ALEK BOYD 1 ABR 2014
La actual crisis que
vive Venezuela, pareciera estar afectando, incluso, la serenidad de la
burguesía bolivariana
No todos los días ve uno noticias como
“Demanda
afirma que Diosdado Cabello recibió sobornos por $50 millones.” Diosdado
Cabello, para quienes no lo sepan, es el actual presidente de la Asamblea
Nacional de Venezuela. Hombre fuerte del chavismo, desde tiempos de golpes de
estado, ha hecho carrera en la administración pública, detentando puestos de
mucha importancia y poder. Ha sido uno de los fijos: hoy ministro, mañana
gobernador, regulador, luego legislador, inclusive presidente de la República.
Y desde luego, que en los confines del territorio venezolano, el hombre es
intocable. Por ello la noticia causó mucha sorpresa en Venezuela.
En una demanda introducida en una
corte de Miami por Thor Halvorssen, conocido defensor de los derechos humanos
al frente de la Human Rights Foundation, se alega que Cabello habría recibido
un soborno de $50 millones de dólares para adjudicarle contratos a la empresa
Derwick Associates, cuyo dueño se reunió, hace poco, con el “presidente de la
Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA), Eduardo Montes” para
“analizar oportunidades de inversión en el sector eléctrico español”, según
Europa Press. Cabello habría recibido el soborno, afirma la demanda, en
BANESCO Panamá, a través de una empresa registrada en aquel país.
Aun cuando Cabello no ha hecho mención
pública del asunto, las reacciones de los demás mencionados no se han hecho
esperar. BANESCO, para quienes no sepan mayor banco de Venezuela, cuyo
presidente y accionista mayoritario, Juan Carlos Escotet, acaba
de adquirir Novagalicia por €1,003 millones fue el primero en
reaccionar. Primero en Twitter, y luego a través de un comunicado de prensa,
BANESCO ha negado que el pago a Cabello haya sido hecho, ya que este último no
es cliente de BANESCO. Derwick Associates también envió a la prensa un
comunicado, negando lo afirmado en la demanda.
Curiosamente, el abogado de Derwick
Associates, Joseph de Maria, ha
sido citado por The Miami Herald afirmando que el demandante, Thor
Halvorssen, “es un bloguero engreído que se esconde detrás de su denominada
Fundación de Derechos Humanos. Su modelo de negocios, como los de muchos
blogueros de mala fama, es amenazar con la denuncia a empresarios
exitosos.”
Pareciera que el principio de
presunción de inocencia es desconocido, tanto para BANESCO, como para Derwick
Associates. ¿Cómo explicar si no, las intempestivas declaraciones y acusaciones
hechas al respecto? Tanto BANESCO como Derwick Associates han podido responder
con un “sin comentarios”, al ser consultados por la prensa. Todos los alegatos
de la demanda están por probarse en una corte. Por tanto, ¿qué necesidad de
salir a negar lo que no ha sido probado?
Pero no termina allí el asunto. El
domingo en la tarde, hora de Caracas, el mismísimo Juan Carlos Escotet recurrió
a su cuenta de Twitter (@jescotet) a publicar cinco comentarios, en los cuales
acusa a uno de los banqueros más respetados de Venezuela (Oscar García Mendoza)
de estar detrás de la demanda introducida por Halvorssen, se refiere de forma
peyorativa a las familias tradicionalmente poderosas de Caracas (como “amitos
del valle”), y concluye afirmando que la ONG de derechos humanos que dirige
Halvorssen es financiada por el secretario de García Mendoza.
Como ejemplo de cómo empresas
anglosajonas reaccionan ante tales alegatos, tenemos al gran banco
estadounidense JP Morgan, también mencionado en la demanda de Halvorssen, que
no ha hecho comentario alguno al respecto, y muy probablemente no dirá más de
un “sin comentarios”, hasta tanto el proceso legal, si acaso llegado el
momento, no obligue a otra cosa.
Es difícil encontrar coherencia en
reacciones tan destempladas. Donde todo está por demostrarse, nada hay que
negar. Estas actitudes parecieran circunscribirse en la cosmovisión venezolana,
en el contexto de un canibalismo típico, de caída y mesa limpia, tan arraigado
entre la boliburguesía. Es el famoso “quítate tú p'a ponerme yo”, donde la
coherencia y la coexistencia parecieran inviables. La actual crisis que vive
Venezuela, pareciera estar afectando, incluso, la serenidad de los
boliburgueses más ricos del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico