José Luis Farías 08 de febrero de 2014
@fariasjoseluis
Corto y
Picante:
Las diferencias en la oposición no nos
pueden llevar a guardar silencio ante la masacre de estudiantes por el gobierno
de Maduro. Es una enorme pendejada volver la mirada hacia otro la lado cuando
vemos jóvenes con sus rostros y cuerpos cosidos ha perdigonazos.
No podemos hacernos de la vista gorda
cuando se les montan expedientes a los estudiantes, se les persigue y se les
encarcela como criminales por el solo hecho de protestar por causas
absolutamente justas. O es que deseamos tener muchos Nixón Moreno, el dirigente
estudiantil de la ULA, denostado y criminalizado hasta llevarlo a vivir en el
exilio. En esa dirección apunta la persecución decretada contra el líder
estudiantil Villca Fernández, secretario general de la FCU-ULA y otros
muchachos.
Si no lo saben o lo han olvidado, me
permito recordarlo: Aquí hay un enemigo común de la democracia. SÍ,
E-NE-MI-GO-, no porque así lo hallamos querido sino porque así lo han querido
ellos al ponerse al margen de la Constitución y las leyes en todas sus
ejecutorias, en especial las relacionadas con los derechos humanos. Y ese no es
otro que el gobierno de Maduro que en menos de un año ha devastado este país
hasta arroparlo en una oscura nube de escasez, inflación e inseguridad que
piensa ocultar con una miserable represión que abarca desde la censura de los
medios hasta masacrar al que proteste.
Que no se comparta políticamente las
decisiones y actuaciones de otros, no puede llevarnos a exonerar con nuestra
indiferencia al régimen. Aquí el violento, intolerante, represivo y ladrón es
el gobierno. El silencio nos hace cómplices. ¡Mosca, pues!
@fariasjoseluis
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