Por Carlos Vilchez Navamuel, 06/04/2013
Contrario a lo que muchas personas puedan
pensar, quizás por ignorancia, fanatismo, o adoctrinados por modelos comunistas,
“socialistas carnívoras” o los seguidores del Socialismo del Siglo XXI, La Globalización ha logrado más cosas a
favor del individuo en menor tiempo, que todos los modelos anteriores en
cientos de años.
Wikipedia nos dice que: “La globalización es
un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que
consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos
países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de
una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un
carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso
dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el
capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a
la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y
democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico
nacional, y en sus relaciones internacionales.”
El título de este comentario ha sido tomado
de una afirmación hecha por el escritor sueco Johan Norberg quien se ha destacado por defender la
globalización o capitalismo globalizado como él lo llama. Entre sus escritos
existe un artículo titulado “Cómo la
globalización conquista la pobreza”,
artículo traducido al español por Juan
Carlos Hidalgo del Cato Institute, en el cual nos explica de forma muy clara
las razones del por qué esto sucede, empieza el artículo informándonos que en
“1870, Suecia era más pobre de lo que es el Congo hoy en día.” Y de seguido nos
dice “Pero las reformas de liberalización doméstica y el libre comercio con
otros países cambiaron todo eso. Un acuerdo comercial con Inglaterra y Francia
en 1865 hizo posible que los suecos se especializaran. No podíamos producir
bien comida, pero podíamos producir acero y madera, y venderlos en el
extranjero. Con el dinero que ganábamos podíamos comprar comida.”
Más adelante Norberg nos explica que “La
mayoría de los países pobres crecen más despacio que las naciones industrializadas.
La razón es simple: gran parte de los países en desarrollo no pueden hacer uso
de estas oportunidades internacionales. Y las dos razones más significativas de
que esto sea así son creadas por el hombre: obstáculos domésticos y externos.
Las barreras domésticas como la carencia de un Estado de Derecho, un clima
estable para la inversión, y la protección de los derechos de propiedad. Las
barreras externas como el proteccionismo de los países ricos en bienes de
particular importancia para el Tercer Mundo—textiles y agricultura—que (según
la UNCTAD) priva a los países en desarrollo de cerca de $700.000 millones en
ingresos producto de exportaciones al año—casi 14 veces lo que reciben en ayuda
externa. Pero cuando miramos a los países pobres con buenas instituciones y que
están abiertos al comercio, vemos que están logrando un rápido progreso, más
veloz que las naciones ricas. Un estudio clásico de Jeffrey Sachs y Andrew
Warner de 117 países en los setenta y ochenta mostró que las naciones en desarrollo
abiertas tenían una tasa de crecimiento anual del 4.5%, comparado con el 0.7%
de los países en desarrollo cerrados y el 2.3% de las naciones industrializadas
abiertas. Un reporte reciente del Banco
Mundial concluye que 24 países con una población total de 3.000 millones de
personas se están integrando a la economía global a una velocidad nunca antes
vista. Su crecimiento per cápita también ha aumentado de un 1% en los sesenta a
un 5% en los noventa (comparado con el crecimiento de un país rico de un 1.9%).
Al ritmo actual, el ciudadano promedio
en estas naciones en desarrollo verá su ingreso duplicado en menos de 15 años.”
El autor concluye que “La globalización, el aumento en el comercio internacional, las
comunicaciones, y las inversiones, es la manera más eficiente en la historia
para extender oportunidades internacionales.” Y que “Durante los últimos treinta años, el hambre crónica y
la magnitud del trabajo infantil en los países en desarrollo han sido reducidos
por la mitad. En las últimas cinco décadas, la expectativa de vida ha subido de
46 a 64 años, y la mortalidad infantil ha sido reducida del 18% al 8%. Estos
indicadores son mucho mejores en la actualidad en los países en desarrollo de
lo que fueron en las naciones más ricas hace cien años.”
Y agrega que “Las estadísticas oficiales de los gobiernos, las Naciones Unidas y el
Banco Mundial, señalan todas en la dirección de que la humanidad nunca antes ha
atestiguado una mejora tan dramática en la condición humana como la que hemos
visto en las últimas tres décadas. Hemos oído la versión opuesta tantas
veces que la damos por descontado sin siquiera examinar la evidencia. En una generación se ha duplicado el
ingreso promedio en los países en desarrollo. Tal y como lo ha observado el
Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, en los últimos 50 años la pobreza global ha disminuido más que en los
500 años anteriores a eso. El número de pobres absolutos—gente que vive con
menos de un dólar al día—ha sido reducido de acuerdo al Banco Mundial en 200
millones de personas en las últimas dos décadas, aun cuando la población
mundial creció en 1.500 millones durante ese período. http://www.liberalismo.org/articulo/180/83/globalizacion
Esos son los hechos, y contrario también a
aquellos que dicen estar contra la globalización y que esta genera pobreza,
Norberg, como hemos visto más arriba nos explica de manera sencilla que están
equivocados, aquí el link para ver un documental de este escritor donde nos dice entre otras
cosas que “el capitalismo global lejos
de ser una amenaza para la humanidad es su salvación” esto desde luego para
todas aquellas personas que quieran
conocerlo y profundizar más en el tema. http://www.youtube.com/watch?v=yOI9AZ8yqbU
Carlos Vilchez Navamuel
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