermedad
de la democracia, que reaparece cuando los errores de los partidos le abren
espacio, toma cuerpo sobre dudas e insatisfacciones.
Estados de ánimo paralizantes,
porque sólo con certidumbres, esperanzas y una causa inspiradora pueden abrirse
los boquetes y túneles para que emerjan, indetenibles, los cambios represados.
Mayoría hay, la falla es de dirección.
Contra el plan del régimen
para eternizar su autoritarismo, hay que despertar en los ciudadanos un nuevo
enamoramiento con la democracia.
Apoyar la política que con
mejor eficacia exprese el rechazode la sociedad que no quiere que el hambre, la
miseria y la escasez la sometan a un régimen político autoritario, descompuesto
e impopular. Pero, cada parte opositora sostiene que es la suya, mientras el
régimen intenta derrotarla rebanándola más.
La angustia es que unos y
otros, convirtiendo en lucha principal la descalificación de su rival en la
oposición, ayudemos a que el verdadero adversario pueda salir triunfador en un
evento que preparó para legitimarse, pero que no puede dejar de brindar la
posibilidad de que una masiva participación rompa sucaparazón fraudulenta. En
la oposición no todos concuerdan en esta última orientación.
La abstención alimenta, se
quiera o no, el ánimo opacado y la desesperanza que reduce las opciones
individuales a irse o adaptarse para sobrevivir.
Una cosa es dejar de jugar en
el tablero electoral y otra, agotadas las presiones para mejorar las
condiciones de participación, trabajar activamente para conectar la campaña
electoral con todos los otros tableros, donde distintos factores opositores
están actuando con mejores desempeños.
El gobierno puede perder la
disputa electoral porque sus condiciones departicipación son peores que las de
la oposición
El gran riesgo es que grupos,
surgidos en esta contingencia, fomenten el enfrentamiento en la oposición, en
vez de empujara todos los actores a superarla.
Un error en puertas, remozando
salidas inútiles y costosos fracasos aún sin explicación, es volver a llamar a
sustituir la relación directa con la población, su movilización y organización
real, por una burbuja brillante de política testimonial, puñetazos moralistas y
ataques ficticios al gobierno sin la menor capacidad de llevarlos a cabo.
Hay que exigir y ayudar a que
los partidos mantengan la mayor unidad estratégica posible, mediante toda la
solidaridad conveniente entre sus distintas tácticas y el respeto efectivo a
sus diferencias. Que ninguno abandone el tablero que considere prioritario y
que nadie obstaculice el juego en los otros.
La unidad es la vía de juntar
las fuerzas para salir de Maduro apoyando la opción que demuestre en los hechos
que puede ser exitosa en cada tramo. Es lo que deberíamos reexaminar en abril,
porque necesario es vencer.
08-04-18
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