Brian Fincheltub 16 de marzo de 2021
@BrianFincheltub
La reciente designación de Venezuela al Estatus de
Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) por parte de la
administración del presidente Joe Biden, representa un verdadero alivio para
cientos de miles de venezolanos que vinieron a Estados Unidos escapando a la
tragedia socialista. Pero también demuestra que nuestra nación, sin importar
qué agrupación política dirija las riendas de la Casa Blanca, sigue siendo un
tema prioritario para el gobierno estadounidense. Un tema que lejos de
limitarse a la sola política exterior, hoy también se convierte en un asunto de
política interna, como de hecho se ha convertido la masiva migración venezolana
para prácticamente todo el continente.
Aunque la realidad es suficientemente grave para
permanecer indiferentes, esta medida es el resultado del trabajo conjunto, en
primer lugar, de la comunidad venezolana en Estados Unidos, con quienes he
tenido la oportunidad de conversar en varias ocasiones y puedo dar fe del
admirable trabajo de organización que han logrado para construir redes de
solidaridad y ayuda con nuestros connacionales. También de todo el equipo de la
Embajada del gobierno legítimo de Venezuela, quienes siempre entendieron que
era primordial entablar buenas relaciones con todos los sectores políticos en
Washington y garantizar que Venezuela siga siendo unos de los temas donde hay consenso
bipartidista. A Estados Unidos siempre le estaremos agradecidos, por tomar la
decisión correcta que hoy beneficia a cientos de miles de venezolanos que en su
mayoría están acá no porque quieren, sino porque representan muchas veces la
garantía de supervivencia de su familia en Venezuela.
La designación de un país al TPS significa que Estados
Unidos reconoce que, en las condiciones actuales, las personas de dicho país no
pueden regresar a casa de manera segura. Estas condiciones pueden ser, por
ejemplo, una guerra o un desastre natural. De allí que en la lista de naciones
que también han sido designadas con el mismo estatus figuran Siria, Yemen,
Sudán del Sur y Haití. Venezuela se une al grupo por representar la tragedia
humanitaria más grande que haya vivido nación alguna sin sufrir un desastre
natural ni contar con un conflicto armado declarado. Una tragedia humanitaria
causada por la imposición del modelo socialista y el saqueo de un país por una
élite corrupta que pulverizó los indicadores macroeconómicos que ubicaban a
Venezuela entre las naciones más prósperas de la región antes de la irrupción
del chavismo.
Debo decir que ver a Venezuela en esta lista no me
llena precisamente de orgullo, más allá de que me alegre por tantos miles de
venezolanos honestos que mientras dure esta protección podrán continuar sus
vidas en suelo estadounidense sin miedo a ser deportados, teniendo derecho a un
Documento de Autorización de Empleo (EDA, por sus siglas en inglés).
Personalmente, hubiese preferido vivir la época donde era nuestro país el que
recibía migración de todas partes del mundo y cuando nuestro pasaporte nos
abría puertas y no nos las cerraba como sucede hoy. Pero son los tiempos que
nos tocaron afrontar y lejos de desmoralizarnos, queda de nosotros levantar no
solo nuestro gentilicio, sino trabajar desde nuestro espacios para que todos y
cada uno de los venezolanos que quiera regresar a Venezuela lo haga sin miedos
y sabiendo que serán recibidos con los brazos abiertos.
Se estima que aproximadamente 323.000 venezolanos
pudieran ser elegibles para al TPS. Esto significa también un poderoso mensaje
enviado por la administración Biden al resto del mundo, principalmente
Latinoamérica, donde se ha concentrado la mayor parte de la migración
venezolana. Una que por cierto vive en condiciones de mayor vulnerabilidad que
las que se pudieran vivir en otras latitudes. Venezolanos que también necesitan
protección y que no exigen un estatus de privilegio, sino un trato igualitario,
que les permita obtener un empleo, no por representar mano de obra barata, sino
porque así lo permitan sus calificaciones profesionales. Los venezolanos no
escapamos para robarles oportunidades a otros, salimos a creárnoslas con
esfuerzo y dedicación. El respeto de las leyes debe ser nuestro norte para
lograr lo que queremos, seamos nosotros mismos los primeros en condenar a
quienes delinquen, pero también los primeros en rechazar la generalización que
cruza los límites de la estigmatización y la xenofobia y pretende meternos a
todos en el mismo saco. Los venezolanos vamos a superar esta etapa y con
trabajo vamos a continuar buscando razones para sentirnos orgullosos de donde
venimos.
Atención: Si vives en Estados Unidos y tienes
cualquier pregunta sobre el TPS, escríbenos a Serviciosconsulares@us.embajadavenezuela.org. Estamos
a la orden para orientar a todos nuestros hermanos venezolanos en este proceso.
Brian
Fincheltub
@BrianFincheltub
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