José Luis Carrillo 04 de marzo de 2022
@CarrilloJoseL7
Nicolás
Maduro, al respaldar al presidente de Rusia Vladimir Putin en el conflicto con
Ucrania, se la juega en su intento de buscar que se levanten las sanciones
económicas y financieras que Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto a
su gobierno. Los internacionalistas Juan Francisco Contreras Arriechi y Adriana
Boersner detallan los posibles impactos para Venezuela
El
gobierno de Nicolás Maduro ha buscado afanosamente, desde 2019, el
levantamiento de las sanciones económicas y financieras que parte de la
comunidad internacional, especialmente EE. UU. y la Unión Europea (UE), han
impuesto contra el país a partir de la represión de las protestas en 2014 y,
especialmente, la imposición de una asamblea constituyente convocada por el
Ejecutivo y no por el pueblo en 2017.
El levantamiento de las sanciones ha sido una de las principales exigencias por parte del Ejecutivo durante las sesiones de negociación y acuerdos que se han producido en República Dominicana (2018) y Noruega y Barbados (2019), y paulatinamente ha implementado políticas para buscar granjearse el reconocimiento a su gobierno por parte de los países que aplican las medidas.
En
2019, instaló una mesa de diálogo nacional con sectores minoritarios de la
oposición, la llamada «mesita», en la que se acordaron cambios en la
composición de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) que organizó
las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional de 2020, en las que la
oposición mayoritaria no participó.
Luego
se levantaron algunas inhabilitaciones políticas y se realizaron las elecciones
de gobernadores y alcaldes en 2021, en los que la oposición participó dividida.
La
administración de Joe Biden flexibilizó algunas medidas contra Venezuela, pero
el gobierno chavista insiste en que el país está siendo víctima de un bloqueo,
al cual atribuye la prolongada crisis económica que el país atraviesa.
A
pesar de todo ello, ante la dura reacción internacional frente a la acción
armada emprendida por Rusia contra Ucrania, el dignatario venezolano ha
decidido apoyar abiertamente a su aliado político Vladimir Putin, en un momento
en que el gobierno ruso está siendo objeto precisamente de la aplicación de
fuertes sanciones internacionales.
Acusación
a la OTAN frente a Rusia
Tropas
rusas ingresaron a territorio de Ucrania el 24 de febrero pasado. Dos días
antes, Nicolás Maduro había declarado que la Organización del Atlántico Norte
(OTAN) pretendía acabar militarmente con Rusia.
«Hemos
estado observando atentos a los acontecimientos en Rusia, en Ucrania,
observando, no desde ahora, la evolución del proceso donde el imperio
norteamericano y la OTAN pretenden por la vía militar acabar con Rusia, detener
a Rusia y acabar con este mundo multipolar que ya es una realidad», afirmó el
mandatario en esa oportunidad.
Añadió
que los territorios de Lugansk y Donetsk (donde hay intenciones separatistas de
Ucrania) asumieron funciones de repúblicas populares «para defenderse de una
masacre que los sectores fascistas que habían asaltado el poder en Ucrania
comenzaron a ejecutar cazando hombres, cazando mujeres, asaltando familias,
bombardeando, con armas pesadas y se inició un conflicto durísimo».
Sin
embargo, el dignatario guardó cautela y no se pronunció al momento de iniciarse
la invasión por parte de tropas rusas al territorio ucraniano.
Ese 24
de febrero, el canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Félix Plasencia, hizo
un llamado a mantener la vía diplomática para resolver el conflicto.
«Ante
el agravamiento de la situación en Ucrania, Venezuela reitera la vía
diplomática como única opción para la paz, el entendimiento y la vida.
Asimismo, rechazamos las acciones de aquellos que pretenden debilitar a Rusia,
con sanciones ilícitas y ataques», expresó Plasencia a través de su cuenta en
la red social Twitter.
La
declaración formó parte de un comunicado del Ejecutivo en el que de nuevo se
acusó a la OTAN de quebrantar los acuerdos de Minsk (en los que se establece
que la organización no se expandiría hacia el Este).
Militarización
de la política mundial
Una
vez escalado el conflicto, surgieron voces de alerta sobre las consecuencias en
la política internacional y también para Venezuela.
La internacionalista
Elsa Cardozo, afirmó que la acción contra Ucrania es «una movida geopolítica,
un giro muy grande para la política mundial», ya que la situación promete la
militarización del orbe «y es como si estuviéramos volviendo al período previo
a la caída del Muro de Berlín”.
Considera
que a Rusia le pesa el temor a que se vea una Ucrania democrática.
El
también internacionalista Roy Daza, diputado a la Asamblea Nacional por el
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo a su vez que era imposible
que se endurecieran las posiciones de EE. UU. con respecto a Venezuela por el
apoyo a Rusia.
«Más
duras (las sanciones) no pueden ser», expresó Daza, quien resaltó que las
acciones estadounidenses han condenado a Venezuela a no tener alimentos y a que
la empresa petrolera sufra los estragos del bloqueo.
Impacto
sobre Venezuela por la acción de Rusia
Aunque
del conflicto bélico puede decirse que está «al otro lado del mundo», podría
tener consecuencias para Venezuela, no solo en la política internacional, por
el respaldo de Nicolás Maduro a Vladimir Putin, cuando Occidente respalda al
gobierno de Ucrania, sino en el económico.
Siendo
Rusia uno de los mayores productores en el mundo de petróleo y gas, era de
esperarse que los precios de estas materias primas sufrieran un incremento (el
hidrocarburo ya superó los $100 de precio por barril).
Juan
Francisco Contreras Arriechi, presidente del Colegio de Internacionalistas de
Venezuela, duda que Venezuela pueda aprovechar el auge en los precios de los
combustibles debido al estado de la industria petrolera nacional. Lamentó que,
debido precisamente a esto, el país no pueda ayudar a paliar la situación que
se va a presentar en Europa, principal importador de gas ruso.
La
internacionalista y profesora de la Universidad de Carolina del Sur Aiken Adriana Boersner
Herrera sí cree que va a beneficiar al gobierno de Nicolás Maduro,
porque el Poder Ejecutivo calculó que las ventas del petróleo financiarían en
2022 más del 50% del presupuesto nacional, y aunque no se conoce el detalle del
precio con el que se calculó el barril de hidrocarburo, estima improbable que
el gobierno lo haya hecho a un precio mayor a $100 por barril; mientras que se
está estimando que sobrepase los $140.
Indicó
que hay otro recurso natural, el oro, que ha experimentado un alza, por lo que
también quienes se dedican a su extracción, legales o ilegales, se van a ver
beneficiados.
Sin
embargo, Boersner alertó que el conflicto muy probablemente va a incidir en el
precio de los alimentos, incluyendo el pan. «Por el aumento de los costos de
transporte y fertilizantes a partir del alza de los precios del petróleo va a
haber escasez de producción en algunos países, y Venezuela importa
absolutamente todo, y hay que tener en cuenta que Rusia es uno de los mayores
exportadores de trigo, por lo que es de esperarse una desestabilización del
mercado de granos y trigo, que se profundizaría si se incrementan las
sanciones, sobre todo si pasan por cerrar el mar Negro, que es clave para el
tránsito de productos.
Afectación
en el sector militar
Para
Juan Francisco Contreras Arriechi, el conflicto va a afectar a Venezuela
especialmente en cuanto al tema militar. «Venezuela depende en gran parte de
Rusia para su equipamiento militar. En el tema de las sanciones seguro se
planteará que barcos rusos no puedan comercializar sus equipos militares en la
región», resaltó.
Señaló
que ya se ha visto que algunos países han restringido la posibilidad de que a
sus puertos llegue mercancía procedente de Rusia, lo que se acrecentará a
medida que el conflicto vaya escalando.
En
cuanto a la relación con Occidente, Contreras Arriechi aseveró que es absurdo
que Venezuela mantenga un tipo de posiciones inaceptables, como la de respaldar
la acción contra Ucrania. «Ningún país tiene la potestad de declarar la independencia
de una región en otro país soberano. Es una flagrante violación al derecho
internacional», expresó.
Sobre
el respaldo político de Maduro a Putin, sostuvo que esa posición no refleja la
de la mayoría de la población, siendo Venezuela un país pacífico y que no tiene
interés alguno en un conflicto ancestral como el que plantea Rusia en Ucrania,
países con los que no tiene mayores vínculos ni intereses.
Advirtió
que el abierto respaldo de Maduro a Putin va a tener repercusiones y destacó la
actitud de China, que ha sido más cautelosa ante el conflicto, absteniéndose de
votar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Para
Adriana Boersner, la reacción del gobierno de Maduro en cuanto a respaldar al
presidente ruso no ha sido sorprendente y va en la línea que han seguido las
élites políticas de Cuba y Nicaragua.
Coincidió
en señalar que la actitud del Ejecutivo no ha sido cautelosa y que antes de la
acción armada había mensajes claros de respaldo a la política de Putin. Al
respecto, sacó a relucir que Maduro ha seguido una línea antiestadounidense.
En
cuanto a lo geopolítico, desestimó la posibilidad de que el conflicto llegue a
Venezuela. Argumentó que América Latina no es una prioridad para Rusia y que,
además, Vladimir Putin no midió la fuerza con la cual se iba a enfrentar a
Ucrania, especialmente por la alta moral de militares y civiles de ese país.
Cree
que resulta difícil que en un contexto como ese, cuando a través de sanciones
diplomáticas y económicas se está dejando sola a Rusia y cuando EE. UU. cerró
su espacio aéreo para los aviones rusos, se concrete una amenaza como la que
hizo el vicecanciller ruso Sergei Ryakov, en cuanto a la posibilidad de
movilizar tropas en Cuba y Venezuela si Europa salía en defensa de Ucrania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico