ROSALÍA MOROS DE BORREGALES sábado 8 de febrero de 2014
A través de toda la historia de la
humanidad ha habido tiranos que han sometido a pueblos enteros a los caprichos
de su enferma voluntad; almas envenenadas por la soberbia, amadores de sí
mismos, crueles, llenos de vanidad, sin piedad. Cuya presencia ha
entenebrecido naciones enteras; cuya gestión ha generado pobreza, enfermedad y
muerte. Mientras los pueblos han permanecido inmóviles, pasivos, sin esperanza,
las tinieblas han avanzado, la oscuridad ha cubierto como un manto a esa tierra
y a su gente. Aunque a muchas personas les parezca exagerado, más allá del
análisis netamente humano, hay toda una verdad espiritual que muchos desconocen
pero que es real.
Las tinieblas no se expanden por naturaleza propia, ellas recorren el camino donde la luz se ha apagado. Pues, la luz resplandece en las tinieblas y estas sencillamente no pueden prevalecer contra ella. En otras palabras, la maldad persiste donde la bondad ha dejado de actuar; los hombres soberbios se enseñorean de aquellos hombres que han perdido su valía, que no saben más quiénes son ni para qué están aquí. Dos estrategias de la perversión llamada comunismo o más cercano a los venezolanos, el socialismo del siglo XXI.
En el Sermón del Monte, Jesucristo le dijo a la multitud allí congregada: "ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos". Mateo 5:14-16. Esta fue una declaración dirigida a todos los presentes, también a todos los que habrían de venir después de ellos. Tú y yo, ciudadanos comunes, podemos hacer que nuestra luz brille delante de quienes nos rodean. Cada vez que con tu actitud de indiferencia, con tu silencio o con tu pasividad aceptas una injusticia, estás apagando tu luz y permitiendo que la oscuridad avance.
Ellos han persistido en el mal porque han invocado toda clase de espíritus malignos. Su comunión es con las mismas tinieblas, de ellas se alimentan y a ellas rinden culto. Pero nosotros, los que amamos a Dios, los que hemos reconocido en Él nuestra luz y salvación debemos volver nuestros rostros a su verdad para ser iluminados por Él. No podemos alumbrar a otros si hemos permitido que nuestra luz se apague, habiéndonos alejado de la fuente inagotable de luz eterna. Jesús les habló otra vez, diciendo: "yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida." Juan 8:12.
Ellos han sido más sagaces que nosotros porque han reconocido la fuente de su poder y se han apegado a ella. Nosotros nos hemos alejado de Dios, hemos cuestionado su poder, hemos olvidado que Dios actúa en el hombre y por medio de él. Hemos preferido los atajos para recibir bien para nuestras vidas; hemos acudido a toda clase de prácticas religiosas, espirituales o mentales pensando que todos estos caminos son valederos. Pero Dios no quiere ritos, no quiere sacrificios, no quiere prebendas de tu parte. ¡Dios quiere tu corazón! Tu luz, mi luz, la luz de cada uno puede convertirse en un Sol resplandeciente si nos conectamos a la fuente.
"Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios". Juan 3:19-21.
ROSALÍA MOROS DE BORREGALESLas tinieblas no se expanden por naturaleza propia, ellas recorren el camino donde la luz se ha apagado. Pues, la luz resplandece en las tinieblas y estas sencillamente no pueden prevalecer contra ella. En otras palabras, la maldad persiste donde la bondad ha dejado de actuar; los hombres soberbios se enseñorean de aquellos hombres que han perdido su valía, que no saben más quiénes son ni para qué están aquí. Dos estrategias de la perversión llamada comunismo o más cercano a los venezolanos, el socialismo del siglo XXI.
En el Sermón del Monte, Jesucristo le dijo a la multitud allí congregada: "ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos". Mateo 5:14-16. Esta fue una declaración dirigida a todos los presentes, también a todos los que habrían de venir después de ellos. Tú y yo, ciudadanos comunes, podemos hacer que nuestra luz brille delante de quienes nos rodean. Cada vez que con tu actitud de indiferencia, con tu silencio o con tu pasividad aceptas una injusticia, estás apagando tu luz y permitiendo que la oscuridad avance.
Ellos han persistido en el mal porque han invocado toda clase de espíritus malignos. Su comunión es con las mismas tinieblas, de ellas se alimentan y a ellas rinden culto. Pero nosotros, los que amamos a Dios, los que hemos reconocido en Él nuestra luz y salvación debemos volver nuestros rostros a su verdad para ser iluminados por Él. No podemos alumbrar a otros si hemos permitido que nuestra luz se apague, habiéndonos alejado de la fuente inagotable de luz eterna. Jesús les habló otra vez, diciendo: "yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida." Juan 8:12.
Ellos han sido más sagaces que nosotros porque han reconocido la fuente de su poder y se han apegado a ella. Nosotros nos hemos alejado de Dios, hemos cuestionado su poder, hemos olvidado que Dios actúa en el hombre y por medio de él. Hemos preferido los atajos para recibir bien para nuestras vidas; hemos acudido a toda clase de prácticas religiosas, espirituales o mentales pensando que todos estos caminos son valederos. Pero Dios no quiere ritos, no quiere sacrificios, no quiere prebendas de tu parte. ¡Dios quiere tu corazón! Tu luz, mi luz, la luz de cada uno puede convertirse en un Sol resplandeciente si nos conectamos a la fuente.
"Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios". Juan 3:19-21.
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