viernes, 4 de diciembre de 2009

No me rescates, compadre


Por Rafael Gallegos

En 1949, el cómico mexicano Tin Tan filmó una película titulada “No me defiendas, compadre”, donde un personaje le pedía ayuda a su compadre para solucionar algún problema y éste, cuando actuaba, lo hundía. Al final, ante la risa del público, pronunciaba una frase que se hizo famosa: no me defienda compadre. En el siglo XXI, los venezolanos, ante tanto “rescate” revolucionario, estamos reeditando la comedia. Con la elemental diferencia que antes el público se reía por las peripecias de Tin Tan, quien por cierto hacía el papel de pésimo pitcher de un presidio, y ahora lleno de tristeza y dolor ante tanto mordisco de piraña, se siente humillado al oír las carcajada del gobierno y le clama: no me rescates, compadre.

Así, asistimos a la destrucción del campo bajo la figura del “rescate”. Las cifras son desoladoras. Dos millones de hectáreas productivas convertidas en eriales. Venezuela tiene un área de menos de 92 millones de hectáreas, de las cuales serán aptas para el agro y la cría si acaso quince o veinte. O sea, el gobierno ha acabado con la producción de cerca del 20 % de la superficie que debería estar destinada para producir alimentos. ¿Habrá algún venezolano que los eligió para que destruyeran la producción nacional? Es vergonzoso observar cómo en nuestras narices acaban con las zonas productivas, “y que” para sembrarlas de hortalizas, como si eso fuera soplar y hacer botellas. Pretenden “rescatar” el campo utilizando ministros como filósofos de la producción; activistas del partido como empresarios; franelas rojas que en su vida han arrancado una yuca, como “gloriosos” campesinos. Por sus resultados los conoceréis. ¿Dónde está la nueva producción? Utopía: en ninguna parte. ¿Y la comida?, más importaciones. ¿Usted quiere ver el futuro de Venezuela? No busque en bolas de cristal. Vea la marasmática Cuba de hoy. En los albores de su revolución cacareaban una zafra de 10 millones de toneladas de azúcar. Hoy a duras penas producen dos. Y esos son los expertos que nos mandan para tanto CAEZ. Para que “rescaten” a Venezuela.

TRUCUTRU y ATILA

Carlos Marx está celoso porque esta revolución lo sustituyó como ideólogo. Lo desplazaron por Trucutrú y por Atila. Trucutrú está feliz por el uso de tanto desecho ideológico, calcula pronto llegaremos a sus cavernas. Y en cuanto a Atila, por donde pasan los tractores de la “revolución”, no vuelve a crecer la hierba.

Así, el gobierno “rescata” a PDVSA y apenas produce dos millones de barriles cuando deberíamos producir seis y nos coloca en la vergonzosa posición de importar gasolina. “Rescata” la electricidad y comienzan los apagones. Se habla de ocho de las veinte turbinas de Gurí dañadas, culpa del imperio… de la indolencia. “Rescata” las hidrológicas y adivinen… racionamiento de agua. “Rescatan” los dólares y los racionan para que sean utilizados por el “pueblo” y adivinen…escasez, la inflación más alta de América y el PIB decrece en 4,5 %. “Rescataron” la construcción de viviendas y no producen ni cuarenta mil cuando los “oprobiosos” gobiernos de la cuarta casi llegaban a cien mil. El resultado… más techos de cartón que nunca. ¿Qué diría Alí Primera? “Rescatan” las cementeras, las procesadoras de café, las de azúcar. Y en el “recate” de los bancos, acaban de botar más de dos mil trabajadores y dejado a miles de clientes en la calle por “culpa del capitalismo”… la realidad es que en cualquier capitalismo serio, habría toneladas de presos por este gigantesco fraude y el gobierno en lugar de buscar culpables, asumiría su responsabilidad y hasta pediría perdón. Y como guinda de tanto “rescate”, golpean diputados, y vejan alcaldes y ni siquiera se excusan. Ni Musolinni fue tan descarado. Están “rescatando” la democracia ante la complacida sonrisa de Fidel Castro, quien si sabe de totalitarismos, porque es su especialidad. A este paso de rescatadores, no produciremos ni piojos… ni podremos denunciarlo. ¿Clonación de La Habana? ¿Les contará usted a sus nietos que se hizo el loco ante tanto “rescate”?


¿ESTRATEGIA O INCAPACIDAD?

Tengo mis dudas y creo que es una mezcla de ambas. La incapacidad está a la vista en las acciones de todos los días. Basta comparar los equipos integrados por Betancourt, Pérez Alfonzo, Tejera París, Sucre Figarela, Calderón Berti, Petkoff y paremos de contar, con los actuales. Sin embargo, da la impresión que la destrucción es estratégica. Como la cubana. ¿Soportaría el gobierno la distribución de poder que implican seis millones de barriles, construcción de autopistas, de viviendas, producción de todo en todo el país y la descentralización? No, porque contradiría a la primera norma de la “revolución”: todo el, poder para yo y… para siempre. He ahí el origen de tanto “rescate”.

Ingeniero y Consultor Gerencial. gallegos.c@gmail.com

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