ALFREDO MEZA 01 de noviembre de 2016
Dame
lo mío y toma lo tuyo. La oposición de Venezuela respondió este martes al gesto
de las autoridades chavistas de excarcelar a cinco presos políticos con la
suspensión “por unos días” del proyectado juicio político que tenía previsto
iniciar el Parlamento, dominado por la oposición, contra el presidente
Nicolás Maduro. El cambio en el orden del día fue propuesto por el diputado
Julio Borges, jefe de la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
En su
discurso, el máximo dirigente de Primero Justicia reconoció las intensas y
decisivas gestiones del enviado del Vaticano, monseñor Claudio María Celli, en
la desactivación de esa bomba de tiempo que suponía la escalada del conflicto
político en Venezuela. “El Vaticano ha pedido unos días”, aseguró. La Iglesia tiene
el crédito unánime de ambos bandos y no es un asunto menor. Sólo su
incorporación al diálogo en Venezuela, cuyas gestiones inició en abril una
terna de expresidentes iberoamericanos, incluido el español José Luis Rodríguez
Zapatero, a instancias de Unasur, ha cambiado el fatal destino augurado en los
días previos.
Los
representantes de la alianza de partidos opositores en la recién estrenada mesa
de diálogo saludaron las excarcelaciones, pero las consideran insuficientes.
Por eso el jefe del grupo parlamentario de la MUD anunció cinco puntos para que
la oposición continúe presente en las conversaciones: la liberación de los
presos políticos en Venezuela “plena y sin condiciones”; que el Parlamento
recupere su función de control presupuestario que ha restringido el Tribunal
Supremo; que el Gobierno acepte la ayuda humanitaria para que desaparezcan las enormes filas para adquirir medicinas o
alimentos básicos; que se elija una nueva terna del Consejo Nacional
Electoral “que no le robe a la gente, como sucedió con el referéndum
revocatorio, el derecho de votar”, y que se adelanten las elecciones.
Fue el
negociador opositor y alcalde Carlos Ocariz quien anunció la noche del lunes en
Twitter de la liberación de tres personas del grupo de opositores detenidos por
motivos políticos. Son Carlos Melo, un sospechoso habitual de las conspiraciones
denunciadas por el régimen, y los realizadores Andrés Moreno y Marcos Trejo,
autores de un vídeo del partido Primero Justicia dirigido a los miembros de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana que vigilan las manifestaciones. Junto a
ellos, Andrés León y Coromoto Rodríguez, jefe de la seguridad del presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup.
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