viernes, 4 de diciembre de 2009

¿Y quien dijo que sería fácil?


Por Soledad Morillo Belloso

Vamos por buen camino, la senda de la unidad es la correcta

La llevamos complicada. No hay cama pa' tanta gente buena que legítimamente aspira a una diputación en la Asamblea Nacional. Y el asunto es aún más enredado cuando se trata de presentar candidaturas que sean apoyadas por toda la alianza.

Créanme, se está trabajando muy duro. Y es harto enredado armar una "alianza perfecta" cuando lo que nos estamos jugando es tan gordo. No es soplar y hacer botellas ni tampoco tema de desprendimientos que suenan muy románticos pero que, lejos de ser en efecto beneficiosos, pueden resultar contraindicados.

La gente debe estar clara. No vamos a arrasar en las elecciones. Los números no dan para eso. Pero podemos ganar las suficientes curules como para poner en severos aprietos al gobierno. Lograr romper la hegemonía. Y eso es en extremo importante con miras a lo que habrá de suceder en los próximos años.

Poco a poco y con mucha sensatez se va armando el escenario. La Mesa de Unidad ya ha hecho anuncios importantes, que han sido producto de largos y densos debates en un ente que, lejos de sumergirse en los pleitos estériles, busca acuerdos y soluciones. Se arma un cronograma, se trabaja día tras día en una propuesta que entusiasme a un país que, gracias a los dolores y pesares causados por el gobierno d ha escuchado los cantos de la desesperanza.

Pronto estaremos en 2010. Año de mundial de fútbol. Año electoral. Se puede disfrutar el espectáculo máximo del balón sin descuidar la agenda que nos ocupa. Se puede y se debe ser "multitarea". Y como en el fútbol, en esta coyuntura que vivimos tenemos que mostrar lo que los brasileros llaman "jogo de cintura" (juego de cintura).

Dejemos que el gobierno continúe sumergiéndose en su discurso insípido. Dejemos que se mojen las patas en los barriales de la incoherencia. Que griten babosadas, que persistan en la cantaleta del "imperialismo" y la paranoia gafa. Finalmente va quedando claro que ni saben trabajar ni saben gobernar. Con el zaperocón de los bancos queda al descubierto que los boliburgueses no son más que una sarta de fétidos bolichoros, unos maleantes de cinco espuelas que sentaron sus posaderas en las poltronas del gobierno para robar.

No nos angustiemos. Vamos por buen camino. La senda de la unidad es la correcta. Desunidos los debilitamos todos; unidos nos convertimos en David.

smorillobelloso@gmail.com

Concejal El Hatillo - UNT

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