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sábado, 2 de abril de 2016

El gran timonel con el trueque en el mar de la felicidad por @oscarbastidas25


Por Oscar Bastidas-Delgado


Sin Dudas que Chávez y su carnal Maduro han sabido llevar el país hacia los propósitos que decidieron, en esa gerencia influyó la planificación centralizada impuesta por el largo ministeriato de Giordani que ahora se complementa con el cierre de la Escuela de Gerencia Social que pasará a ser Instituto de Planificación Integral, más gastos en planificación para quienes actúan como Eudomar Santos: ¡Cómo vaya viniendo vamos viendo!. En la idea de conducir al país hacia el Mar de la Felicidad el trueque cobra su vigencia, es la piedra angular del Socialismo del Siglo XXI propuesto por el fallecido mandatario. 


Imposible olvidar la claridad conceptual y procedimental de Chávez al insistir en esa innovación social; se lució en su histórico Aló Presidente desde el barrio petareño de La Bombilla en el que afirmó que “La comuna de La Bombilla puede tener una unidad productiva mixta en Guárico, por ejemplo. Podría ser un potrero, si consideramos la gran cantidad de tierra que hay en Venezuela […] un grupo de representantes de esta comunidad se encargaría de ir y venir, a fin de mantener bajo supervisión la unidad productiva…”. Con esa intervención cerraba aquella en la que, junio 2006, propuso a un agricultor de Barlovento, intercambiar plátanos por cachamas con un pescador del estado Bolívar. 

Ante tanta clarividencia se hace imposible darle la razón a mi buen amigo José Guerra cuando afirmó “… pareciera que en determinados temas el presidente tiene una ignorancia supina o sencillamente no piensa con detenimiento algunas de las ideas que expone. Implantar un sistema de monedas comunitarias para facilitar el trueque equivale a regresar a una especie de economía cavernícola, donde los hombres primitivos asistían a su primer acto transaccional al mercadear un bien por otro. En el caso de Venezuela sería lo mismo que retornar a la etapa precolombina …”, José ¡cómo comparas este socialismo con la etapa precolombina si justo en esta época de escasez sobrevivimos gracias al trueque!. Te doy dos ejemplos: 1.- Mi prima me cambió una lata de Diablito por un paquete de Harina PAN y ayer desayunamos con arepas; y 2.- mi hija cambió tres toallas sanitarias por medio litro de aceite; convéncete, el difunto tenía razón, el trueque es realidad, es Patria. 

Hay más a favor del trueque. Estamos sustituyendo al petróleo como único bien de transacciones internacionales, con los nuevos lazos entre Raúl y Obama estaremos en condiciones de recibir compensaciones por lo entregado a los cubanos a lo largo de años, ojo, no hablo del “bolívar para la Sierra Maestra”, podremos pedirle a los amigos cubanos que en sus venidas a nuestra isla (¿de cuál otra forma podemos llamar a una Venezuela con sus fronteras terrestres cerradas?), nos traigan baterías, cauchos usados, medicinas, jabones, condones, papel tualé, medicinas, pastillas anticonceptivas, espaguetis, frascos vacío de mayonesa, Cds, y cuidado si hasta unos jeans usaditos de esos que ya no usen. 

Definitivamente, gracias al legado de Chávez por fin navegamos en el Mar de la Felicidad, por ello le decimos a Maduro algo parecido a lo que Camilo le decía a Fidel: ¡Vas bien Fidel!, ¡no renuncies Maduro!, eres como Mao: Nuestro gran timonel. 


01-04-16




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