Adolfo P. Salgueiro 23 de marzo de 2024
@apsalgueiro1
Hace
apenas pocas semanas, en este mismo espacio, nos preguntábamos si las
aberrantes acciones que viene adelantando el gobierno debían interpretarse como
señal de fortaleza o de debilidad (https://www.elnacional.com/opinion/noticias-desde-la-corte-penal-internacional-de-la-haya/).
Los últimos acontecimientos han despejado ese interrogante de tal suerte que
nos permite afirmar que estamos en presencia de acciones y medidas que reflejan
debilidad casi terminal. “Manotazos de ahogado” diríamos en lenguaje coloquial.
Es
obvio que nadie puede sentirse sorprendido por el giro de los
acontecimientos ya habidos y los que seguramente habrán en los días por
venir. Era “de anteojito”.
El dilema que enfrentan quienes ejercen el poder está centrado en interpretar correctamente el costo político y también personal que deberán pagar los responsables de todo esto. Seguramente calcularán que el rechazo casi unánime de la comunidad internacional y también de la nacional es menor que el beneficio de poder mantenerse en el poder. Hasta el día de hoy parece que Maduro y su combo así lo piensan y por ello estarán dispuestos a redoblar la apuesta hasta que lleguen a la conclusión de que el costo es mayor que el beneficio. No por profecía sino por análisis objetivo creemos que ese momento llegará pronto por aquello de que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
Entre
los factores que aumentarán el costo político están la presión internacional
manifestada por gobiernos, organizaciones internacionales, personalidades, etc.
A ello debe sumarse el rechazo cada vez más palpable de la población que, a
falta de otras oportunidades, se manifiesta en la masiva y espontánea
movilización popular que se aprecia día tras día en los recorridos de María
Corina por todas las latitudes del país pese a los cobardes obstáculos que en
cada ocasión le ponen por delante (viajes, seguridad, amenazas, provocadores de
oficio, etc.). Suscribimos la afirmación que compara esto con los abusos de los
Ortega en Nicaragua que han acudido y siguen acudiendo al libreto cubano pese a
la evidencia del fracaso del mismo. Todo ello sin olvidar la anunciada decisión
de la administración Biden de retrotraer el levantamiento parcial que hubo de
las sanciones que es potestad presidencial y además ya está en marcha una
resolución legislativa del mismo tenor.
En los
días por venir seremos testigos de la lucha entre el bien y el mal confiando en
que el primero se imponga al segundo. Será costoso y no sería extraño que -lamentablemente-
haya violencia y alguna desgracia que lamentar mientras se dirime la incógnita
de si María Corina podrá ser postulada, en cuál tarjeta ello pudiera
materializarse y si habrán sustitutos o nuevas inhabilitaciones etc.
Entretanto,
ya venimos presenciando episodios aberrantes tal como lo son las reiteradas
declaraciones del fiscal Tarek W. Saab que parece haber dejado atrás su
cacareada vocación de poeta sustituyéndola por relatos policiales de ficción
que lanza a diario con imputaciones, acusaciones, aprehensiones y órdenes de
captura que no parecen propias de quien por años afirmaba cultivar los derechos
humanos, el amor, la belleza, la paz etc.
Recordamos
casi con incredulidad las varias entrevistas de televisión en las que
participamos juntos, en las épocas en que disentir era aún permitido
(1999-2004). Este columnista expresaba ya entonces su opinión crítica mientras
el poeta respondía con la suya dentro de un ambiente de respetuosa diversidad
que otros “revolucionarios” no toleraban. Quién diría que el entonces poeta se
convertiría en el Torquemada inquisidor y este opinador en exiliado. ¡Vueltas
que da la vida!
Estamos
pues ante días decisivos donde el mal se vale de todo los resortes frente al
bien cuya única y constitucional exigencia es la realización de una elección,
seria, limpia, competitiva, con observadores confiables. Todo ello precedido
por una competencia entre adversarios, que no enemigos, con etapas verificables
y auditables de registro electoral, acceso igualitario a los medios de
comunicación, voto en el exterior, etc. Obvio es que cada una de estas
exigencias básicas y naturales serán difíciles de obtener. Es lógico que así
sea porque si el proceso se guiara por el librito, Nicolás, Padrino, Diosdado, los
responsables de las torturas y demás fauna quedarían destinados a un futuro
menos que dorado.
Ojalá
que para el sábado que viene la incertidumbre de hoy se haya convertido en
decisiones que abran las puertas a ese futuro que juntos estamos llamados a construir.
Adolfo
P. Salgueiro
@apsalgueiro1
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