San Josemaría 11 de junio de 2023
@sJosemaria
Quiero prevenirte ante una dificultad que
quizá puede presentarse: la tentación del cansancio, del desaliento. –¿No está
fresco aún el recuerdo de una vida –la tuya– sin rumbo, sin meta, sin salero,
que la luz de Dios y tu entrega han encauzado y llenado de alegría? –No cambies
tontamente esto por aquello. (Forja, 286)
Si
notas que no puedes, por el motivo que sea, dile, abandonándote en Él: ¡Señor,
confío en Ti, me abandono en Ti, pero ayuda mi debilidad!
Y lleno de confianza, repítele: mírame, Jesús, soy un trapo sucio; la experiencia de mi vida es tan triste, no merezco ser hijo tuyo. Díselo...; y díselo muchas veces.
–No
tardarás en oír su voz: «ne timeas!» –¡no temas!; o también: «surge et ambula!»
–¡levántate y anda! (Forja, 287)
Me
comentabas, todavía indeciso: ¡cómo se notan esos tiempos en los que el Señor
me pide más!
–Sólo
se me ocurrió recordarte: me asegurabas que únicamente querías identificarte
con Él, ¿por qué te resistes? (Forja, 288)
Ojalá
sepas cumplir ese propósito que te has fijado: "morir un poco a mí mismo,
cada día". (Forja, 289)
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/la-tentacion-del-cansancio/


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico