Ariana Briceño Rojas 09 de abril de 2022
@arianabrojas
Venezuela
no se arregló. Punto. La conclusión de una conversación con uno de los más
prestigiosos economistas venezolanos es lapidaria para quienes piensan que los
carros de lujo en Las Mercedes y los bodegones repletos de Nutella son una
señal de que todo va bien. Tras siete años de recesión y cuatro de
hiperinflación Venezuela ya no es la misma, ni lo volverá a ser
a
desigualdad latinoamericana de la que Venezuela parecía haberse escapado llegó
y no tiene intenciones de irse para ningún lado. De hecho está tan cómoda que
sale a pasear y se toma un café en el bodegón de la esquina. «En este momento
los ricos son más ricos y los pobres son más pobres», sentencia José Manuel
Puente, un economista que desde Venezuela ha visto como el país se ha
fracturado y cómo se han cometido los peores errores económicos de toda la
historia.
¿Culpables? Varios. El principal: Hugo Chávez Frías. «No importa lo que un porcentaje de la población piense sobre el líder supremo. Él es el padre de la criatura. Es el padre de la gran catástrofe económica, social, humanitaria y de flujo de migración que vive Venezuela», asegura el profesor del IESA.
Puente
habla con números en la mano, con cifras de la Cepal, del BCV, de Encovi, del
Banco Mundial. Sin embargo confiesa que hay cosas que van más allá de las
cifras. Ver a personas comiendo en Sabana Grande de la basura mientras otras
buscan la cerveza importada en la otra esquina retrata un país en el que él no
creció. El país que recuerda es ese en el que él, el hijo de un señor trabajador
que tan solo curso sexto grado, pudo estudiar, graduarse, ir a un hospital
público, recibir una beca y hacer un doctorado en economía en una de las
universidades más prestigiosas del mundo.
Entonces,
¿todo es una ilusión? Para José Manuel Puente puede ser una muy peligrosa,
porque la pequeña recuperación que se puede percibir no está sustentada en
producción, mejor manejo de las políticas económicas e incentivo al
crecimiento.
– En
Venezuela parece que las cosas están mejorando, al menos es lo que muchos
debaten en la calle. La hiperinflación terminó, el precio del dólar se
mantiene, hay bodegones. La gente cree que esto es bueno y es señal de que la
crisis terminó. ¿Es así?
La
historia es un poco compleja y es bueno comenzar dando el contexto. ¿Cómo el
gobierno logró atajar el problema de la hiperinflación? Básicamente desarrolló
tres líneas de política económica para poder controlarla. La primera fue el
anclaje cambiario. Ha estado liquidando un gran volumen de dólares para que el
precio del dólar se mantenga bajo y es por eso que en 2021 no vimos
prácticamente devaluación y este se mantuvo alrededor de 4,7 bolívares por
dólar. La segunda línea económica es que redujo el ritmo de ejecución
presupuestaria y al reducir el gasto eso impactó sobre la liquidez monetaria. Y
la tercera línea de acción fue el incremento importante del encaje legal sobre
la banca para reducir los fondos que la banca puede inyectar a la economía.
Esas
tres opciones de política económica lograron disminuir la presión sobre los
precios y disminuir la hiperinflación, pero ahora tienes varios problemas y es
que tienen un tipo de cambio fuertemente apreciable. ¿Qué quiere decir eso?
Bueno, que cada vez que necesitas mas dólares para comprar la misma canasta de
productos que comprabas antes y eso tiene que ver con lo que la gente llama
erróneamente inflación en dólares y la inflación en dólares no existe, lo que
existe es un proceso de apreciación del bolívar.
– ¿Y
estas políticas pueden mantenerse para que el precio del dólar siga igual?
En mi
opinión y la de muchos economistas, esa opción de anclar el tipo de cambio y no
ajustar con base a la realidad y persiguiendo el tipo de equilibrio tarde o
temprano va a llevar a la economía venezolana a dar un gran ajuste cambiario
con un gran sobresalto en inflación y con efectos recesivos. Esto puede ser una
ilusión de armonía que no es sostenible en el tiempo, porque el tipo de cambio
de equilibrio de esta economía no es 4,7 ni 4,8 bolívares por dólar, es mucho
mas que eso.
– ¿De
cuánto estaríamos hablando? ¿Cuál debería ser realmente el precio del dólar?
Eso es
un debate teórico complejo porque hay mecanismos para calcular el nivel de
apreciación. El último cálculo que yo hice es que el tipo de cambio de
equilibrio podría estar entre 8 y 10 bolívares por dólar. Por supuesto, es un
factor dinámico que se va ampliando dependiendo de cómo sigue el ritmo de
inflación venezolana. Dentro de 3 meses será otro.
– ¿Si
una de las medidas para mantener el precio del dólar bajo es inyectar divisas a
la economía, entonces eso quiere decir que el dinero que inyecta el Gobierno se
pierde?
Sí.
Así es. Ese dinero viene de las reservas internacionales y es por eso que esta
política ha sido tan costosa. Tenemos muchas dudas sobre la sostenibilidad de
la política porque requiere de un gran volumen de dólares que vienen de las
reservas internaciones y Venezuela tienen en este momento de reservas
internacionales 5.800 millones de dólares. Son las reservas más bajas en 30
años.
La
pregunta es cuánto tiempo va a poder el gobierno con los ingresos actuales
petroleros seguir liquidando en volúmenes importantes para mantener el tipo de
cambio bajo. Creemos que esa estrategia no puede ser sostenible porque depende
de la disponibilidad de dólares del gobierno que cada vez son menores.
– Pero
esta ha sido una estrategia efectiva en la política, porque la gente tiene la
sensación de que el tipo de cambio se mantiene y que esto es bueno
Sí.
Este es un gobierno que en esencia lo que le importa son los dividendos
políticos que pueda sacar de sus políticas económicas. Pero al final, este es
un gobierno que ha sido muy incompetente en el manejo de la economía.
Recordemos que Venezuela vivió en los últimos años una catástrofe
macroeconómica en los que perdió el 75% de su PIB, tuvo cuatro años de
hiperinflación, lo que es la segunda mas larga de la historia de la humanidad
en el mundo. Es decir, es la economía con el peor desempeño económico en el
mundo en los últimos 10 años.
Y
aunque muchos en el país crean que mantener el tipo de cambio a un precio bajo
sea bueno, esto no es sostenible y puede ser una ilusión de
armonía con una bomba oculta que pueda explotar en cualquier momento.
Si el
tipo de cambio se sigue apreciando y en algún momento no tenemos los dólares
para seguir liquidando al aparato productivo, se va a dar un gran ajuste del
tipo de cambio. Una maxi devaluación con un salto inflacionario que puede tener
impactos muy importantes sobre el bienestar de la gente.
–
¿Cómo se explica eso que llaman inflación en dólares? Sabemos que no es el
término correcto, pero en la práctica la gente siente que los dólares en su
bolsillo le alcanzan cada vez menos y hasta parece que vivir fuera del país es
menos costoso
Realmente
no existe inflación en dólares porque la economía que genera el dólar americano
es Estados Unidos de América, y allí la inflación es de 6%, y es esa la
inflación que recibe el dólar. Por tanto no hay un incremento de precios de más
de 6% en dólares. En Venezuela, el problema es de apreciación del bolívar.
Los precios en bolívares corren mucho mas rápido que los precios de tus socios
comerciales. Venezuela tuvo el año pasado 686% de inflación y nuestros socios
comerciales de America Latina tuvieron 6%, es decir que los precios en
Venezuela crecieron 6 veces mas que en Chile, Perú o Ecuador. Entonces,
comparativamente Venezuela se hizo cada vez más cara y cada vez necesitas más
dólares para poder comprar la misma canasta que comprabas el año pasado.
– Pero
muchos piensan que el incremento de los precios en dólares tiene que ver con la
especulación
El
tema especulativo claro que existe y ha existido en Venezuela, pero el fenómeno
especulativo no explica la evolución de los precios en dólares. A veces creemos
que lo que debe haber es un gobierno fuerte que a garrotazos controle los
precios de los comerciantes, pero no. La labor de un buen gobierno es generar
las condiciones para una sobreproducción de bienes y servicios, porque en un
mercado plenamente abastecido no se puede especular. Sin embargo, el Gobierno
ha hecho todo lo contrario. Ha destruido la capacidad de producción.
–
¿Usted cree que al Gobierno le conviene que el país produzca? Porque los
anaqueles están llenos de productos importados
Yo
creo que sí le conviene, pero creo que no le importa mucho. Lo que se ha
reactivado es la economía de puertos. Con la apreciación del tipo de cambio
todo lo importado termina siendo mucho más barato que lo producido
nacionalmente.
El
gobierno renovó la eliminación de aranceles y y del IVA para los productos
importados. Con esto lo que logra es destruir la capacidad industrial al
competir de manera desleal. Es por eso que muchos venezolanos estemos
consumiendo productos importados en vez de nacionales. Es un sin sentido por
ejemplo que la bebida de cola negra importada de Italia sea más barata que la
nacional. Es un sin sentido porque además tenemos un país con la mano de obra
mas barata, con salarios miserables.
–
Además la industria se enfrenta a problemas de servicios eléctricos y de
gasolina que dificultan que el parque industrial se reactive
Lo de
la electricidad es otro tema. El cuerpo económico venezolano es solo el 25% de
lo que era en 2013. Es un cuerpo humano que pesaba 100 kilos en 2013 y que
ahora pesa solo 25 kilos. Tienes razón al decir que este cuerpo tan pequeño,
tan flaco, tan malnutrido no tiene electricidad suficiente para crecer, porque
si con una economía tan pequeña se dan apagones, entonces imagínate si la
economía crece y volvemos a producir al 100%. Simplemente no hay energía, no
hay gasolina para una economía que debería ser cuatro veces lo que hoy.
A
pesar de todo este panorama, hay una percepción en redes sociales de bienestar,
al menos para un grupo de la población. ¿Qué tan cierto es eso?
Vamos
a hablar con números. El estudio más serio que tiene Venezuela es la encuesta
Encovi. Ellos determinaron que para el 2021 el nivel de pobreza en Venezuela
fue de 94,5%. Es decir que el 94% no tiene un ingreso para acceder a una
canasta básica de alimentos y medicinas. Así que solo el 6% es el que tiene
capacidad de consumo, el que te llena los restaurantes, el que te llena los
aviones volando a Estados Unidos y a Europa, que te llena los bodegones, porque
el otro 94% está execrado de estas posibilidades de consumo.
En
este momento hay dos Venezuela y eso es lo peor que ha ocurrido en los últimos
años. El modelo de desarrollo de la revolución ha agudizado lo peor del modelo
rentístico de los últimos años, agudizando una sociedad dual que no se pueden
ver a la cara porque tienen patrones de vida diferentes. Esa sociedad dual es
muy negativa y va a traer muchas fricciones al mediano y largo plazo y va a ser
una traba central para que caminemos a ser un nuevo país.
–
Venezuela era un país con oportunidades, pero ahora es muy desigual…
Es que
una cosa es la pobreza, que es un fenómeno dramático que genera impactos
negativos en la sociedad, y el otro es la desigualdad, que genera dinámicas muy
duras con inequidad. Cuando uno piensa en pobreza piensa en el África porque es
el continente más pobre del mundo, pero cuando un piensa en desigualdad piensa
en América latina que es el continente mas desigual del mundo.
Entonces
sabes que en los países de África todo el mundo es más o menos igual de pobre y
eso no genera fricciones porque todo el mundo esta en la misma situación. En
América Latina hay una mayoría muy pobre y una minoría muy rica y eso lo ves
ahora en Venezuela. Los ricos son tal vez más ricos que nunca y los pobres son
tal vez más pobres que nunca.
Venezuela
hace 20 años no era así. Yo crecí en una sociedad donde había una gran
movilidad social. No voy a dar un número macroeconómico para esto, sino a
contar la historia de mi vida. Yo soy el hijo de un hombre trabajador que
estudió hasta 6to grado, pero que gracias a un sistema de educación pública y a
un sistema de salud óptimo pudo ver cómo su hijo estudió un doctorado en una
prestigiosa universidad fuera del país. Esa movilidad social la perdimos y eso
te la daba un sistema que generaba condiciones de igualdad.
Antes
tu destino lo decidías tú en base a tus capacidades, en este momento no lo
decides tú. Lo decide un país que te tranca en una escala socioeconómica y no
te deja salir de ella. Eso frustra y molesta a la gente y es el caldo de
cultivo para las fricciones entre la población.
–
Hablemos de la hiperinflación: salimos de ella, pero ¿podemos volver a vivirla?
El
futuro es todavía muy incierto. Según la data del Banco Central, Venezuela
salió formalmente del proceso de hiperinflación, pero todavía somos la economía
con la inflación mas alta del mundo. El 2021 cerró con 686% de inflación, eso
es 100 veces mas el promedio de inflación de América Latina.
Aunque
no hay hiperinflación, recibir 686% de inflación es devastador porque se
carcome tu bienestar, tu ingreso y tu capacidad de compra. Vienen unos retos
tremendos y siempre existe el peligro que la política económica que esta
implementando el gobierno no sea sostenible y puedas venir de nuevo a una
política de hiperinflación lo cual sería terrible.
– En
medio de la hiperinflación, uno de los grupos más afectados han sido los
jubilados y pensionados. A ellos les cuesta más entrar en el proceso de
dolarización y muchos siguen dependiendo de sueldos y pensiones casi
inexistentes. Sin embargo, muchos tienen esperanza de que el Gobierno dolarice
los sueldos y pensiones ¿es esto factible?
Tengo
que ser muy honesto. No es posible matemáticamente dolarizar los salarios. No
es posible conseguir los recursos de manera drástica para llevar los salarios
de nuevo a lo que eran en 2013 o 2012. No hay capacidad financiera para
hacerlo. ¿De donde saca el gobierno lo poco que da de bonos? Bueno, recordemos
que los bonos son de apenas uno o tres dólares. Esa es la migaja que el
gobierno les da vía ingresos fiscales y petroleros.
Es por
eso que las poblaciones de ancianos están sufriendo tanto. Si tu me hubieras
dicho hace 10 años que Venezuela iba a tener un salario mas bajo que Cuba y
Haití, yo te hubiera dicho que eras un exagerada, que en el país con las
mayores reservas petroleras del mundo y con el PIB per cápita más alto de
América Latina eso no podría ocurrir. Lo que ocurrió fue inimaginable y ha sido
consecuencia de 22 años de errores en materia económica.
– Pero
muchos culpan a las sanciones del desastre económico. ¿Qué se les puede decir a
quienes piensan así?
Esto
es un gran mito. No hay evidencia empírica que sustente que son las sanciones
el origen del desastre macroeconómico venezolano. La crisis venezolana es una
crisis económica inducida por el mal manejo económico debido a 6 o 7 líneas de
políticas: controles de precio, controles de cambio, controles de tasa de
interés, controles al mercado laboral, expropiaciones caprichosas que
impactaron en la percepción de los mercados sobre nosotros y que hicieron que
los flujos de inversión extranjera se redujeran a su mínima expresión.
No
vamos a volver a ser la Venezuela Saudita y el petróleo por sí solo no nos va a
garantizar el éxito, pero quizás eso no es una mala noticia, es una buena
noticia porque vamos a tener que actuar y pensar con una economía con
restricciones de ingresos y actuar de manera racional y olvidarnos de la
Venezuela Saudita que hacía mercado los fines de semana en Miami. Eso no va a
volver.
– Hay
quienes esperan la inversión extranjera debido a la dolarización y a que la
recesión parece haber parado, ¿es este un panorama que se pueda esperar?
Venezuela
en los los últimos 20 años ha sido el país con los más bajos flujos de
inversión de América Latina, según los datos publicados por la Cepal. En los
últimos 20 años logró captar tan solo 15 mil millones de dólares, mientras que
Perú, que era una economía más pequeña, captó entre 90 a 100 mil millones. Y lo
que ocurre es un tema de confianza.
Una
economía donde se han controlado precios, tasas de interés, se ha nacionalizado
y expropiado, no genera confianza. Recordemos esa imagen de Hugo Chávez en el
centro de Caracas diciendo: «¿Qué es eso? Exprópiese». Entonces era un
comportamiento caprichoso, malcriado, dictatorial, de una brutalidad extrema.
Esas imágenes rodaron por el mundo. Entonces la gente ve en Venezuela
potencialidad grande, tasas de retorno rápidas, pero le da miedo porque tiene
esas imágenes en la cabeza y se pregunta por qué en vez de invertir en
Venezuela no se mueven a Perú o Chile, donde los derechos de propiedad si están
asegurados y donde no hay políticos caprichosos que salgan por la plaza Bolívar
a expropiar de forma caprichosa.
El
padre de esta catástrofe macroeconómica es Hugo Chávez Frías. No importa lo que
un porcentaje de la población piense sobre el líder supremo, él es el padre de
la criatura, es el padre de la gran catástrofe económica, social, humanitaria y
de flujo de migración que vive Venezuela. Fue su incompetencia y su abuso en el
manejo macroeconómico el que genero ese desastre.
–
Entonces, con todo esto estamos aún lejos de decir que Venezuela se arregló
Venezuela
no se arregló, pero se va a arreglar. Sigo siendo un convencido. Nadie que no
estuviera convencido de esto viviría en Venezuela y yo sigo viviendo aquí. Sin
embargo, hay mucho trabajo que hacer. En lo personal, debemos ser ciudadanos, y
los ciudadanos participan, van a votar, ejercen sus derechos, emprenden
empresas, negocios en áreas lucrativas y ayudan a que la economía se
desarrolle. Pero al final hay un problema macro que debe llevar un programa de
estabilización financiera con ayuda internacional, estabilizar la economía y,
volver a recuperar el control de la inflación, recuperar el crecimiento a altas
tasas.
Venezuela
es un motor 8 cilindros con una capacidad de crecimiento a altas tasas, un
potencial un crecimiento extraordinario. Por ejemplo, nosotros tenemos un
potencial en turismo inmenso y ese es un motor que podríamos encender.
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