Agencias 17 de abril de 2022
José
David Chaparro nació hace 55 años en San Cristóbal, capital del estado de
Táchira (Venezuela), pero se asentó en Ucrania desde su independencia a
principios de los 90. La vida le llevó a ser el encargado de negocios
venezolano en Moscú y, ahora, es el “comandante” de una
pequeña división de voluntarios que reparten ayuda humanitaria a los más
afectados por la invasión rusa.
Cada mañana se viste con el uniforme militar, su gorra y su rifle. Se reúne con sus compañeros de división, todos ellos ucranianos, y cargan sus coches con decenas de cajas de comida, agua, productos básicos e incluso gasolina para alimentar los generadores de electricidad de los pueblos que quedaron devastados por los bombardeos rusos.
A
pesar de que domina perfectamente el ucraniano y el ruso, sus camaradas se
dirigen a él como “comandante”, en español, algo que le dibuja
una sonrisa en la cara a este venezolano casado con una ucraniana desde hace 30
años que, durante estos tiempos de guerra, está al mando de un pequeño grupo de
voluntarios.
Todo
empezó al segundo día de la invasión, cuando José se alistó como voluntario en
la Defensa Territorial de Ucrania, un organismo de reserva del Ejército
compuesto también por civiles que reciben formación militar, con el objetivo de
participar en combate o en tareas de ayuda humanitaria.
Un
llamado patriótico
“Cuando
esto empezó, yo sentí un llamado patriótico (…) Sentí que esta era mi patria
segunda y que tenía que dar todo lo que pudiera por ella”,
cuenta José en una entrevista a EFE, mientras se toma un descanso tras repartir
ayuda humanitaria en el pequeño pueblo de Rozhivka, a unos 40 kilómetros al
noreste de Kiev.
Para
él, ese llamado fue “más fuerte” que lo que sintió en
Venezuela en 2014, durante las protestas contra el gobierno del presidente
Nicolás Maduro, en las que participó.
“En
Venezuela nosotros no logramos el objetivo de restaurar la democracia y aquí yo
no iba a perder esa chance. Aquí ahora estoy dando mi vida otra vez”, asevera
el de San Cristóbal, una de las ciudades más duramente reprimidas durante las
mencionadas manifestaciones.
“Yo en
Venezuela no portaba arma, ni uniforme, ni estaba disponible para el combate.
Ahora sí lo estoy. Porto arma, porto uniforme, estoy bajo una línea civil y
militar. Y eso es una diferencia bastante sustantiva”, arguye
José.
Para
él, la invasión rusa hizo que su vida diera un giro de 180 grados, ya que le
dio “un alma diferente”, aprendió sobre el espíritu de
colaboración, a “entender el dolor humano” y, sobre todo, a
compartir.
Una
vida entretenida
Pero
la vida de José siempre dio muchas vueltas. Se asentó en Kiev a principios de
la década de 1990 para estudiar derecho internacional, impulsado por “el deseo
de entender el sistema soviético”.
“Es
como quien quisiera ir ahora a Corea del Norte a estudiar el sistema económico
y político de ellos”, dice entre risas este caribeño con barba
y de apariencia amable.
En
Ucrania, José abrió una empresa de servicios jurídicos porque “la
propiedad privada no existía” y regresó a Venezuela para trabajar en
la Oficina de Planificación Estratégica, donde, entre otras cosas, coordinó la
primera visita del presidente venezolano Hugo Chávez a Rusia.
A
partir de ahí, fue nombrado encargado de negocios de Venezuela en Moscú, donde
ejerció durante “un tiempo considerable”, de 2001 a 2005, para desarrollar
los lazos políticos y económicos entre los dos países, relata.
Sin
embargo, pese a ser un gran conocedor de Rusia y de haberse movido en las altas
esferas de ese país, asegura no entender la “verdadera razón” de esta invasión
que provoca la muerte de miles de civiles, algo “bárbaro” e “incalificable”, en
su opinión.
“Si tú
me dices que esto pasó hace 100 o 150 años (…) era más factible. Pero,
¿ahorita? Ahorita cuando ya estamos llegando a Marte, mandando satélites,
mandando gente a otros planetas… ¿nosotros ahorita nos estamos degollando y
matando a sangre fría?”, se pregunta.
Y es
que después de dar vueltas por toda Ucrania repartiendo todo tipo de ayuda
humanitaria, observando la devastación y la desesperación que sembró la guerra,
solo tiene clara una cosa: “Ojalá termine ahorita”.
Tomado
de: https://focoinformativo.com/el-comandante-venezolano-de-ucrania-video/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico