VOA 19 de septiembre de 2021
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Además
de los haitianos, otros grupos procedentes de Venezuela siguen emprendiendo una
peligrosa travesía “caminando” y “pasando hambre” con la esperanza de poder
encontrar una vida mejor en el país norteamericano.
La
administración Biden planea realizar "movimientos masivos" de
migrantes haitianos en una pequeña ciudad fronteriza de Texas en vuelos de
retorno hacia Haití a partir del domingo, dijo un funcionario el viernes, lo
que representa una respuesta rápida y dramática a miles que de repente se
reunieron debajo y alrededor de un puente.
Los
detalles aún no se han ultimado, pero probablemente involucrarán de cinco a
ocho vuelos por día, según el funcionario con conocimiento directo de los
planes, quien no estaba autorizado para discutir el asunto públicamente y habló
con The Associated Press bajo condición de anonimato. San
Antonio, la ciudad principal más cercana, puede estar entre los centros
designados para la salida.
Las
autoridades estadounidenses cerraron el tráfico a vehículos y peatones en ambas
direcciones en el único cruce fronterizo en Del Rio, Texas, luego de que se
desató el caos el viernes y presentó a la administración un nuevo e inmediato
desafío, mientras intenta manejar un gran número de solicitantes de asilo que
han ido llegando a suelo estadounidense.
La
Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. dijo que cerrará el cruce
fronterizo con Ciudad Acuña, México, "para responder a las necesidades
urgentes de seguridad y protección". Los viajeros se dirigían a Eagle
Pass, Texas, a 91 kilómetros de distancia.
Los
haitianos cruzaron el Río Grande libremente y en un flujo constante, yendo y
viniendo entre Estados Unidos y México a través del agua hasta las rodillas con
algunos padres cargando niños pequeños en sus hombros. Sin posibilidad de
comprar suministros en Estados Unidos, regresaron brevemente a México en busca
de alimentos y cartón para asentarse, al menos temporalmente, debajo o cerca
del puente en Del Río, una ciudad de 35.000 habitantes que se ha visto
gravemente afectada por los flujos migratorios en los últimos meses.
Pocas
expectativas
Y
parece que la situación no va a mejorar, al menos a corto plazo, después de que
las autoridades migratorias admitieran que están desbordadas. Hermen Lucena
salió de Venezuela en automóvil hasta llegar a Cúcuta, en Colombia. De ahí
tomaron un vuelo hacia México con escala en Panamá. Su esposa y su hijo también
lo acompañaron. Tras pasar un “proceso cansón” y estar 72 horas retenido en un
centro de procesamiento para solicitar el asilo.
“Vamos
con destino a Orlando, Florida. Allá me está esperando mi suegra”, relataba el
hombre a la Voz de América al tiempo que admitía
que “cuando decide emprender el camino del inmigrante, pues sabe que no va a
ser de color de rosa pero hay que hacer lo que sea para salir adelante en este
país (Estados Unidos)”.
Huyó
de Venezuela porque en la nación que lo vio nacer “no hay ningún tipo de
oportunidad”. Después de hablar con su esposa y valorar a donde ir, pensaron
que Estados Unidos era la mejor opción. “Pensamos en EE.UU. porque yo prefiero
trabajar y que me rinda el suelo y que trabaje y que no me sirva para nada,
porque lamentablemente así es”.
"Caminando"
y "durmiendo en la calle"
Ninoska
Carolina, también original de Venezuela, explicaba la ardua travesía que hizo
“caminando” y “durmiendo en la calle” desde para poder, por fin, pisar suelo
estadounidense. Salió de Venezuela el 8 de julio y pasó por Colombia, Panamá,
Costa Rica y así hasta llegar a la frontera con México. Cruzó la frontera a
través por el río Bravo y caminó por debajo del puente entre Ciudad Acuña,
México, y Del Rio, Texas.
“Ahí
no se puede comer. Hay unas personas que venden comida, pero muchas personas no
tenemos dinero. Yo llevaba galletas que me había guardado durante el viaje para
sobrevivir, porque me había acostumbrado a eso en el trayecto”, comentaba
Carolina, que llevaba consigo unas manzanas, maníses, agua y galletas para
poder “sobrevivir” a la travesía.
A lo
largo de estos casi 90 días de trayecto hasta Estados Unidos, se cruzó con
muchos otros inmigrantes de otras nacionalidades que, como ella, también
emprendían el peligroso camino convencidos de poder encontrar una vida mejor
que la que se tienen en sus respectivos países. “Había muchos venezolanos,
también cubanos, haitianos… y gracias a Dios y a los que nos han abierto las
puertas de este país, de verdad, muchas gracias”, contaba a los reporteros de
la VOA desplazados hasta ahí.
Miedo
al nuevo Primer Ministro de Haití
Un
haitiano, que no quiso dar su nombre, dejó la isla caribeña tras el asesinato
del presidente Jovenel Moise en su residencia y la toma de poder del actual
primer ministro Ariel Henry. Él es uno de los miles de nacionales de ese país
que han llegado hasta aquí y esperan bajo el puente la luz verde de las
autoridades migratorias.
“He
venido con dos amigos, hemos llegado hasta aquí. Vamos a ir a Estados Unidos,
porque este presidente de acabar de llegar nos ha amenazado con matarnos”,
explicaba.
¿Valdrá
la pena toda esta travesía después de que el Gobierno ya ha haya confirmado que
va a intensificar los vuelos con Puerto Príncipe para deporter a los haitianos
que lleguen hasta aquí?: “Yo creo que sí”, decía él.
Tomado
de: https://www.vozdeamerica.com/a/eeuu-deportara-numero-masivo-de-haitianos/6233963.html
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