DANIEL LOZANO 12 de junio de 2023
Maduro se guarda la carta de suspender
este proceso y ataca los actos políticos
"Ni
por las buenas ni por las malas nos vamos de acá nosotros". La puesta en
marcha de las primarias opositoras ha desencadenado la furia de la revolución
bolivariana, más allá de la confesión realizada por Diosdado Cabello, número
dos del chavismo, que abre esta crónica. El oficialismo ha respondido
con violencia distintos actos políticos de los candidatos de la oposición, en
especial contra Henrique Capriles, abanderado de la centrista Primero Justicia,
agredido por las brigadas de choque chavista.
En paralelo, Nicolás Maduro se guarda la carta de acabar con el proceso de las primarias cuando estime conveniente para su estrategia, cuando ya ha hecho saber de forma pública y privada que al menos gobernará hasta 2030. La disyuntiva es evidente: permitir un proceso que necesita para su blanqueamiento internacional pero le incomoda por las críticas que suscita y por el rearme que supone para sus enemigos políticos.
Las
imágenes de una mujer de gran volumen propinando con impunidad puñetazos y
patadas al ex gobernador Capriles dieron la vuelta al mundo. El hostigamiento
se reprodujo en el siguiente acto proselitista, lo que se suma a una
batería de obstáculos contra distintos precandidatos opositores, que
pretenden competir el 22 de octubre en las urnas para elegir al rival de
Maduro. De momento, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el
Palacio de Miraflores, asistirá técnicamente esa votación, lo que ha enfurecido
a la principal favorita, la conservadora María Corina Machado. La Comisión
Nacional de Primaria, conformada por un grupo de prestigiosos expertos, apuesta
por un proceso autónomo en el que también puedan participar venezolanos en 81
ciudades del exterior, a través de una aplicación y sin participación
gubernamental.
"Los
venezolanos entienden este proceso como una forma de resistencia ante la
dictadura. También ha mostrado cierta urgencia en ejercer el voto y se
ha convertido en el escaparate del autoritarismo del régimen y, lo que es
novedoso, ha llevado a la calle, a través de mítines, recorridos y
proselitismo, la crítica a la gestión de gobierno. Es decir, se ha convertido
en un inédito foro de aspiración democrática en medio de una dictadura, una
trayectoria peligrosa para Miraflores", constata para EL MUNDO el
sociólogo Gianni Finco, uno de los principales expertos del país en propaganda
revolucionaria.
Los
primeros mítines muy numerosos de Machado y algunos de Capriles no gustaron al
chavismo, lo que también ha provocado la "contraprogramación" en las
calles para demostrar un músculo popular que hace años dejó de existir.
Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV),
inició el jueves una pequeña gira en la capital, que ya le ha llevado a varios
estados del país, mientras Maduro pasaba el trago de recibir a la gran bestia
negra de la revolución: Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional
(CPI).
"Venezuela
está de puertas abiertas al mundo para que conozcan nuestra verdad por encima
de las mentiras y manipulaciones", aprovechó el presidente
pueblo tras firmar con Khan un memorándum para que este instale su
oficina en Caracas mientras en La Haya se decide la continuación, como así ha
reclamado el fiscal, de la investigación por crímenes de lesa humanidad.
El
chavismo se sabe minoría y la realidad se lo demuestra a diario. Las elecciones
realizadas el viernes pasado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), la
mayor casa pública de estudios del país y un emblema del corazón democrático de
la sociedad venezolana, volvieron a ratificar que no tiene posibilidades en un
proceso democrático con todas las garantías: la candidatura
revolucionaria quedó séptima entre las ocho que se presentaban.
La
carta que guarda Maduro para cuando decida acabar con las primarias ya tiene
nombre: Luis Ratti. Este oscuro personaje, de los muchos que el
chavismo conserva en su recámara, ha presentado distintos recursos ante el CNE,
el Supremo (principal martillo histórico contra la oposición) y la Contraloría.
Cuando llegue el momento, y si es necesario, la revolución dejará caer su
espada de Damocles contra las primarias, como ya ocurrió con la recogida de
firmas para el Revocatorio o con la imposición de la Asamblea Constituyente.
Tomado
de: https://www.elmundo.es/internacional/2023/06/12/648612e6fc6c83f3058b45b9.html
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