Opus Dei 29 de marzo de 2024
@OpusDei_ve
Hoy se
recomienda venerar y meditar la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro,
o descendiendo a los infiernos, así como la imagen de la Santísima Virgen de
los Dolores. El Sábado Santo no se celebra la Santa Misa, por ello no hay
Evangelio.
Durante
el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su
pasión y muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el
ayuno su Resurrección.
Hoy la
Iglesia se abstiene del sacrificio de la Misa, quedando por ello desnudo el
altar hasta que, después de la solemne vigilia o de la expectación
nocturna de la Resurrección, pueda alegrarse con gozos pascuales, de cuya
abundancia va a vivir durante cincuenta días.
Hoy,
Sábado Santo es, como recordaba el Papa Francisco, “el día del silencio: hay un
gran silencio sobre toda la Tierra; un silencio vivido en el llanto y en el
desconcierto de los primeros discípulos, conmocionados por la muerte
ignominiosa de Jesús” (Audiencia, 31.III.2021).
Por
eso la Iglesia se abstiene absolutamente del sacrificio de la Misa en este día.
La comunión puede darse solamente como Viático y no se concede celebrar el
matrimonio ni otros sacramentos excepto la Penitencia y la Unción de Enfermos.
En
este Sábado Santo estamos llamados a permanecer junto al sepulcro del Señor,
meditando su pasión y muerte, su descenso a los infiernos, y esperando, en la
oración y el ayuno en su resurrección. Podemos vivir este día con María,
“también ella lo vive en el llanto, pero su corazón estaba lleno de fe, lleno
de esperanza, lleno de amor” (ídem).
Con
Ella aguardamos ese momento en el que, en las tinieblas del Sábado Santo,
irrumpirán la alegría y la luz con los ritos de la Vigilia pascual y el canto
festivo del Aleluya.
Tomado
de: https://opusdei.org/es/gospel/
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