Europapress 23 de abril de 2022
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Asegura
que es víctima de una causa "inventada" y que su único delito es
"pensar distinto"
El
opositor venezolano Rolando Figueroa suplica a España que reconsidere su
extradición: "Es un tema de vida o muerte"
El opositor venezolano Rolando Figueroa vuelve a estar al borde de la extradición a su país después de que el Ministerio de Interior le haya vuelto a denegar el asilo político. Asegura que el presunto delito de estafa por el que le reclama Caracas es fruto de una causa "inventada" para perseguirle por "pensar distinto" al Gobierno de Nicolás Maduro. Por ello, ruega a España que revise su caso antes de enviarlo a Venezuela, donde se enfrenta a un "riesgo de muerte".
La
batalla legal de Figueroa se remonta a 2018, cuando la Justicia venezolana
pidió su extradición por, supuestamente, haber estafado a una mujer que había
contratado varios tratamientos médicos con una empresa de productos sanitarios.
La presunta víctima habría pagado más de 200.000 dólares sin recibir tratamiento
alguno, de acuerdo con el relato recogido en la resolución del Ministerio de
Interior, al que ha tenido acceso Europa Press.
Su
extradición quedó aprobada en julio de 2020 pero, por problemas logísticos
relacionados con la pandemia, no llegó a materializarse. Un año después se
reactivó. Figueroa pasó unos meses encarcelado en Teixeiro (Coruña) hasta que
salió en libertad condicional después de que su entrega quedara suspendida por
esta segunda petición de asilo.
El
pasado 12 de abril, el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska le negó
nuevamente el asilo por las mismas razones que la primera vez: "No hay
datos para apreciar que el solicitante desarrollase una actividad relevante de
oposición política ni que haya sido víctima de cualquier forma de represión o
persecución por tal motivo".
Interior
entiende que tuvo una participación política "limitada y común", de
modo que "su situación personal no difiere de lo que ocurrió y ocurre
actualmente en Venezuela, un clima de crispación política en el que no comulgar
con las ideas del Gobierno sitúa a los ciudadanos venezolanos en ese gran contingente
de los llamados 'opositores'".
"Ello
en sí mismo no deja de ser un reflejo de un clima político polarizado, sin que
el simple hecho de ser llamado 'opositor' y ser víctima por ello de amenazas
genéricas por parte de grupos afines al régimen de Maduro suponga una
persecución singular y concreta que permita inferir respecto de todas las
personas que no comulgan con el ideario del Gobierno (que) están en necesidad
de protección internacional", concluye el Ministerio.
Esta
última denegación de asilo podría reavivar la extradición, aunque el bufete
Ismael Oliver Abogados, que ha asumido la causa 'pro bono', trabaja ya en
varios recursos, tanto en la vía administrativa como en la judicial. "Mi
detención y entrega a las autoridades venezolanas puede ser inminente",
resume Figueroa, en una entrevista con Europa Press.
"COMPLETAMENTE
DEVASTADO"
Figueroa
dice que se encuentra "completamente devastado" pero también
"esperanzado" porque confía en que las autoridades españolas repasen
su caso para llegar a una conclusión distinta, mostrándose deseoso de aportar
cualquier información que puedan necesitar "y terminar de pasar por esta
pesadilla". Con ese objetivo, esta misma semana se ha reunido con la
adjunta al Defensor del Pueblo, Teresa Jiménez Becerril, para contarle su
situación.
"Señores,
esto hay que volverlo a leer", insta. En primer lugar, porque se declara
"totalmente inocente". La supuesta víctima de la presunta estafa es
Mayerling Rojas, vinculada al aparato oficialista y con la que coincidió cuando
ambos trabajaban en el Ministerio de Interior y Justicia, él como director
general de Justicia y Cultos y ella como directora general de Derechos Humanos.
"Desde
un principio fui tildado de escuálido, así se llama a una persona que no es
afecta al régimen, que no es un 'madurista', que no se doblega a las exigencias
que ellos hacen", describe. En su caso, cree que los señalamientos
vinieron porque desde su puesto gestionaba, precisamente, las extradiciones y
frenó "muchísimas persecuciones", sobre todo a estudiantes que habían
participado en protestas opositoras.
"Me
gané muchos enemigos", afirma. De acuerdo con Figueroa, empezaron
reprochándole que no fuera a mítines 'chavistas' y la presión alcanzó tal punto
que dejó su cargo. Pero las "amenazas" no habrían quedado ahí. Así
indica que Rojas llegó a infiltrarse en las multitudinarias manifestaciones que
se produjeron contra Maduro en los años siguientes a la muerte de Hugo Chávez
para identificarle como claro opositor. "Me dijo: 'Sabíamos que eras un
traidor a la patria'", recuerda.
En
este contexto, asevera que la presunta estafa no es más que "una
artimaña" ideada por Rojas, a la que incluye en el "cártel" de
Maduro, para destruirle. "Son hechos completamente infundados", con
un nivel de "incongruencia" que los hacen "novelescos",
insiste, para aclarar que solo era asesor legal de la empresa denunciada.
"Es una causa para perseguirme políticamente", zanja.
"AL
PISAR VENEZUELA, YO SOY TORTURADO"
En
segundo lugar, advierte de que "esto es un tema de vida o muerte".
"De ser metido en un avión, al pisar Venezuela yo soy torturado (...) No
se sabrá más nunca nada de mí", sostiene sin ninguna duda, hablando
directamente de que "existe un riesgo latente de muerte" porque
denuncia que el país funciona ya como un "narco-régimen" donde
"no hay separación de poderes".
"No
me están entregando a un país de Schengen, no me están entregando a un país
donde se respeten los Derechos Humanos y se garantice un debido proceso (...).
Todos los funcionarios del Gobierno están sancionados por Europa y perseguidos
en Estados por narcotráfico", recalca.
De
hecho, alerta de que los familiares que aún tiene viviendo en Venezuela
"son amenazados constantemente". Y todo, incide, porque era algo más
que un militante de base. "Yo soy un opositor", reivindica. Primero
se unió a las filas de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para integrarse
finalmente en Voluntad Popular (VP), uno de los partidos políticos que
integraban la plataforma disidente.
Así lo
acreditan dos cartas --de miembros de VP y La Causa R, otro partido opositor--,
las cuales forman parte de la documentación aportada por Figueroa; y el líder
de VP, Leopoldo López, con quien también se ha visto esta misma semana en
Madrid para exponerle su caso.
Se
incorporó a la oposición atraído por la idea de "construir un país
completamente nuevo". Él, como abogado de profesión, ayudó en la
elaboración del denominado Plan País para abordar una "reforma estructural
de todas las leyes", aunque también hacía trabajo de calle difundiendo el
mensaje de VP en los barrios. "Todos nos remangábamos (...) esto era un
trabajo de hormiguita", narra.
Siente
que al negarle el asilo ha sufrido una especie de "discriminación"
por "no ser la cara visible de un partido político", cuando tuvo que
salir de Venezuela tras la gran manifestación del 5 de junio de 2017 en
Caracas, donde "hubo ejecuciones extrajudiciales" y fue identificado.
Desde entonces, cuando no había investigación alguna en su contra, ha vivido en
Galicia junto a su mujer, de nacionalidad española, y sus dos hijos menores,
también españoles.
"Hemos
vivido cinco años de muchísimo dolor (...) solo porque los tentáculos de un
régimen corrupto llegaron aquí, a la Audiencia Nacional, y soy víctima de
persecución", dice, lamentando tener que librar lo que define como una
lucha de David contra Goliat: "Nos estamos enfrentando a un monstruo de
mil cabezas".
Figueroa
enfatiza que su único delito ha sido "pensar distinto" y por eso
espera que la decisión sobre su asilo pueda ser "revisada y
revertida". "Sigo creyendo fervientemente en la Justicia de este
país, en las instituciones políticas de este país, en el Estado de Derecho y en
la democracia que hay en España y lo seguiré creyendo hasta el final",
declara. "Yo lo que quiero es vivir en paz con mi familia, más nada".
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