Infobae 02 de septiembre de 2021
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En
vísperas de la celebración de una segunda ronda de contactos en la capital
mexicana, los miembros instaron a los bandos políticos venezolanos a
“participar de manera constructiva y de buena fe”
El
Grupo Internacional de Contacto (GIC) para Venezuela dio la bienvenida este
jueves a las “integrales” negociaciones iniciadas entre el régimen de Maduro y
la oposición de Venezuela, ya que pueden permitir establecer una
“solución acordada” para la crisis venezolana.
En
vísperas de la celebración de una segunda ronda de contactos en Ciudad de
México, los miembros del grupo instaron a los bandos políticos venezolanos a
“participar de manera constructiva y de buena fe” en la mesa de negociaciones,
ya que precisamente una negociación “es la única salida a la crisis que
atraviesa Venezuela”.
Esta
negociación, destacaron, debe ser política y debe concluir en la
“organización de elecciones creíbles, libres y transparentes de acuerdo con el
marco constitucional y legal de Venezuela”.
“Este
proceso de diálogo incluyente puede sentar las bases para una solución
consensuada a la crisis venezolana”, manifestaron los miembros del Grupo.
“La
única salida a la crisis que atraviesa Venezuela es una negociación política y
la organización de elecciones creíbles, libres y transparentes de
acuerdo con el marco constitucional y legal de Venezuela”, dijeron.
El
Grupo agradeció a Noruega su papel en la organización de este diálogo y por el
apoyo de México.
La
cita, que se extenderá desde el 3 hasta el 6 de septiembre, está precedida por
un memorando de entendimiento firmado por ambas partes, que
plantea ambiciones en materia de “derechos políticos”, “garantías electorales”,
“convivencia política” o “protección de la economía”. También plantea
“levantamiento de las sanciones” y “restauración de derecho a activos” que
permanecen congelados a día de hoy, una de las grandes reivindicaciones de
Maduro y su entorno.
Los dos bandos se vieron las caras a mediados del mes de
agosto, en un gesto ya relevante habida cuenta del desprecio público que se han
profesado durante los últimos años, marcados por una bicefalia en la
que, frente a Maduro, el opositor Juan Guaidó se ha reivindicado ante Venezuela
y el mundo como presidente encargado y legítimo.
Luego
del primer encuentro a finales de agosto, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), un ente de la OEA, pidió un diálogo “serio”
entre el régimen de Maduro y la oposición en Venezuela.
“La CIDH llama a los distintos actores políticos de Venezuela
a sostener un diálogo serio, amplio e inclusivo para
la urgente reconstrucción de la institucionalidad democrática con miras a
la garantía de los derechos humanos en ese país”, dijo en un
comunicado.
Además,
“se pone a disposición de las partes para acompañar la negociación, así
como brindar asistencia técnica para la implementación de los compromisos
alcanzados”, añadió este órgano de la Organización de los Estados
Americanos (OEA).
La
CIDH, que en octubre de 2019 instaló un Mecanismo Especial de Seguimiento para
Venezuela (MESEVE) ante lo que consideró una “grave crisis de derechos
humanos”, reiteró que el país sudamericano vive “una profunda crisis de
institucionalidad democrática” con “ausencia del Estado de derecho”.
Esto
“ha facilitado la comisión de graves violaciones de derechos
humanos contra las personas que hacen público su disenso con el gobierno, así
como el deterioro de las condiciones de vida de la población en general, responsable
por la migración forzada de al menos 5,6 millones de personas desde 2015”,
señaló.
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