Eddie A. Ramírez 21 de septiembre de 2021
Hoy es
el Día Internacional de la Paz. La Organización de las Naciones Unidas aprobó
que el tema para este año es Recuperarse (de la pandemia) para lograr
un mundo más equitativo y pacífico, e insta a los ciudadanos a oponerse a
los actos de odio en internet y fuera de ella, así como a difundir compasión,
bondad y esperanza. ¿Vamos por buen camino? ¿Estos meses encerrados nos han
permitido reflexionar sobre la necesidad de ser más tolerantes a las ideas de
otros?
Lester
Pearson (1897-1972), ex primer ministro canadiense y Premio Nóbel de la Paz,
decía: ¿Cómo puede haber paz en nuestros países, si no nos entendemos, y cómo
vamos a entendernos si no nos conocemos los unos a los otros?
Paradójicamente,
los venezolanos nos conocemos pero, por alguna razón, nos cuesta entendernos.
Basta leer los tweets, declaraciones y artículos en los que despotricamos unos
de otros. Sometemos a los nuestros a un implacable fuego amigo, unas veces con
razón, pero otras sin ella. Quizá la desesperación por salir del régimen nos
induce a ser agresivos contra quienes consideramos culpables por no lograr
poner fin a la usurpación.
Por
tener mayor responsabilidad, nos referiremos a las relaciones entre nuestros
dirigentes. Con excepción de los llamados “alacranes” y de algún infiltrado,
tienen el mismo objetivo que es salir de la dictadura e implantar una verdadera
democracia. Casi todos están sujetos a persecuciones por motivos políticos y
ninguno es millonario. ¿Qué les impide ponerse de acuerdo o por lo menos
dilucidar sus diferencias en privado? Algunos piensan que, por defender su
pequeña parcela, le dan prioridad a descalificar a quien visualizan como
competidor. ¿Acaso pueden ser tan torpes como para no percibir que ninguno
tiene músculo suficiente para acabar con el régimen?
A
título de ejemplo, podemos citar la carta dirigida el 14 de septiembre al
presidente colombiano Iván Duque, por las fracciones políticas de Primero
Justicia, Acción Democrática y un Nuevo Tiempo, de la Comisión Delegada de la
Asamblea Nacional electa en el 2015.
La
misma no fue firmada por el presidente Guaidó, ni por la fracción de Voluntad
Popular, lo cual evidencia una profunda división en el llamado G4. Por cierto,
es una carta escrita en términos que no se corresponden con la investidura del
destinatario, ni de quienes la firman. Defiende la gestión de Monómeros Colombo
Venezolanos, critica severamente el comportamiento de su presidenta y del
Gerente Financiero, y solicita que la Superintendencia de Sociedades de ese
país reconsidere la medida de control sobre esa empresa.
Por su
parte, el gobierno interino publicó un comunicado de fecha 15 de septiembre en
la que considera conveniente la decisión de control de la Superintendencia,
informa de la renuncia de la señora Carmen Elisa Hernández, presidenta de
Monómeros, y anuncia la restructuración de la empresa.
A su
vez, Primero Justicia (PJ) publicó un comunicado recordando que desde hace
tiempo propuso que los activos de Venezuela en el exterior fuesen manejados por
terceros mediante un fideicomiso, para evitar injerencia política, la
corrupción y que los partidos políticos se distraigan tomando decisiones sobre
esos activos. Al respecto cabe recordar que los partidos no deberían tener
injerencia en las operaciones de las empresas del Estado. Además, afirma que en
vista de la intervención de la empresa por la Superintendencia de Sociedades de
Colombia y a la falta de transparencia de algunos ejecutivos de Monómeros, el
G4 solicitó la renuncia a la señora Hernández. También que PJ no estuvo de
acuerdo en la creación de un fondo para pagar a los abogados que defienden
nuestras empresas y otros activos sujetos a demandas de acreedores. Pareciera
que PJ no toma en consideración que la opción que proponen del fideicomiso con
organismos internacionales no es viable. Por otra parte, objetar el pago de
honorarios a nuestros abogados es propiciar que se pierdan nuestros activos en
el exterior. ¿Es que acaso Primero Justicia no forma parte del gobierno
interino?
No
tenemos información confiable de lo que ha sucedido en Monómeros, por lo que no
podemos adelantar opinión. Solo mencionar que desde un principio varias fuentes
señalaron las presiones de algunos políticos para colocar a su gente en la
empresa. Así mismo que, a pesar de denuncias de posible corrupción, no ha
habido respuestas de la directiva de la empresa. Con respecto a la señora
Hernández, solo podemos señalar que trabajó en Pdvsa Gas, con una actuación
valiente en los sucesos del 2002. Poco después, ella ingresó a la política
partidista.
El
caso de Pdvsa ad hoc es diferente. Tanto su anterior
presidente Luis Pacheco, como el actual, Horacio Medina, junto con el embajador
Carlos Vecchio y la Procuraduría Especial de la República han realizado un
trabajo excelente para evitar que los acreedores se apoderen de nuestros
activos en el exterior. Estos activos estaban prácticamente perdidos por la
desidia del régimen de Maduro y por la irresponsabilidad de Chávez-Maduro de
darlos en garantía para obtener préstamos, así como por la absurda decisión de
expropiar empresas extranjeras que operaban eficientemente en Venezuela. A la
fecha, la Comisión Delegada de nuestra Asamblea no ha aprobado el presupuesto
del 2021.
En
cuanto al complejo refinador de Citgo, el mismo ha sido manejado con mucha
transparencia. El presidente y CEO, Carlos Jordá, es un profesional de gran
prestigio y muy correcto. Se han hecho algunos señalamientos a la Fundación
Simón Bolívar, brazo independiente de Citgo para su responsabilidad social.
Esta Fundación maneja las donaciones a través de organizaciones no
gubernamentales. Tanto Citgo como la Fundación, están sujetos a estrictos
escrutinios de agencias del gobierno de los Estados Unidos. Cualquier
comentario adverso es por mala intención o por no informarse.
No
podemos obviar comentar las opiniones subidas de tono sobre las elecciones del
21N. Descalificar a quienes manifiestan que no van a votar o a los que van a
votar no es correcto. Si queremos tener paz, requisito indispensable para que
nuestro país se recupere, tenemos que ser más tolerantes y trabajar unidos para
salir de la dictadura.
Como
(había) en botica: El usurpador Maduro sigue siendo el
tirapiedras de siempre. Lamentamos el fallecimiento de Nicomedes García Ruiz,
compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol. ¡No más prisioneros políticos,
ni exiliados!
Eddie
A. Ramírez
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