Por Raisa Urribarri, 02/04/2013
Desde hacía varios días estas líneas pujaban por ser dichas. La “autocensura”, el “ya tenemos bastante con lo duro que nos dan para darnos nosotros”, el “ahora no conviene “…en fin, los límites que nos quiere imponer la insania que como sociedad estamos padeciendo, me alejaban del teclado, pero las preguntas de mis alumnos no me dejaron escapatoria.
En la materia que dicto (Técnicas y Recursos para el Aprendizaje, carrera de Educación de la ULA) he evadido un programaba basado en el dominio instrumental de los aparatos y me he dedicado a explorar los asuntos del lenguaje. No usamos computadoras ni Internet. Nos bastan dos libros: En torno al lenguaje, de Rafael Cadenas, y El origen del lenguaje, de José Manual Briceño Guerrero. No importa que se vaya la luz. Nos bastan las páginas en blanco y negro, nuestras voces y, si hace falta, tiza y pizarrón. También llevamos periódicos, alguna pieza de la radio y/o la TV grabada en casa, en nuestros celulares…y, por supuesto, cuentos cortos y poemas.
Fue maravilloso celebrar con estos muchachos, jóvenes de nuestros pueblos más apartados, inteligentes, frescos y abiertos, gloriosas epifanías. Di brinquitos cuando los vi hacer síntesis de las ideas de Karl Kraus urbanizadas en el texto de Cadenas. La polarización se ceba en la lengua. Eso lo hemos venido trabajando y comprendiendo. Y no ha sido fácil.
No les voy a contar todo lo que conversamos, pero allí estuvo Gandhi con nosotros: “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.
Esta mañana, como cada domingo, leí la columna de mi estimada amiga Milagros Socorro, en la que se refiere con justificada acritud a los ataques verbales “pergeñados por los esbirritos del gobierno”. Lastimosos, de fondo y de forma, los califica y se vale de una cita del filósofo y lingüista Ludwig Wittgenstein (Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo) para subrayar su tesis: la pobreza cognitiva -y espiritual- de quien insulta y de quien, con ello, disminuye al lenguaje.
Sabiamente, también dijo Wittgenstein: Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo.
Me niego a ser lo que adversamos.
http://sicsemanal.wordpress.com/2013/04/02/majunche-vs-toripollo/
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