Infobae 27 de septiembre de 2021
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La diputada
Olivia Lozano pidió a los gobiernos de la región “promover programas de
educación a sus ciudadanos que combatan los actos discriminatorios y
xenófobos”. Indicó, además, que “toda solución definitiva” pasa por terminar
con la dictadura de Nicolás Maduro
Tras
las violentas protestas en la ciudad chilena de Iquique contra la migración
ilegal, en la que se quemaron colchones y pertenencias de
venezolanos, la oposición que lidera el Presidente(E) Juan Guaidó
instó este domingo a los países de América Latina a seguir el ejemplo de
Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Brasil, donde se desarrollan diversos
programas para la regularización e inserción social y económica de migrantes
venezolanos.
La
petición fue lanzada por la diputada Olivia Lozano a través de
su cuenta de Twitter, donde recordó que la solución no está en expulsar
migrantes que se vieron obligados a abandonar su país a consecuencia de la
crisis.
“Los
gobiernos latinoamericanos saben que la solución no está en expulsar a los
migrantes. Ellos se han visto en la necesidad de migrar
como consecuencia de una crisis humanitaria espantosa, sin referente en el
continente, generada por el régimen criminal de Nicolás Maduro”, escribió
Lozano.
En esa
línea se pronunció David Smolansky, comisionado de la Secretaría
General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos: “Es
inaceptable esta manifestación en contra de migrantes y refugiados que huyen de
la emergencia humanitaria compleja más grande del hemisferio occidental. Los
venezolanos huyen de su país, no lo hacen voluntariamente. Sus derechos deben
ser garantizados para estudiar y trabajar”.
El
pedido de la oposición se da dos días después de que en la ciudad chilena de
Iquique se desplegara un amplio operativo para desalojar un campamento
de unos cien migrantes, entre ellos varios venezolanos, que dormían en
Plaza Brasil de la localidad, lugar en el que se asentaron hace meses fruto de
la crisis migratoria.
Según
la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, entre enero y julio de
este año se registraron 23.673 denuncias por ingreso al país a través de pasos
no habilitados, un 40% de todo 2020.
Tras
el desalojo, este sábado se realizó una marcha contra la migración irregular en
este mismo poblado chileno. En el evento había banderas de esa nación y
carteles que rezaban “No más ilegales”.
La marcha
contó con alrededor de 5.000 asistentes, según fuentes policiales,
quienes manifestaron su rechazo a la ola migratoria que por
estos días tiene a la zona norte de Chile en crisis por el colapso de algunos
espacios públicos.
Ante
este hecho, Lozano insistió en la necesidad de que los países de la región
repliquen políticas que permitan a los migrantes desarrollarse y tener
una actividad productiva en el país al que lleguen.
Asimismo,
recordó que “es obligación de los estados promover programas de educación a sus
ciudadanos que combatan los actos discriminatorios y xenófobos, y a su vez
promuevan los valores de la diversidad, la tolerancia, la igualdad y la
equidad”.
No
obstante, subrayó que “toda solución definitiva pasa por la impostergable
decisión de acabar con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela”.
Por su
parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) manifestó este
sábado su “preocupación por las situación de cientos de niños
inmigrantes en el norte de Chile luego de que una marcha terminara con la quema
de pertenencias de personas extranjeras”.
“UNICEF
manifiesta su preocupación por la situación que están viviendo niños, niñas y
adolescentes inmigrantes en Iquique y pide al Estado garantizar y proteger sus
derechos, cumpliendo de esta manera con los tratados internacionales suscritos
por el país”, señaló la organización internacional en una declaración.
El
relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe
González, también se pronunció sobre los hechos conocidos en Chile y
calificó como una “inadmisible humillación” el ataque incendiario contra las
pertenencias de las personas inmigrantes.
“El
discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha
ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de
barbarismo”, afirmó.
A la
fecha son alrededor de 3.500 migrantes -según algunos vecinos- los que se
encuentran varados en las calles de Iquique, gran parte de ellos luego de haber
ingresado a Chile por pasos no habilitados en la frontera y cruzar la ruta
hacia la costa.
La
mayoría llega desde Venezuela buscando una oportunidad en Chile, pero entre las
restricciones sanitarias, la política migratoria y su escasez de recursos
económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje por el país, durmiendo
en albergues o en campamentos improvisados en las calles.
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