domingo, 27 de noviembre de 2016

Vigilar qué sucede en el fondo de tu corazón, por @Pontifex_es



Papa Francisco 26 de noviembre de 2016

Santo Evangelio según San Lucas 21,34-36

El llamado de Jesús a la vigilancia: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre" Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco

Una de las actitudes del cristiano que quiere permanecer en el Señor: conocer qué sucede en el propio corazón. Es necesario, saber discernir los espíritus, discernir si una cosa nos hace permanecer en el Señor o nos aleja de Él.

Nuestro corazón siempre tiene deseos, tiene ganas, tiene pensamientos, Pero ¿estos deseos son del Señor o nos alejan del Señor?.

He aquí entonces, que el Apóstol Juan nos exhorta a poner a la prueba lo que pensamos y deseamos. Si esto va en la línea del Señor, así irás bien, si no, no va…

Poner a prueba los espíritus para probar si provienen verdaderamente de Dios, porque muchos falsos profetas han venido al mundo. Profetas o profecías o propuestas: "¡Yo tengo ganas de hacer esto!". Pero esto no te lleva al Señor, te aleja de Él.

Por esto es necesaria la vigilancia. El cristiano es un hombre o una mujer que sabe vigilar su corazón. Y tantas veces nuestro corazón, con tantas cosas que van y vienen, parece un mercado de barrio: de todo, tú encuentras de todo allí... ¡Y no! Debemos tantear, esto es del Señor y esto no es, para permanecer en el Señor

¿Cuál es el criterio para entender si una cosa viene de Cristo o del anticristo? San Juan tiene una idea clara, simple:

"Cada espíritu que reconoce a Jesucristo, venido en la carne, es de Dios. Cada espíritu que no reconoce a Jesús no es de Dios: es el espíritu del anticristo".

Pero ¿qué significa, por tanto, reconocer que el Verbo ha venido en la carne?. Quiere decir: "reconocer el camino de Jesucristo, reconocer que Él, siendo Dios, se ha abajado, se ha humillado hasta la muerte de cruz".

Ese es el camino de Jesucristo: el abajamiento, la humildad, la humillación también. Si un pensamiento, si un deseo te lleva por ese camino de humildad, de abajamiento, de servicio a los demás, es de Jesús. Pero si te lleva por el camino de la suficiencia, de la vanidad, del orgullo, por el camino de un pensamiento abstracto, no es de Jesús.

Tantas veces, nuestro corazón es un camino, pasan todos por allí... Poner a la prueba. ¿Y elijo siempre las cosas que vienen de Dios? ¿Sé cuáles son aquellas que vienen de Dios? ¿Conozco el verdadero criterio para discernir mis pensamientos, mis deseos?

Pensemos esto y no olvidemos que el criterio es la Encarnación del Verbo. El Verbo ha venido en la carne: ¡Éste es Jesucristo!. (Homilía en Santa Marta, 07 de enero de 2014)

Oración de Sanación

Mi Señor, siempre estás atento a cada detalle de mi vida, atento a que no tome los malos caminos y por eso me guías con tu Palabra. Me ofreces recomendaciones concretas para vigilar el corazón en todo momento. Debo estar siempre alerta, no descuidarme ni abandonarme a mis propios criterios, porque el enemigo malo es como un león rugiente que anda a buscando a quien devorar, sobre todo a los que descuidan su fe en tu amor.

Dame Señor, de tu sabiduría, para tomar las mejores decisiones en mi vida, en mis proyectos y en mis metas. Quiero alcanzar la felicidad, y sólo de tu mano es posible. Discernir las cosas que te agradan y llenan de bendición a mi vida. Ayuda a mantener mi espíritu cerca de tu presencia, vigila siempre mis pasos, que no me pierda tras el deseo mundano de solo alcanzar logros terrenales, olvidándome de tus promesas y de todas tus bondades.

¡No quiero caer en las trampas materialistas!, esas trampas que enredan al alma y la distraen del verdadero propósito para el cual la creaste: amarte, alabarte, adorarte, bendecirte, agradecerte y honrarte a cada segundo. Ven Señor, cuida de mí, cuida de mis pasos, de mi mente y de mi corazón para tener una actitud más adecuada y correcta. Que siempre pueda medir mis expresiones y acciones para no causar mal alguno.

Mi alma quiere vivir unida a Ti a través del diálogo y la oración de cada día. Por eso, quiero ser perseverante, dar lo mejor de mí para nunca fallarte. Transfórmame, con la fuerza de tu amor, en una persona prudente y atenta, para salir victorioso en cada dificultad. Cuento con tu bendición. Amén

Propósito para hoy

Al final del día, haré una revisión de mis actitudes hacia Dios y hacia los demás, proponiéndome luchar contra mis malas inclinaciones para así estar más en sintonía con la voluntad de Dios

Frase de reflexión:

"En la familia nos formamos como personas. Cada familia es una piedra viva en la construcción de la sociedad". Papa Francisco

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