Hace algún tiempo, si nos hubieran
dicho este término, nos hubiéramos sentido metales.
Y es que la resiliencia proviene del
mundo de las ciencias físicas; "es la capacidad que tienen los materiales
para recobrar su forma original, después de haber sido sometidos a
presiones".
Este concepto que es originario de la
metalurgia, es cada vez más usado por la psicología y las ciencias del
comportamiento.
La Real Academia hace poco incorporó este
término: "la resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad
situaciones límite y sobreponerse a ellas".
Gracias a las consistentes gestiones erradas
de los políticos que conducen nuestros designios, parece que lo mejor que
podemos hacer es ocuparnos de este término y aumentar conscientemente nuestra
resiliencia.
Para ello sugiero 9 tips prácticos:
1) Sea realista
No se deje llevar por lo de
"mente positiva siempre". Esa frase es una anestesia mental y no
ayuda. Usted podrá ser positivo y optimista en cuanto al futuro, pero en cuanto
al presente, sea realista. Si usted ha perdido su trabajo y tiene deudas, no
meta la cabeza en la arena. Véalo tal cual es. Usted está en una situación
precaria.
2) Descárguese
Muchos nos sentimos mal por la gestión
escandalosa e inescrupulosa de personas que malversaron impunemente nuestros
impuestos y ahorros. Deje salir sus emociones por la puerta grande. Por
ejemplo, méntele la progenitora a los que usted considera responsables, píntele
cuernos y bigotes a sus fotografías en la prensa, vaya a una playa solitaria o
a la montaña y grite hasta que se descargue.
Las energías de injusticia represadas pueden
manifestarse en enfermedades y dolores. No deje que eso pase: descárguese.
Ojo: no le desee el mal a nadie, pues esa
energía rebota.
3) No lo tome personal
Le tocó vivir en este momento. No lo
tome personal. No es contra usted, ni con usted. Si usted hubiera nacido en
otra época bien pudiera estar involucrado en una guerra o algo similar. La cosa
no es con usted.
4) Alimente su cerebro con preguntas
A no ser que sea usted un gurú en
meditación, le será difícil parar el diálogo interno. Le sugiero que se asocie
a él y que lo dirija inteligentemente. Para ello la mejor herramienta es la
pregunta. Formúlele preguntas a su mente para tenerla entretenida, antes de que
ésta lo destruya a usted.
Lo que NO debe preguntarse: ¿por qué me tiene
que pasar esto a mi? Fatal.
Lo que SÍ puede preguntarse: ¿qué aprendo de
esta situación? ¿de qué me puede servir pasar por esto? ¿qué voy a cambiar?
¿qué puedo disfrutar de la situación actual?
5) Apunte las repuestas
Una vez que usted alimente su cerebro
con preguntas, su mente subconsciente le proporcionará innumerables respuestas.
No las deseche. No las juzgue. Apúntelas, por muy absurdas que le parezcan.
6) Analice sus opciones
Toda crisis nos empuja fuera de
nuestra zona de confort. Allí las reglas cambian. Analice sus opciones con
enfoque nuevo. Recuerde: no hay cambio sin cambio.
7) Haga algo
¡Ocúpese! Trabaje, aunque no le paguen
por ello. Estudie, aunque no le den un certificado. Entrénese para una nueva
disciplina deportiva o campo profesional. Adquiera una nueva destreza: siembre,
pinte, talle, lea, escriba cuentos.
8) Agradezca
Agradezca, agradezca, agradezca.
Cuando usted agradece, está 100% en el presente. Y en el presente no hay
estrés. El estrés aparece cuando permitimos que nuestro cerebro se proyecte en
la incertidumbre del futuro. Refúgiese en la gratitud sincera y valore lo que
tiene (salud, hijos, amistades, naturaleza, inteligencia).
9) Ayude
Hay gente que la está pasando peor que
usted. Ayúdela. Si concientizásemos lo gratificante que es ayudar, ayudaríamos
más. Recibe más el que da, que el que recibe. No le quepa la menor duda.
Con aprecio,
Alejandro Szilágyi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico