VPITV 11 de abril de 2022
@VPITV
Este
lunes se cumplen 20 años del 11 de abril del 2002, una fecha que
confirmó el inicio de un dificultoso siglo XXI en Venezuela, en la que por unas
horas Hugo Chávez Frías abandonó el poder, que luego recuperó hasta su muerte,
anunciada el 5 de marzo del pasado año 2013.
Manifestaciones
sociales, asedio contra diplomáticos internacionales, disputas televisivas y
legales, marchas, renuncias, detenciones, versiones y contraversiones, un
Gobierno considerado “de facto”, 19 muertes y al menos cinco personas
heridas, fueron algunos de los hechos que ocurrieron ese día.
¿Pero
cómo se llegó a esa situación? La recordada jornada del
11 de abril tiene su explicación en los meses y años anteriores, desde el
comienzo del primer mandato de Chávez en 1999.
La disputa entre Chávez y los empresarios venezolanos
Desde
que el fallecido Hugo Chávez asumiera como presidente de Venezuela el 2 de
febrero de 1999 y anunciara un proceso para modificar la Constitución
nacional, los sectores empresariales que hacían vida en el país por aquel
entonces mostraron su preocupación.
La
patronal Fedecámaras, presidida por Vicente Brito, manifestó
su negativa a apoyar la propuesta gubernamental pues observó la elaboración de
leyes que no eran beneficiosas para el país, como el poder otorgado al primer
mandatario frente a los militares, la eliminación del Congreso bicameral, la
extensión del período presidencial a seis años con posibilidad de inmediata
reelección, entre otros factores. Esta distancia se agravó porque los
empresarios no fueron consultados respecto de la nueva Carta Magna.
Estos
altos representantes veían una semejanza en las ideas de Chávez con el
modelo cubano, dirigido por Fidel Castro, por lo que tras diferentes
acciones de ese Gobierno, el 10 de diciembre de 2001 la cúpula empresarial se
fue a un paro nacional de 12 horas a modo de protesta.
Esta
decisión fue respaldada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV)
y los partidos políticos adversos al chavismo, ante lo que había sido la
promulgación de un paquete de 49 nuevas leyes por vía habilitante, lo que generó
críticas incluso desde la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Con la
destitución del presidente de Pdvsa, Guaicaipuro Lameda, la
situación económica en Venezuela se volvió compleja en los meses siguiente y
militares de alto rango comenzaron a rebelarse públicamente contra Chávez.
En ese
contexto, la CTV dirigida por el sindicalista Carlos Ortega, junto a
Fedecámaras y ejecutivos opositores de Pdvsa, anuncian una huelga general
indefinida desde el 9 de abril. El presidente Chávez respondió anunciando el
despido público de los gerentes petroleros que apoyaban el movimiento.
Así,
bajo un ambiente tenso y de confrontación entre opositores y oficialistas, el
11 de abril fue el tercer día de huelga, convertida en una gran concentración
opositora que se ubicó en Chuao, frente a la antigua sede de Pdvsa. Fue en ese
lugar en donde se sugirió el desvío de la marcha hacia Miraflores,
para exigir la renuncia del Gobierno.
El 11
de abril: ¿Renuncia o golpe de Estado?
Con
los militares desplegados en la calle y una contramarcha oficialista en las
inmediaciones del Palacio de Miraflores, la marcha opositora llegó a la
zona y se desataron enfrentamientos entre ambos bandos, en donde
efectivos policiales también participaron.
Piedras,
disparos y presuntos francotiradores protagonizaron una batalla a plena luz del
día,
en la que se destacó la imagen de un grupo de pistoleros sobre el Puente
Llaguno, en una imagen que quedó marcada en la historia contemporánea, incluso
en canales de televisión de señal abierta, que transmitían los hechos pese a
que el chavismo había iniciado varias cadenas para intentar mostrar normalidad.
Ese
día, 19 venezolanos perdieron la vida en medio de un conflicto político,
que significó un antes y un después en la gestión de Hugo Chávez, que se vio
interrumpida horas más tarde.
Ante
el caos que se desató en Caracas, la dirigencia opositora responsabilizó al
Gobierno de propiciar las acciones violentas en las calles capitalinas con el
llamado “Plan Ávila”, lo que provocó que en la madrugada del 12 de abril, el
Alto Mando Militar anunciara la renuncia de Hugo Chávez al poder.
Lucas
Rincón Romero, ministro de la Defensa entre el 1 de abril y el 1 de julio de
2002, convocó una rueda de prensa para decirle a la nación que se le
había solicitado su renuncia al presidente y este aceptó. “Los miembros del
Alto Mando Militar ponemos, a partir de este momento, nuestro cargo a la
orden”, indicó el funcionario.
Una
carta firmada por Chávez fue la prueba de dicha dimisión, aunque luego el
mandatario y su administración negaron que fuera real.
El
oficialismo reclamó que, en caso de una salida del presidente, el poder debía
recaer sobre su segundo, que por ese entonces era Diosdado Cabello. No
obstante, el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, se
juramentó en Miraflores como el nuevo mandatario de Venezuela.
Inmediatamente,
Carmona anunció la disolución de todos los poderes públicos y dijo que el
país volvería a llamarse República de Venezuela, dejando de lado el
adjetivo “Bolivariana”, decretado en la Constitución de 1999.
Sin
embargo, los simpatizantes del chavismo protestaron en las inmediaciones del
Palacio y un grupo de militares encabezó una operación para reponer a
Chávez en el poder, pues alegaba haber estado bajo secuestro.
Todo
ello era una muestra del reflejo de la confusión que reinaba en la nación, en
donde se produjeron hechos como el asedio en la embajada de Cuba,
manifestaciones de la comunidad internacional y distintas versiones contadas en
los medios de comunicación.
Así,
el 13 de abril del 2002, Chávez fue liberado desde una prisión militar
en la isla de La Orchila y retomó el mandato en el país gracias a sus
efectivos más fieles.
Las
consecuencias
A raíz
de esos hechos, Hugo Chávez realizó cambios en su gabinete, sus
personas allegadas e incluso endureció algunas de sus posturas, por lo que
decidió hacer responder ante la ley a quienes consideró responsables del 11 de
abril.
La
relación de Venezuela con el Gobierno de José María Aznar, en España, se
deterioró al punto de acusar a ese país de “apoyar” el presunto golpe de
Estado. Por otra parte, el alcalde de Baruta, Henrique Capriles
Radonski, fue acusado de permitir que manifestantes opositores
ocasionaran daños en la embajada cubana.
Varios
efectivos de la Policía Metropolitana fueron condenados a
pagar años de prisión tras haber sido responsabilizados por las muertes en el
centro de Caracas.
Marco
Hurtado, Héctor Rovain, Arube Pérez Salazar, Erasmo Bolívar y Luis Molina fueron
los juzgados por dos de las 19 muertes ocurridas en la marcha del 11 de abril
del 2002. Todas las condenas fueron superiores a los 16 años y su defensa alega
que los motivos de reclusión son “políticos”.
Igual
suerte corrió el hoy Comisionado de Seguridad designado por el Gobierno
encargado, Iván Simonovis, quien recibió 30 años de condena por
parte del régimen chavista.
Por su
lado, los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) fueron
removidos por la Asamblea Nacional luego de que el 14 de agosto de ese año,
librasen de un juicio por rebelión a los generales acusados de desconocer al
Gobierno de Chávez. Esa misma directiva del Poder Judicial había califico como
un “vacío de poder” lo ocurrido el día 11.
Las
protestas contra Chávez se paralizaron por aquellos días. Pese a que luego
ocurrió el paro petrolero de 2002 y otras estrategias para deponer al
presidente por vías formales, el líder del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) no volvería a ceder su lugar, aún contra la
opinión de quienes hicieron política junto a él en sus inicios.
El
chavismo instauró el 11 de abril como una fecha para recordar, con la frase:
“Todo 11 tiene su 13”, en referencia al regreso de su líder al poder, hasta
ser sustituido por Nicolás Maduro tras su muerte.
Tomado
de: https://registrationcdnaws-1.com/trabajos-especiales/11-de-abril-del-2002/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico