Por Alejandro Moreno
He escrito que las grandes
bandas crecen vertiginosamente. Dirigentes políticos y concejales de Baruta en
un foro hablaron de 18.000 con 75.000 integrantes en el este de Caracas. No me
consta. Creo que es un tipo de exageración en el que no hay que caer, pero sí
son muchas y muchos los suyos en todo el mapa del país. Un mapa que ya es rojo
y no de chavismo sino de sangrientos y de sangre. Lo que sí es cierto es que
esas bandas son fuertes, poderosas y eficientes. Si, según la prensa, el
Lucifer puede decretar y hacer cumplir paros en toda la zona de El Cementerio,
El Valle y Coche, si puede prohibir a la policía, a sus patrullas y ambulancias
el tránsito por esos lugares de 6:00 pm a 6,:00 am, si pudo declarar, y no son
palabras, “corredor de la muerte” desde Hoyo de la Puerta hasta las avenidas
Fuerzas Armadas y Lecuna, si cien policías no pudieron levantar tres cadáveres
calcinados en El Cementerio y necesitaron refuerzos más siete horas de tiroteo
para lograrlo, si un grupo de encapuchados cualquiera establece un toque de
queda en Las Minas de Baruta, si…, ¿sigo?, su poder está patente.
García Mora reveló el nombre
del Estado Malandro que se viene constituyendo y que no quise revelar en un
artículo anterior –“Policías y ladrones”–: “Gran Grupo Violento” (GGV). No es
una especulación. Tampoco es muy original porque reproduce la forma
gubernamental de nombrar últimamente las misiones. ¿Coincidencias o
connivencias?
Lucifer compró hace días
armas y drones (drones, sí, que ya están en uso) por 10 millones de dólares.
Alto miembro del régimen presente.
¿Hay sectores del gobierno
que apoyan? Hace días Policaracas trató de entrar en Las Marías. Los gariteros
(vigías de las bandas) se dan cuenta y disparan de una vez. Los drones
revolotean por encima. Llegan cincuenta policías más. Se les acaban las
municiones. Piden ayuda. Reciben mensajes de apoyo y estímulo de los
compañeros, pero también lamentos de que no les dejan intervenir. ¿Órdenes de
quién? ¿Carta blanca a las bandas de malandros?
Las bandas organizadas crecen,
ocupan territorios y retan al gobierno, al mismo presidente. “Voy por ti,
Maduro”, gritó el Picure un día. Intenciones políticas.
A medida que crecen,
desarrollan inteligencia para defenderse y atacar. Han contratado gente al
respecto. Periodistas e intelectuales que sobre ellos escriben o los
investigan, en su mira.
Organización no
convencional, financiación abundante, conexiones muy significativas, expansión
indetenible, poder de fuego y tecnología: este es el panorama. ¿Dónde está la
salida?
ciporama@gmail.com
03-05-16
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