Gustavo Ocando Alex 24 de junio de 2023
@gusocandoalex
La
cantidad oficial de electores venezolanos se reduce en vez de aumentar desde
hace 3 años. Un nuevo votante solo puede registrarse en las oficinas del CNE en
cada capital en el país. Se estima que hay 3,5 millones de nuevos electores sin
inscribirse en Venezuela.
Hay
varios millones de jóvenes sin inscribirse en el listado de votantes de
Venezuela, apenas unas pocas oficinas para esos registros y mucho temor entre
los promotores de derechos políticos de que no dé tiempo de sumarlos a todos
como electores antes de las presidenciales de 2024.
El Consejo Nacional Electoral comunicó este lunes 5 de junio un nuevo corte del registro de votantes, 8 meses después de su última publicación. Están inscritos 21,01 millones de personas: 20,7 millones venezolanos y 227.200 extranjeros.
Esas
cifras inquietan a los críticos del chavismo y los defensores de los derechos
electorales. La asociación civil Súmate destacó que la cantidad total de
votantes ha disminuido por 7 cortes consecutivos, desde 2021, en vez de haber
aumentado.
La
organización se preguntó por qué hubo más exclusiones de fallecidos (89.014)
que inscripción de nuevos integrantes del padrón (9.333) desde el último
registro.
Los
partidos opositores y organizaciones civiles que alientan la participación en
las votaciones estiman que existen 3,5 millones de nuevos votantes no
inscritos.
El
cálculo era de solo 1,5 millones potenciales nuevos electores hace 3 años,
precisa a la Voz de América Wanda Cedeño, coordinadora
de la asociación civil Voto Joven.
“Esta
cifra aumenta por 500.000 personas cada año”, advierte. Actualmente, un
potencial votante solo puede registrarse en las oficinas del CNE ubicadas en
las capitales de las 23 regiones de Venezuela y el Distrito Capital.
Esa
misión, dice Cedeño, es “compleja” en un país colmado de deficiencias en los
servicios públicos y crisis económica, y se hace particularmente difícil en los
otros 300 municipios donde no está activo ni un solo punto de inscripción de
votantes.
Una sola oficina para muchos
Los
trámites para actualizar datos o inscribirse como elector no parecían penosos
ni rezagados la mañana del miércoles en la oficina del CNE en Maracaibo,
capital del estado Zulia y una de las ciudades con más electores de Venezuela.
Un
solo técnico opera una computadora portátil, una máquina captahuellas y una
pequeña impresora para atender las solicitudes e imprimir los comprobantes
respectivos en esa sede, inaugurada tras el incendio de la antigua sede por
presuntos manifestantes en 2014.
Apenas
5 personas esperaban por su turno, sentadas entre 12 sillas acolchadas color
negro. El operador atiendía peticiones “de todo” tipo de gestiones civiles,
como registros sobre la residencia, nacimientos, separación de cuerpos,
adopciones y defunciones.
El
proceso de actualizar datos o registrarse como votante no toma muchos minutos,
pero la principal inquietud de organizaciones como Voto Joven es que esa
oficina, por ejemplo, es el único punto de atención a los electores en una
región de 3 millones de habitantes.
Movilizarse
a Maracaibo desde los otros 20 municipios del Zulia para gestiones del padrón
electoral significa invertir horas, pedir permisos en el trabajo o la
universidad y “hacer frente a los retos del transporte público”, generalmente
escaso y costoso en los poblados, subrayó Cedeño.
Voto
Joven ha recibido reportes de ciudadanos en cuanto a que las computadoras se
recalientan y su rendimiento se aletarga. La organización calcula que solo
pueden inscribirse un promedio máximo de 40 votantes al día en cada oficina del
CNE, de acuerdo con el tiempo de atención y las dificultades técnicas.
Fuentes
del CNE consultadas por la VOA, que declararon bajo
condición de anonimato por no estar autorizadas a declarar, indican que esos
equipos están “obsoletos”, si bien se prevé “introducir pronto cambios” en la
plataforma.
Proceso difícil
Las
sedes del CNE en toda Venezuela están técnicamente abiertas y es “permanente”
por ley la posibilidad de modificar en ellas los datos de electores, confirmó a
la VOA Rafael Simón Jiménez, quien ejerció como
vicepresidente del organismo electoral en 2020.
Ratificó,
sin embargo, que la existencia de solo una oficina del CNE por estado y en la
capital del país “evidentemente dificulta” la inscripción masiva de votantes.
Jiménez,
un antiguo simpatizante del chavismo que ahora critica las políticas del
gobierno de Nicolás Maduro, advierte que el poder electoral puede mostrar
“desinterés y desatención” del registro de votantes porque no está prevista
votación alguna este año.
El
órgano comicial informó en un comunicado en abril que planifica un “proceso
integral de catastro de centros de votación y jornada de Registro Electoral
para cubrir las demandas de todos los venezolanos” y de los partidos políticos
con respecto a ese padrón.
El
directorio del Consejo Nacional Electoral lo integran desde hace un par de años
3 rectores con trayectoria política en el chavismo y 2 cercanos a la oposición.
Un problema estructural
Hasta
la primera década del siglo XXI, era común ver puntos de inscripción del
registro electoral en estaciones del metro, universidades o centros
comerciales.
La
actualización del registro electoral en Venezuela es “un problema estructural y
de vieja data”, tanto dentro del país como en el extranjero, expresó a la VOA el
politólogo especialista en material comicial Jesús Castellanos.
Según
Castellanos, la inscripción de nuevos votantes se desaceleró hace una década.
Subrayó que 2023 es un año “no electoral”, sin votaciones previstas, más allá
de la “asistencia técnica” del CNE que se prevé para las primarias opositoras
de octubre.
“La
inscripción en un momento no electoral ha sido exigua”, concluye, citando un informe del Observatorio Global de Comunicación y Democracia.
El
registro electoral supone una tarea más “compleja” que actualizar datos o
inscribir a nuevos votantes, advierte el profesor e investigador Gustavo Soto.
Se
debe depurar el padrón de electores fallecidos y fomentar la habilitación de
votantes en el extranjero en un contexto de cierres de embajadas y consulados
en el extranjero por razones políticas, migratorias e incluso por la pandemia,
explicó.
Soto,
profesor de la cátedra de comportamiento político y electoral de la Universidad
del Zulia (LUZ), cree que el registro de votantes debe ser parte de una
“agenda” acordada entre los actores políticos y sociales y que, además, tiene
que adaptarse a una Venezuela de la que han emigrado 7,2 millones de
ciudadanos.
El escenario ideal
Soto
también recuerda que Venezuela no vive un año electoral, a pesar de estar en
las vísperas de una elección presidencial dentro de aproximadamente 18 meses.
Es una votación que hasta la comunidad internacional ha revestido como una
potencial solución a una prolongada crisis política y de gobernabilidad.
“El
escenario ideal es colocar puntos donde existan grandes concentraciones de
jóvenes, como universidades, centros comerciales, comunidades, plazas
públicas”, dijo a la VOA el coordinador del
programa de Doctorado en Ciencia Política de LUZ.
Soto
considera que la inscripción de los venezolanos en el padrón electoral
automáticamente cuando cumplan 18 años puede ser una solución viable.
Su
idea sería posible con una reforma de la Ley de Procesos Electorales en
Venezuela, una tarea legislativa que estaría en manos del chavismo, un
movimiento político con amplísima mayoría en el Parlamento hasta 2025.
“Los
jóvenes solo tendrían que hacer una actualización de domicilio (luego de su
inscripción). Es una reforma más económica” para el Estado, argumentó.
Presionar y promover
Castellanos,
por su lado, opina que el CNE debe cumplir su palabra dada en 2021 y
“municipalizar” el registro de votantes, es decir, instalar un punto de inscripción
y actualización de datos en los 335 municipios de Venezuela.
La
Plataforma Unitaria de la oposición aspira a pactar reglas como esa con el
chavismo en las negociaciones facilitadas por Noruega en México.
Ese
proceso cumple en agosto 2 años, sin avances en la materia político electoral.
Tampoco ha tenido nuevas reuniones formales desde noviembre del año pasado.
Andrés
Caleca, un precandidato a la presidencia para la primaria opositora y
expresidente del poder electoral venezolano, asegura que el antichavismo
“debería estar presionando” con protestas de calle para lograr que el ente
“abra” el registro.
“Si
no, vamos a escoger el mejor candidato del mundo y nadie va a votar por él”,
advirtió Caleca, quien consideró las restricciones del padrón como un “fraude”.
Jiménez,
ex vicepresidente del CNE, coincide en parte. “Corresponde a la sociedad y a
las organizaciones civiles y políticas mantener su reclamo y exigencia frente
al CNE”, dice, de cara a unas presidenciales con miles de potenciales nuevos
votantes, pero con pocos sitios a su alcance para formalizarse como tales.
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