Pedro Reinado Bravo 07 de julio de 2018
El 2
de Julio del presente año 2018 es fecha importante para Venezuela porque se
cumple 119 años de la consagración de nuestro país al Santísimo Sacramento,
ceremonia eucarística celebrada en Caracas en la cual Monseñor Críspulo
Uzcátegui, Arzobispo de Caracas en aquel entonces en presencia del Episcopado
venezolano leyó el acto de consagración a perpetuidad de Venezuela a Nuestro
Señor Sacramentado, por lo que desde entonces nuestra nación le pertenece solo
a Él, el Amor de los Amores Cristo Jesús.
Esta
ceremonia tan significativa fue promovida por el presbítero Juan Bautista
Castro, quien motivado por los sucesos difíciles que debió afrontar la Iglesia
en Venezuela durante el siglo XIX solicitó al episcopado venezolano la
consagración de nuestro país a Cristo verdaderamente presente en el Santísimo
Sacramento del Altar. Dicha solicitud fue aprobada y el mismo padre Juan
Bautista Castro amante de la Sagrada Eucaristía, miembro de la Academia
Venezolana de la Lengua, fundador de la congregación de las Siervas del
Santísimo Sacramento y futuro Arzobispo de Caracas desde los años 1904 a 1915
compuso la oración de consagración que fue recitado el 2 de julio de 1899 en
solemne ceremonia en la capital de la república.
El
estar Venezuela consagrada al Santísimo Sacramento significa que Nuestro Señor
Jesucristo está por encima de todo y le pertenecemos solo a Él, porque Cristo
la Segunda Persona de la Trinidad y quien se hizo hombre para redimirnos del
pecado, se quedó con nosotros en la Sagrada Eucaristía sacramento por
excelencia en donde Él se hace verdaderamente presente en las especies del pan
y vino en el momento de la consagración, se nos da como alimento y fortaleza
para nuestra vida espiritual, además que se actualiza su sacrificio en la cruz
para la salvación del mundo, y luego se reserva las hostias consagradas en el
sagrario para que lo visitemos y adoremos, como también en las exposiciones en
la custodia para que le alabemos y hablemos.
Hasta
los momentos Venezuela es el único país en el mundo que tiene el privilegio de
estar consagrado como República a este sacramento de amor y de fe y que nuestro
pueblo profesa su devoción en los domingos de Minervas, las cuarentas horas,
las procesiones del Corpus Christi, la adoración al monumento los Jueves y
Viernes Santo, los jueves eucarísticos y la visita al Santísimo tanto en el
sagrario como en la exposiciones.
Que
cada uno de nosotros amemos a la Sagrada Eucaristía, que valoremos lo
importante el estar consagrado a Jesús Sacramentado, que aprendamos la oración
de consagración para rezarlo en los momentos de adoración al Santísimo, y
Cristo derrame sus bendiciones a nuestra patria Tierra de Gracia, por lo que es
digno terminar el presente escrito con estas palabras tomada de la propia
oración de consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento: “Recíbenos,
salvador nuestro y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico.
Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas
glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable
el llamarnos la República del Santísimo Sacramento”.
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