ANTONIO MARIA DELGADO 24 de noviembre de 2014
El bolívar venezolano ha perdido cerca
de un 30 por ciento de su valor en poco menos de un mes en el mercado paralelo,
producto de una drástica disminución en la oferta de dólares, un incremento en
la liquidez del circulante nacional y a temores de que la crisis económica se
agravará el próximo año, dijeron analistas.
La paridad cambiaría de Venezuela en el
mercado paralelo, que para el 21 de octubre se encontraba en 98.09 bolívares
por dólar, cerró en los 127.24 bolívares el lunes, tras perder más de tres
bolívares durante la sesión.
La velocidad con que la moneda
venezolana está perdiendo su valor en el mercado paralelo, el único que está
disponible para millones de venezolanos, es una muestra de los graves problemas
económicos que afronta el régimen de Nicolás Maduro tras el colapso del modelo
“petropopulista” aplicado por el chavismo, situación que ahora está siendo
agravada por la caída de los precios del petróleo.
La renta petrolera, administrada en su
totalidad por el Estado, genera cerca del 95 por ciento de los dólares que
ingresan al país, pero ese volumen ahora es insuficiente para sostener los
enormes costos de los subsidios que el chavismo otorga a los sectores populares
y a países aliados como Cuba, y los costos de importar alimentos y otros
productos que dejaron de producirse en el país tras la sostenida destrucción
del aparato productivo, advierten los economistas.
José Guerra, profesor de economía de la
Universidad Central de Venezuela, dijo que el comportamiento actual del bolívar
en el mercado paralelo se debe a una disminución aún mayor de los pocos dólares
que el régimen de Maduro está soltando a la economía, a través de mecanismos
como el Sicad.
“No hay oferta de dólares en el Sicad I
y en el Sicad II”, señaló Guerra desde Caracas. “Eso hace que los dólares no
estén entrando al mercado y está llevando a muchos a ir al mercado paralelo a
buscar divisas”.
Pero la escasez de dólares no es la
única razón detrás de la drástica pérdida de valor del signo monetario
venezolano.
También hay que tomar en cuenta que a
partir del 15 de noviembre comenzaron a pagar los aguinaldos (bonificación
navideñas), que en algunos casos puede representar hasta dos o tres meses de
sueldo, dijo Francisco Ibarra, director de la firma Econometrica.
“En Venezuela, como no hay muchos
productos en que gastar bolívares, tenemos un número cada vez mayor de personas
buscando dólares, y eso puede estar generando una mayor presión” sobre el
mercado paralelo, explicó Ibarra.
Ese efecto también se ve acrecentado por
la gran influencia que tienen las casa de cambio ubicadas en la ciudad
fronteriza colombiana de Cúcuta, sobre la manera en que es calculado el tipo de
cambio paralelo y la gran presencia de ciudadanos colombianos que aún viven en
Venezuela, agregó Ibarra.
Pero la mayor presión sobre la moneda
podría estar siendo ejercida por el miedo.
“Ahí lo que está operando es el temor y
las expectativas de la gente de que las cosas van a seguir empeorando, cuando
este gobierno no está mostrando tener ningún tipo de interés en adoptar las
medidas necesarias para comenzar a revertir la situación”, expresó Ibarra.
Los economistas llevan meses advirtiendo
que Venezuela requiere de un radical programa de reestructuración para comenzar
a superar los graves problemas económicos que enfrenta y que debe incluir el
desmantelamiento del control cambiario, eliminación de subsidios y de una serie
de políticas --incluyendo el sistema de control de precios-- que han asfixiado
con el correr del tiempo la capacidad productiva del país.
Según los expertos, el gobierno necesita
comenzar a destrabar los monumentales desequilibrios que están llevando al país
hacia una espiral hiperinflacionaria, situación que está siendo agravada por la
drástica caída de los precios del petróleo, que en pocos peses han bajado desde
los $95 el barril a niveles cercanos a los $70.
Expertos habían advertido que un barril
de crudo venezolano por debajo de los $80, de sostenerse en el tiempo,
generaría presiones difíciles de sostener para el régimen bolivariano.
El viernes, la cesta venezolana de crudo
cerró en $68.97 el barril y los analistas creen poco probable que el crudo
retorne a los niveles en que se encontraban en la primera mitad del año, aún
cuando los países miembros de la OPEP tienen previsto discutir la situación más
tarde esta semana.
Pese a las presiones cada vez mayores
para que haga algo, Maduro hasta el momento no se ha atrevido a aplicar los
correctivos, haciendo caso omiso de las graves advertencias que están siendo
emitidas por los integrantes pragmáticos de su régimen.
“Todo esto es una situación de
emergencia nacional, y lo están tratando con un ‘cuentico’ de la guerra
económica”, dijo recientemente desde Caracas el economista Orlando Ochoa, en
referencia a la reiterada acusación del régimen de que los problemas de desabastecimiento
del país son producto de labores de sabotaje de la oposición.
“Ellos parecen estar dispuestos a seguir
con ese juego hasta que se les caiga en pedazos al mundo”, enfatizó Ochoa,
profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello.
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