Trino Márquez 28 de junio de 2023
@trinomarquezc
Entre quienes nos dedicamos con cierta disciplina y constancia al análisis del entorno político circulan varias preguntas difíciles de responder con precisión. ¿El Tribunal Supremo de Justicia declarará ilegal la Primaria de la oposición porque la Comisión Nacional decidió organizar esa consulta sin el apoyo del Consejo Nacional Electoral? Decisión por demás inevitable porque el organismo electoral fue disuelto por la presión del PSUV. ¿Cuándo será ilegalizada la Primaria: antes, durante o después de concluido el proceso? ¿Cuándo será inhabilitada María Corina Machado, la líder en las encuestas: antes de que tome fuerza la campaña, cuando el proceso se encuentre en su fase culminante o después de concluir la cruzada? ¿Henrique Capriles será habilitado? De ser favorecido, ¿Cuándo se anunciará? ¿Ocurrirá en la fase final, poco antes del próximo 22 de octubre, para dar una imagen de amplitud, pero en el momento en el cual Capriles no tenga ningún chance de remontar la cuesta? ¿Cómo podría evitarse que el régimen opte por emprender el mismo camino de Daniel Ortega en Nicaragua, y convierta las elecciones presidenciales en un traje a la medida de sus caprichos y deseos de permanecer en el poder, pero con el brochazo de legitimidad que le darían sus aliados internos?
Estas
y otras interrogantes del mismo calibre que giran en el ambiente no son
producto de la paranoia o temores injustificados de la oposición. Resultan
preocupaciones fundadas en declaraciones, amenazas e iniciativas de figuras
fundamentales del régimen o de los impostores, ‘alacranes’, que actúan como
mercenarios encargados del trabajo sucio. Los pronunciamientos de esos agentes
se han intensificado durante los días recientes. Hace poco, José Brito,
diputado por Venezuela Primero (el desprendimiento de Primero Justicia
judicializado), se dirigió al Contralor General para solicitarle que aclarara
si María Corina estaba o no inhabilitada. ¿A cuenta de qué planteó esa pregunta
tan capciosa y mal intencionada? ¿Acaso María Corina ha ocupado algún cargo
público? Desde luego que espera una respuesta positiva. Se sentiría
inmensamente satisfecho de que el Contralor le responda con un categórico Sí.
Otros personajes del madurismo, como Herman Escarrá y Diosdado Cabello, han
dicho en repetidas oportunidades que quienes se hayan mostrado a favor de la
aplicación de sanciones internacionales contra Venezuela, deben quedar
excluidos de toda forma de participación política. La destinataria de esos
dardos envenenados es María Corina. Aunque en realidad, la mayoría de los
candidatos de la Primaria se encuentran en la mira del régimen.
El
desafío clave es cómo evitar que los designios del régimen se cumplan y Nicolás
Maduro termine siendo una fotocopia de Ortega. La inquietud no es fácil de
disipar. El Gobierno y el PSUV mantienen bajo su control todas las
instituciones del Estado. Hasta ahora no ha habido ni asomo de una
manifestación por parte de la cúpula militar en la cual se señale que la
oposición tiene el derecho constitucional de elegir en una consulta popular a
su candidato presidencial. Al contrario, el ministro de la Defensa Vladimir
Padrino López cada vez que tiene la oportunidad insiste en que la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana está guiada por el pensamiento de Bolívar y Chávez. Así
mismo. Con lo cual quiere dejar en claro que su compromiso, el menos público,
es con el régimen y no con la Constitución y la democracia.
Entonces,
qué hacer en medio de este cuadro tan complicado. Veo iniciativas en dos
planos. En el interno, la oposición agrupada en torno de la Comisión Nacional
de Primaria, es decir, la que postuló candidatos y está adelantando la campaña
proselitista por todo el país, tendría que mantenerse cohesionada alrededor del
propósito de materializar esa empresa y lograr que los aspirantes muestren
solidaridad entre ellos, a pesar de las diferencias programáticas que los
diferencian y separan. Si la Primaria, como desea Diosdado Cabello, se
convierte en un caos donde los aspirantes libran una batalla sin cuartel, en
vez de contribuir a la unidad opositora, terminará por debilitarla aún más de
lo que ya se encuentra, y el Gobierno la utilizará para sembrar cizaña y crear
más recelos y sospechas.
En el
plano internacional, todos los candidatos que participan en la Primaria
tendrían que dirigirse a distintos foros democráticos para advertir de los
peligros que corre el derecho de los venezolanos a elegir de forma democrática
al candidato opositor y que se respete su decisión. Su desconocimiento viola la
Constitución de 1999, aprobada por la mayoría de quienes en la actualidad se
encuentran al frente de los organismos del Estado. Los presidentes democráticos
de América Latina, de la Unión Europea y otras regiones del planeta, y los
partidos democráticos del mundo podrían pronunciarse a favor de que el Gobierno
acepte la voluntad de los venezolanos que desean elegir un candidato
presidencial por la vía del voto popular. Conviene una atmósfera internacional
favorable.
Lo más
seguro es que en el análisis del tema aparezcan otras imitativas. Lo
fundamental reside en que los aspirantes opositores tomen conciencia de la
urgencia de actuar simultáneamente de forma coordinada en varios niveles.
Trino
Márquez
@trinomarquezc
Invitamos
a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo
electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura
recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo
electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los
enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes,
boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos
en el Blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico