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sábado, 18 de febrero de 2023

Al maestro con amor / Saúl Jiménez @sauljimenezbei1

 



Este artículo necesariamente debo iniciarlo copiando textualmente lo que contempla la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en diciembre del año 1999, es decir hace exactamente 23 años y la cual fue catalogada en su oportunidad por el presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías como la mejor Constitución del mundo.

“ARTICULO 91: Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por igual trabajo y se fijará la participación que debe corresponder a los trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la empresa. El salario es inembargable y se pagará periódica y oportunamente en moneda de curso legal, salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con la ley. El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La ley establecerá la forma y el procedimiento.”

Y esto lo señalo por cuanto el jueves pasado fui a visitar al profesor Juan Jacinto jubilado del Ministerio del Poder Popular para la Educación (Mpppe) en su apartamento de una populosa urbanización de Valencia para llevarle algunas cosas que me dijeron necesitaba para su manutención y el de 2 menores nietos, de entrada la impresión fue muy fuerte por cuanto no me espera conseguir un escenario como ese, un apartamento en abandono por falta de mantenimiento con las paredes que pareciera que tienen más de 10 años sin pintura, sin comida, con la ropa raída por el uso y con un cuadro de salud muy fuerte por cuanto tiene una pierna bien comprometida.

Luego de la primera impresión me puse a conversar con Juan Jacinto sobre su situación de salud y me manifestó que la hinchazón de la pierna fue producto de sufrir un golpe, tiene colocada una prótesis y fue al ambulatorio más cercano para que lo curaran y desde allí se le empezó a inflamar la pierna, luego logró ir donde un especialista y le señaló que fue mal curado y  tiene un tratamiento y se siente mejor, es caro pero bueno, dice que ya vera como consigue las medicinas.

Esa situación lo tiene inmovilizado para salir a trabajar en lo que sabe hacer, dar clases de las 3 marías como el las menciona y que en cierta forma lograba producir algo de dinero para su subsistencia porque con la jubilación lo que hace es retirar el dinero e ir a abonar al abasto para poder seguir teniendo crédito, es decir que está embargado de por vida.

Es difícil comprender esta situación, una persona que toda su vida se la dedicó a formar jóvenes desde una secundaria y que en sus años dorados no tenga recursos para vivir decentemente, cuántas personas pasarían por sus salones de clase, cuántos jóvenes se llevarían sus conocimientos con amor y comprensión, cuántos de ellos serán profesionales exitosos y aportando a la sociedad y aquel que les transmitió los conocimientos, el estado le incumple con lo señalado en la Constitución y tiene que estar pasando penurias para poder subsistir cuando por el contrario debería contar con servicio de salud de calidad porque por  muchos años cotizó al Ipasme y al IVSS para garantizarse una jubilación tranquilo y sin embargo su realidad es otra, recibe 9$ al mes para subsistir.

La historia de Juan Jacinto se repite a lo ancho y largo de Venezuela, en cualquier esquina, bodega, farmacia u hospital oímos las historias de los maestros, profesores universitarios y todos los demás empleados de la administración pública que están llevando una vida similar de angustias, escasez, soledad y llanto, si llanto, estas personas todo el día están buscando como sobrevivir, más aún ahora que tenemos una diáspora increíble y que se encuentran solos en sus casas sin nadie que les pueda dar conversación, consuelo, acompañamiento y los vecinos están en una situación similar.

Desde el 9 de enero los trabajadores del Magisterio, Salud, Universidades y luego se han ido incorporando otros sectores como gobernaciones, Corpoelec, Cantv, Pdvsa, Hidrológicas y demás organismos con sus respectivos sindicatos y Centrales Obreras han estado realizando movilizaciones pacíficas enmarcadas en las luchas no violentas, democráticas y contempladas en la CRBV como derechos Constitucionales y llevando pliegos de peticiones a los diversos organismos sin que hasta los momentos haya un pronunciamiento del gobierno nacional sobre el particular.

Es importante señalar que las reservas morales de nuestro país están concentrados en nuestras universidades, escuelas y liceos. Lo que sí parece cierto es que los empleados y obreros de la administración pública están muy firmes en seguir luchando sus justas reivindicaciones y si leemos y palpamos realidades como las que están viviendo nuestros maestros y demás empleados públicos que deben realizar diversas actividades para subsistir no nos queda más que apoyarlos.

sajidb47@yahoo.com.ar

https://talcualdigital.com/al-maestro-con-amor-por-saul-jimenez-beiza/

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