Eliecer Rivero (El Nacional) 13 de diciembre de 2015
¿Cómo evalúa lo que ocurrió en Venezuela
el 6 de diciembre?
A
partir de ese día la oposición pasa, a través del Parlamento, a ocupar una
parte del Estado con una cantidad adicional de atribuciones ejecutivas
derivadas de la mayoría calificada obtenida en los últimos recuentos. Se
constituye así un Estado dual. Dicho de modo irónico, la oposición ha salvado a
Maduro de convertirse en un dictador total.
En
Venezuela en estos momentos hay dos poderes: uno más instrumental que político
(armas, dinero, represión) representado en el ejecutivo y otro más político (y
social) que instrumental, representado en el legislativo.
¿Estamos frente el fin del chavismo?
¿Después de esta derrota cuál es su principal desafío?
Por el
momento parece que estamos llegando al fin de la fase madurista del chavismo.
Es también el fin de la forma populista de representación política (no hay
populismo sin pueblo y sin líder populista). Si el chavismo puede llegar a
constituirse bajo otras formas como lo logró el peronismo, es imposible
saberlo. La historia del futuro no ha sido escrita todavía.
¿Cree que las elecciones se ganaron por el
voto castigo o por el trabajo hecho por la oposición?
Parece
que ahí nos topamos con una discusión inútil. Todo voto válido implica un
castigo y un premio. Solo el voto en blanco o el nulo, cuando es militante, es
castigo.
Ahora,
pensemos matemáticamente: La oposición en el pasado no bajó del 40%. Ese es su
capital constante. Y un 40% de voto
no-castigo, no es poco. El 20% de capital variable –que no es necesariamente
castigo- es el que debe ser mantenido e incluso aumentado.
¿Cuál es el reto que tiene la oposición
para atraer a los chavistas descontentos?
Reconocerlos
como lo que son y no como quisiéramos que sean. Lo peor que se puede hacer es
repetir lo que hizo el chavismo con la oposición. Macri, en Argentina, lo
aclaró muy bien: le dijo a los peronistas: “Yo no te vengo a pedir el voto. Te
respeto a vos como sos. Pero te ofrezco trabajar juntos para resolver problemas
comunes".
Todo apunta a que la crisis económica se
profundizará en 2016. ¿Quién terminará asumiendo el costo de esa crisis el
gobierno o la oposición?
La
crisis no es una cosa en sí. A Maduro se le arrancó la economía por razones
políticas. Nadie quiere invertir en un país donde las instituciones y las leyes
no funcionan. Solo reestableciendo un mínimo de estabilidad y orden político
será posible solucionar la economía. Al revés no resulta. La economía no se
rige por “modelos” sino por “procesos”. Son dos cosas muy diferentes
¿De qué manera inciden los resultados del
domingo en la región?
Después
de Argentina, Venezuela se inscribe en el proceso de democratización que se
inició en la última década del siglo XX, proceso interrumpido por la aparición
de autocracias hegemonizadas por el castro-chavismo. Precisamente hoy he leído
que en Bolivia las encuestas ya no son favorables a la reelección de Morales.
La locura del “socialismo del siglo XXl” ha terminado. Quizás para siempre.
Pero
por otra parte, el general Raúl Castro es el último dictador militar del
continente. El clamor por elecciones libres en la isla debería ser continental.
La oposición venezolana puede y debe ayudar a la oposición cubana a encontrar
su camino. Al fin y al cabo la oposición de Venezuela sabe lo que es necesitar
de ayuda y no recibirla.
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